Perdido -OffGun- Terminada

Capítulo 22

—Te amo, eres el amor de mi vida

—También te amo Off. Hiciste bien en dejar atrás a ese chiquillo.

—Lo sé. Tú eres mi razón de ser Irene. Siempre. Él no significa nada... Nada. Jajajajaja

—¡¡NO!!

Me desperté exaltado. Todo mi cuerpo cubierto de sudor y lágrimas abriéndose paso.

«Ellos se casaron» Había dicho Bruno.

Casados.

No podía creerlo. Eso...eso no podía ser posible. Me repetida mientras que sollozaba.

—¡NO PUEDE SER CIERTO! —grité a todo pulmón. —¡Dime...dime que no es cierto! — rogué a la persona que se encontraba conmigo observándome sin decir una palabra.

—¡DILO! — le grité golpeando su pecho.

—Lo siento mucho Gun. Tienes que aceptar la verdad. — dijo abrazándome.

Las lágrimas inundaban mis ojos, un dolor profundo crecía en mi pecho haciéndose más grande conforme pasaban los minutos.

Lloré.

Me desplomé en el piso y lloré.

Quejidos de lamento salían de mis labios, mientras me dejaba arrastrar por el dolor.

Golpeaba mi propio corazón, culpándome a mí mismo por todo. Porque había sido mí culpa. Ese sentimiento que permití que creciera me estaba ahogando.

Mi mundo colapsado.

Mi corazón roto.

Perdido.

***

Después de varios minutos u horas. Mi respiración se ralentizó y mis lágrimas pararon.

—Quédate.

Lo miré debatiéndome internamente. ¿Debería quedarme? Me había explicado todo. Me había evitado el dolor de que se rieran en mi cara.

«Casados» mi mente no paraba de reproducir esas palabras.

—Olvidemos todo, nuestro pasado, el dolor. Huyamos lejos de aquí, donde nadie pueda lastimarte.

Sonreí sin humor.

Irme. Irme lejos.

Asentí mirando a la nada. No estar aquí para verlos era lo mejor. Debí haberme alejado desde un principio, antes de terminar así.

Mordí mis labios para evitar que nuevas lágrimas salieran. No lloraría más.

Bruno sonrió y se acercó a mí a grandes zancadas, me tomo entre sus brazos envolviéndolos alrededor de mi cuerpo. En otro tiempo aquella caricia me hubiera provocado miles de sensaciones, mariposas en el estómago, pero ahora...ahora sólo me hacía sentir vacío...

—Todo va a salir bien, confía en mí. — añadió, depositando un beso en mi labios. Algo que no provocó otra cosa más que asco.

Esperaba acostumbrarme más adelante.

Seguiría con mi vida lejos de aquí, con alguien que sí me quería...alguien que me lo había demostrado. Después de todo le debía mucho a Bruno, los años que pasó en la cárcel por mi culpa no los recuperaría nunca.

***

Los días pasaban... poco a poco y cada uno más tortuoso que el otro.

Había pasado un mes desde... desde que salí de la vida de Off. Y Bruno no podía estar más que emocionado, contándome "nuestros" planes, lo del viaje, una vida juntos decía...

Desde que había accedido a quedarme con él, no me sentía tan débil y no dormía tanto, sólo lo normal, lo cual fue una coincidencia extraña, pero decidí no profundizar en ese tema. Ya estaba hecho, me iría... lejos de todo...lejos de él.

Y en todo caso, así quisiera salir no iba a poder. Según Bruno, todo se debía a que los enemigos de su padre lo buscaban, por ello nos manteníamos escondidos porque incluso en la cárcel estuvieron a punto de matarlo. Tenía miedo de que algo me pasara, ese también era el motivo por el que me encontraba incomunicado. Aunque eso era algo que ya no me importaba en realidad.

Sólo quería que el tiempo pasara volando, para que de esa manera el dolor fuera más soportable.

—Gun. —Bruno me saco de mis cavilaciones. —Está listo, no vamos en tres días.

Lo miré sorprendido, no pensé que fuera tan rápido, más aún con esos tipos persiguiéndolo.

—Está bien. — le dije. Él se acercó a mí y empezó a repartir besos por mi rostro. Me quedé quieto.

Si bien era cierto, había accedido a quedarme con él, aún no habíamos dormido juntos y sentía cuánto me deseaba. Pero le había dicho que tenía que ser paciente, que necesitaba tiempo. A lo cual accedió.

Empero en ocasiones como esta, me inquietaba, siempre terminábamos discutiendo por lo mismo.

—¿Cuándo será que vas a corresponder Gun?

—Te dije que necesitaba tiempo.

—Es sólo un beso. No te estoy pidiendo sexo.

Me aparté de él.

No había correspondido ninguno de sus besos, cosa que le molestaba sobremanera. Sin embargo se lo había advertido. Necesitaba mi espacio.

Un suspiro cansado salió de sus labios.

—Perdona. — dijo, volviendo a tomar mis manos. —No quiero que las cosas vayan mal entre nosotros. — juntó nuestras frentes. Su aliento a menta y tabaco inundó mis sentidos.

—Es sólo que...que te deseo demasiado. —agregó. —Eres tan bello. Solo mírate, eres un ángel. —decía mientras acariciaba mis mejillas. —¿Sabes?

—Hmm. —no sabía que otra cosa responder.

—Siempre supe que estaríamos juntos, desde el primer momento que te vi. Sabía que nuestro destino estaría unido. Sólo mío.

Un escalofrío recorrió mi espalda ante esa declaración, que lejos de causarme algún sentimiento positivo fue todo lo contrario.

Le sonreí o al menos traté.

***

El día llegó.

La hora de partir.

Bruno había estado tan ocupado haciendo preparativos, de los que no tenía idea pero siempre andaba ocupado, tanto que no tuvo tiempo para mí; lo cual no debería alegrarme como lo hacía, ya que pasaría con él por mucho tiempo.

Al parecer embarcaríamos desde un aeropuerto privado para que las personas que estaban detrás de él no lograran localizarlo. Me había dicho que iríamos a Rusia y que tenía listo todo allá.

Los nervios empezaban a colarse dentro de mí.

En la noche no había podido dormir pensando en todo lo que podría ocurrir. Tanto bueno como malo. Y había llegado a la conclusión de que, si Bruno resultaba ser un fraude, como lo había intuido pero ignorado tantas veces. Huiría de él. Me desenvolvería en aquel país, me ganaría la confianza de Bruno y en el momento menos pensado me iría, desaparecería sin dejar rastros para que no pudiera encontrarme. Tenía que tener un plan por si algo salía mal, no podía seguir siendo el mismo ingenuo de antes.

—¡Gun! Hora de irnos. — las piernas me temblaban e instintivamente mordí mis uñas.

Off... Espero que seas feliz...Aunque no sea conmigo.

—Vamos...