💌 Carta 38 💌

83 25 0
                                    


¡Querido Diario!

El tiempo está pasando más rápido de lo que esperaba, y debo decir que para mí el tiempo si pasa en vano.

Desperté a mitad de la noche a causa del sudor en mi cuerpo. Llamé a mamá y después de limpiarme le pedí que se quedará un momento conmigo para poder hablar con ella.

— Tú lo sabes — inicié — Esto no durará mucho tiempo más...

¿Por qué dices eso? — acarició mi mejilla con suavidad

Sentí como mi corazón se rompía en pedazos al ver a mamá con la preocupación a flor de pie, la conocía tan bien que sabía a la perfección que intuía que estaba por decir.

Se que quizá sigues molesta porque decidí dejar la escuela, pero...

Haysel, no, no quiero tener esa conversación ahora

Déjame hacerlo

Aunque no te deje lo harás

Sí pero te quiero conmigo. Déjame hacerlo — pedí — Apóyame. Te quiero conmigo, mamá

Se veía vulnerable, siempre se muestra fuerte, pero esta vez era por completo diferente. No podía verla a los ojos, pero lo hice con todo el dolor de mi corazón.

Se que es difícil para ti, pero también lo es para mí, por eso te necesito conmigo

Haysel, hablamos mañana

No — la detuve al verla ponerse de pie — Yo no puedo seguir posponiendo las cosas

Mamá se acercó de nuevo a mí para arrodillarse a mi lado.

Me duele hasta el alma todo esto, y con ese dolor te apoyo, cariño — con su dedo acarició mi rostro con delicadeza — Estaré contigo en cada momento

Mami...

¿Sí, cariño?

¿Te quedas conmigo?

Podía ver las lágrimas contenidas en sus ojos, y guardando compostura ella asintió y subió a mi lado en la cama para abrazarme con sus cálidos brazos de madre, porque no necesitaba que dijese algo, sólo necesitaba sentir su calor.

Con amor, Haysel...

11:52pm

Con amor, HayselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora