Capítulo 7.

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Estaba volviendo a pasar...hacía casi un año que no dejaban de encontrar delincuentes desmayados o muertos y ni rastro de la víctima o del "justiciero", sólo restos de sangre que no concordaban con ninguno de los encontrados en la escena. A veces encontraban tanta sangre que le extrañaba no hallar un cadáver.

- Beka - decía por milésima vez esa semana un hombre rubio con una cuidada barba - olvídate de ese caso... Ya te lo ha dicho el jefe Yakov, concéntrate en tu trabajo y olvida este tema.

- maldita sea Emil - respondió el inspector Otabek Altin enfadado- yo llevo meses reuniendo información de esto, ¿por qué diablos le han encargado este caso a ese idiota de Popovich? ¡No tiene ni idea de lo que hace!

- ya sabes por qué - contestó Emil Nekola - ¡este caso te lo tomas demasiado personal! Hazme caso, y centrémonos en lo nuestro. Seung Gil Lee está en esta ciudad por algo, tenemos que averiguarlo.

Otabek asintió con desgana y se sentó en su escritorio frente a su compañero Emil.

- está bien... ¿ Qué tenemos por ahora? - preguntó Otabek mirando algunos papeles de su escritorio.

- No mucho... - respondió Emil un poco apenado- Los hombres de Seung Gil han estado buscando información sobre alguien, aún no sabemos quién, pero está claro que si al jefe de la mafia coreana le interesa, ese alguien debe ser importante.

-¿han tratado de contactar con alguna de nuestras fuentes? - preguntó Otabek

- aún no, que sepamos - dijo Emil

- bien, en cuanto hagan contacto que nos avisen, mientras, que dos hombres intenten hablar con aquellos con los que ya han contactado, a ver si sueltan prenda- y diciendo esto se levantó, cogió su chaqueta y salió de la oficina dejando a Emil un poco preocupado. Su compañero tenía mucho temperamento bajo aquella imagen de serenidad y ahora estaba más que enfadado por el tema de Popovich.
A saber que era capaz de hacer...

Otabek salió de la comisaría muy molesto. Después de tanto trabajo en reunir información...¡ Al diablo! Pensó, seguiría por su cuenta y le daba igual lo que dijera Yakov. Ese caso era suyo y no había más que hablar.

Llegó a su apartamento al poco tiempo.
El lugar no era muy grande, pero era confortable. Se sentó en el sofá y abrió su portátil. Mientras cargaba el programa se acercó a la cocina y tomó una botella de agua.
Una vez frente al ordenador, abrió el archivo llamado caso1A y volvió a mirar todo su contenido. Con los meses, había podido reunir cierta información, aunque la mayoría de las fotografías y documentos que tenía, eran los que había reunido su padre antes de morir en aquel accidente.

Si, esto ya había pasado antes, hace treinta años, cuando su padre era policía en el mismo departamento. Su padre le había hablado sobre ello, aunque no en profundidad, iban a trabajar juntos en el caso cuando Otabek se graduara en la academia y se hiciera policía, pero no dio tiempo. Antes de eso, su padre sufrió un accidente de tráfico y murió en el acto.

Otabek volvió a mirar las imágenes, no eran muy nítidas, ya que estaban sacadas de diferentes cámaras de seguridad, pero se podía apreciar claramente cómo un hombre joven, alto y rubio, luchaba contra diferentes tipos salvando a las víctimas, dejándolos ko y listos para ser arrestados o a veces enterrados...

Miró las imágenes que consiguió su padre y luego las imágenes que el mismo consiguió.
Aunque pareciera imposible, sin duda era el mismo hombre. Al principio Otabek dudó de su buen juicio, pero tras un análisis exhaustivo de las imágenes no pudo negar lo evidente. El mismo hombre, con treinta años de diferencia, salvo que parecía que no había envejecido ni un día. Era extraño.

Se restregó la cara con fuerza, tratando de despejar un poco su mente y abrió el último archivo que había conseguido, del último tipo que encontraron inconsciente junto a un enorme charco de sangre. De "esa" sangre que siempre encontraban.
El tipo no era ninguna joyita, desde luego.
Asalto con arma blanca, robo con intimidación, extorsión, tráfico de drogas... Cuando fue detenido, no quiso soltar prenda, y sin cuerpo ni más pruebas, tuvieron que soltarle.

Se concentró en el nuevo archivo, un audio sacado del canal para emergencias, y se dispuso a escucharlo.

" 112 emergencias, en que podemos ayudarle"

" por...por favor...snif...a...ayuda...se muere"

"por favor señor, calmese y díganos su nombre y dónde se encuentra"

"Yu...Yuuri katsuki...snif...es...estoy en un callejón sin salida...snif...ju...junto a la avenida comercial...snif...DENSE PRISA...snif... SE...SE...MUERE...HAY... MUCHA SANGRE"

Bip, Bip, Bip, Bip, Bip...

Otabek se quedó en silencio mirando fijamente la pantalla de su portátil.

Esta nueva pista sin duda era la mejor que había conseguido en más de seis meses. Por fin tenía el nombre de una supuesta víctima que poder interrogar. Esta llamada se realizó hace cinco semanas. Era bastante reciente.

Bien, ahora tenía que pensar cual iba a ser su siguiente paso. Lo primero que debería hacer es, desde luego buscar a ese tal Katsuki.

Estaba acercándose al final de la maraña pensó sonriendo complacido.

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[nota]: este capítulo es algo más corto, pero el personaje de Otabek quería presentarlo por separado y que tuviera su propio capítulo. ^,^



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