Tachiagari [TERMINADA]

Nagatora y Chii

  Habían llegado a la entrada del colegio los tres juntos.

-Tú ve con Nobuyuki Jin, nosotros te cubrimos.

  Jin asintió con la cabeza y Rina y Nagatora, ya con su forma humana se colocaron delante de Jin para abrirle paso entre todas las criaturas que aparecían frente a ellos y tambien de los alumnos que se habían quedado a pelear.

  Unas llamas rojas se interpusieron delante de su camino y Nagatora, con los ojos abiertos de par en par giró su vista hacia el que les había bloqueado en camino.

  Un gran tigre con llamas en las patas los miraba con sus ojos rojos carmín a unos pocos metros de ellos.

-¡No puede ser!- exclamó Nagatora reconociendo a aquel ser- No es cierto- volvió a decir mientras muchos recuerdos de su vida antes de que toda su familia y amigos murieran llegaban a su mente.

-¡Vamos Tora!- le gritó un niño de cabellos rojizos mientras corría por el césped crecido por las grandes lluvias que había habido casi una semana entera.

  Nagatora sentía la humedad en el aire, y no le agradaba en absoluto, ya que la lluvia era algo que poco le agradaba. A ninguno de su tipo le gustaba.

  Nagatora comenzó a correr detrás del niño que cada dos por tres se volteaba para ver su Tora lo seguía. Algunas gotas de lluvia se le impregnaban en las prendas que llevaba puestas, como tambien el barro en sus zapatos.

-¡Chii!- exclamó ya cansado y con los ojos acuosos- Espérame... Espérame por favor- veía como poco a poco su amigo lo iba dejando atrás para poder llegar antes, pero cómo él era unos años más chico, no tenía aun las habilidades de un verdadero tigre como las tenía su amigo de toda la vida.

-Vamos Tora, no seas un bebé- le dijo riéndose mientras seguía corriendo.

-¡Chii!- dijo angustiado mientras lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas. Nunca le había gustado que lo dejaran atrás.

  Frenó y se agachó tomando sus piernas, pegándolas a su pecho, escondiendo su cabeza en sus piernas mientras seguía llorando.

-¡Oh! ¡Vamos Tora!- le dijo la voz de su amigo mientras lo sentía acercarse hacia él- Lo siento, ¿sí?- sintió una mano acariciando sus cabellos- Prometo no volver a dejarte atrás ¿vale?

  Nagatora lentamente comenzó a levantar la cabeza y miró a los ojos carmín de su amigo y sonrió al ver que este último tambien lo hacía.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo- le dijo extendiéndole el dedo meñique para formalizar su promesa.

 

-Chii- salió de sus labios mientras que no podía creer aun lo que sus ojos estaba viendo.

-¿Nagatora?- preguntó Jin extrañado.

  Nagatora lo miró por encima de su hombro, como tambien miró a Rina.

-Ustedes sigan, yo me ocupo de él.

  Ambos asintieron y se fueron, dejándolo solo con el gran tigre que se encontraba frente a él.

  Poco a poco el tigre fue transformándose en una persona, que poco quedaba del joven que él recordaba.

-Hola Tora- le dijo con una sonrisa maligna- ¿Aun sigues ayudando a los que nos traicionaron?

-Ellos no nos traicionaron.

-¡Los exorcistas acabaron con nosotros!- le gritó furioso.

-¡Ellos son diferentes! Cambiaron... hay exorcistas que son buenos y que... que son mis amigos- le dijo mirándolo con tristeza.

-Tu padre estaría decepcionado de ti por juntarte con los que acabaron con nuestro clan- le dijo mirándolo con los ojos entrecerrados- Nos traicionaste.

-Yo no traicioné a nadie.

-Entonces ¿Dónde estabas cuando todo se fue al demonio? ¿Dónde estabas cuando llegaron y comenzaron a matar a todos?

-Yo... mi padre... él...

-¿Huiste? ¿No es así? Lo hiciste.

-¿Qué querías que hiciera? Era solo un niño.

-Eso no cambia que huiste- dijo con ira y en su mano derecha apareció una espada de fuego con una empuñadura de un tigre comiéndose la mano de Chii.

  Nagatora lo miró triste ante aquello, porque sabía lo que significaba aquello. Una lágrima recorrió su mejilla mientras bajaba su rostro, mirando el suelo y en su mano derecha aparecía un sable doblado con un tigre en el final de la empuñadura.

  Levantó la mirada.

-Yo fui quien te dejó atrás.