Capítulo 14

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—Despierta dormilón

Escuchaba a la distancia, tenía tanto sueño que me costaba abrir los ojos. Al no responder una mano traviesa empezó a deslizarse desde mi nuca hasta mi espalda baja, logrando erizar toda mi piel.

—Quiero dormir un poco más— dije haciendo un puchero sin abrir los ojos aún, Off me abrazó y empezó a dejar besos por mi cuello, comencé a moverme pues me causaban cosquillas.

—Despierta, tienes que ir a clases.

De mala gana me levanté, pues ayer ya había faltado y no sería buena idea hacerlo hoy también; me quedé sentado en la cama unos minutos tratando de despejarme y hacer que el sueño se fuera como un tigre espanta a su presa. Al abrir los ojos por completo me fijé que Off seguía en la cama, le pregunté entonces el motivo por el que él no se estaba alistando también, pues tenía que ir a trabajar, a lo que contestó que «Yo puedo llegar a la hora que quiera» bufé inmediatamente retorciendo los ojos. Tuvimos una sesión bastante acalorada de besos hasta que me envió a nalgadas al baño, hice mi rutina diaria antes de ir a la universidad prácticamente corriendo, pues el señor no había perdido oportunidad para meterse conmigo a la ducha y ya estaba bastante tarde.

Las clases habían transcurrido con normalidad, platicándole a mi amigo, que por cierto estaba más que en las nubes debido a que Tay le había pedido que fuera oficialmente su novio; el caso es que le estaba platicando a mi amigo lo sucedido con Off y cuan enamorado me encontraba, recibiendo sólo asentimientos de cabeza y sonrisas tontas. Sólo esperaba no verme así cuando a mí también me pidieran lo mismo, una sensación placentera se instaló en mi pecho de sólo imaginarlo, por fin estaba sintiendo felicidad plena. Luego de que terminara la jornada Off me recogió y ambos nos dirigimos a casa, el camino estuvo lleno de bromas y de lo que haríamos el fin de semana. Tenía muchas ganas de preguntarle sobre Irene, pero temía arruinar el momento así que lo aplacé un poco.

Esa noche dormimos en su habitación y nos amamos nuevamente. Así pasaron los días, llenos de momentos mágicos donde sólo existíamos los dos, perdidos en los brazos del otro, conociendo el lugar más recóndito del corazón del contrario. Momentos donde reíamos por cualquier chiste absurdos o por discusiones sin sentido que terminaban con Off encima de mí picoteando mis labios para que me callara. Amaba lo que estaba viviendo con él, era una experiencia tan única, algo que seguramente no volvería a pasar con alguien más o al menos no con otro que fuera él. Recuerdo que un día antes de nuestra cita de fin de semana Tata nos había encontrado besándonos semidesnudos en mi habitación; y es que, sí, ella tenía la costumbre de entrar sin tocar cuando iba a guardar la ropa recién lavada. La cara de sorpresa y pánico que puso fue, por mucho, lo más cómico que vi; ni siquiera New había hecho esa expresión cuando bromee con él diciéndole que Tay le estaba siendo infiel. Off había hablado con ella y al parecer lo entendió porque prefería llamarme incluso antes de tocar mi habitación. Había sido demasiado chistoso.

Cuando el fin de semana hubo llegado, como nunca, me encontraba haciendo maletas bastante temprano debido a que iríamos a un resort, este lugar estaba en el centro de un parque natural turístico. Demoramos unas horas en llegar al sitio, y cuando ingresamos me maraville con lo que vi. Prácticamente estábamos en rodeados de naturaleza, las habitaciones estaban en lo alto de un árbol y todo allí era fabricado para que fuera amigable con el medio.

La primera actividad que teníamos planeado era un paseo por el área, según nuestro guía había una fuente de agua termales cerca que podíamos visitar, pero que estaba prohibido visitarla en la noches pues no querían que pasara ningún accidente con sus clientes. En general el lugar era perfecto, te conectaba con la naturaleza y al mismo tiempo contigo mismo. Incluso Off me molesto un par de veces por haberme visto sumido en mis pensamientos; y es que era inevitable, el sólo ver la vegetación te hacía perderte en miles de sensaciones. Puede que algunos no les guste en lo más mínimo ésta, pero yo era amante de ella. Todo lo que veía me emocionaba.

Los dos días pasaron rápidamente, las horas se habían convertido en minutos y estos en segundos; en el día nos entreteníamos visitando sitios y en la noche nos amábamos sin reservas, demostrando cuanto nos necesitábamos, el sentimiento era tan grande que me dejaba aturdido. Cuando el día de volver llegó, nos miramos cómplices por todo lo compartido en ese momento, algo que difícilmente olvidaría.

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Estaba en mi clase de Bioestadística cuando mi móvil empezó a vibrar en mis bolsillos, realmente no pensaba contestar, pero debido a que el docente estaba charlando de lo más contento con una de mis compañeras, deslicé la pantalla para desbloquearlo. Era un mensaje de New en el que me pedía que habláramos de algo importante a la salida y que no me fuera; es necesario mencionar que estas eran una de las clases en la que no coincidíamos y como era la última no lo vería. Le envié una respuesta rápida diciendo que estaba bien.

En el momento de salir del salón me dirigí donde se encontraba mi amigo, este ya me esperaba en nuestro lugar de siempre (un asiento que daba justo debajo de un árbol, típico ¿no?). Me preocupé un poco cuando me fijé en la expresión que este tenía, se veía como triste, me pregunté en ese momento si había pasado algo con Tay, tenían poco tiempo desde que se habían hecho novios y sería fatal que algo anduviera mal en su relación.

—¿Todo bien?— pregunté acercándome, tomé asiento junto a él y toque su hombro. Me miro un poco sorprendido, como si no hubiera notado que había llegado.

—La mamá de Mike murió— me soltó de pronto dejándome en shock.

—¿Qué?— pregunté como si no hubiera entendido lo que me dijo, por mi mente pasaron imágenes de Mike sonriendo y luego otras de él tan triste que me hacían sentir mal. Entendía un poco su dolor.

—Tay me llamó el fin de semana y me lo dijo, no te llame porque no quería preocuparte ¿Todo fue bien en tu viaje?

—Eso es terrible— respondí acongojado.

—Sabía que te pondrías así— dijo dándome un abrazo, él me conocía perfectamente, este tipo de situaciones me ponían muy afligido. —Él ya se encuentra aquí, por si quieres hablarle.

—Iré a buscarlo ¿está en la biblioteca cierto?

—Sí, fue allí después de que terminara nuestra clase.

Me despedí de él, me encaminé hacía la biblioteca que se encontraba cerca de la salida. No pasó mucho para que diera con Mike pues al girar para ir hacía la puerta principal nos encontramos frente a frente. Se veía realmente mal, sus ojos se veían apagados y con unas ojeras pronunciadas, su barba estaba un poco crecida también. No lo pensé más y me lancé hacía él en un abrazo, este correspondió con un suspiro poniendo su frente en mi hombro. No hacían falta las palabras, no era necesario un "siento tu pérdida" ni un "gracias".

Nos quedamos en esa posición unos minutos hasta que finalmente nos separamos, él acaricio mi mejilla.

—¿Tanto me extrañaste?— expresó fingiendo una sonrisa, sólo asentí a su pregunta. —¿Puedo pedirte algo?— continuo, lo miré sorprendido sin embargo dije que sí. —¿Puedo tener un beso tuyo? Como despedida, me aprovecharé de la situación para que accedas.— sinceramente no sabía que responder, pero Mike tomo mi silencio como una afirmación porque en cuestión de segundos me vi envuelto en sus brazos, con sus labios sobre los míos. El tacto fue gentil y delicado, no expresaba pasión realmente era un beso de despedida. Cuando se apartó de mí, lo miré y él me sonrió.

—No te preocupes, sé que tienes algo con él, sólo espero que pueda hacerte feliz— mencionó besando mi frente. Sentí una mezcla de pena y felicidad al mismo tiempo, lo abracé y le dije que lo quería. Antes de que se marchara me dijo que se iría a Canadá y que volvió sólo para hacer el cambio, me puso muy triste la noticia pero si era para mejor, estaba bien.

Luego de aquello llamé a Off porque no había llegado; sin embargo me dijo que estaba en una reunión y que me había enviado un mensaje diciéndome que me fuera en taxi, confirmé que era cierto cuando revisé el móvil. Hice lo que me pidió y regresé a casa solo. El camino se hizo sumamente corto pues mis pensamientos me habían hecho dar un salto cuántico, en unos segundos estaba subiendo al taxi y pocos segundos después ya había llegado. Le pagué al conductor y me dirigí a mi habitación, me duché y fui a la recamara de Off a tomar una siesta... Minutos u horas después, cuando estaba teniendo un sueño de lo más placentero, escuche dos voces que discutían, lo que oí fue lo que me llevo a esconderme en el armario.

Perdido -OffGun- TerminadaWhere stories live. Discover now