CAPÍTULO 28.-segundo fragmento

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—No es necesario que me cuides todo el tiempo Ian —Lauren sonrió cuando Ian entraba a su habitación con una canasta llena de remedios naturales.

—Son algunos brebajes que toman las mujeres cuando están esperando cachorros— saco una botella mediana de la canasta —por ejemplo, este es un remedio para las náuseas hecha de cerezas y algunas hierbas del bosque.

—Eso me va a servir mucho —Lauren prácticamente se lo arrancó de las manos—. Las nauseas me están matando.

Ian sacó un libro de su abrigo.

—Aquí explican todo el ciclo de embarazo lobuno —Ian le entregó el libro—. Sé que eres humana, pero tu bebe es hombre lobo, así que mi suposición es que tu tendrás los mismos síntomas, pero te afectarán más por tu físico.

Lauren lo miró conmovida, desde que se había enterado que estaba embarazada, él estaba siempre al pendiente de ella, cuidandola y viendo que no le falte nada.

—Muchas gracias Ian —ella lo abrazó y él la rodeó con sus brazos—. No sabes lo feliz que estoy de estar contigo en tu manada, me siento segura.

Él se ruborizó y su corazón se agitó, maldijo por dentro. Ella no era su mate, era mate de otro hombre y además estaba embarazada.

¿Qué posibilidad hay en el mundo que tu amor secreto de la escuela aparezca de ese modo en tu vida?

Él había renunciado a sus sentimientos cuando al cumplir 18, ella no resultó ser su pareja.

¿Por qué la diosa luna la puso otra vez en su camino?

—Me satisface saber que te sientes así —el intento que no se notara su nerviosismo en su voz—. Yo también estoy feliz de que estés aquí.

El la soltó cuando alguien le empezó a hablar por conexión mental.

—Quédate aquí —dijo claramente alterado.

—¿Qué pasa? —dijo cogiendo su brazo cuando él intentaba irse.

—Parece que un extraño ha intentado ingresar en nuestra manada.

Ian salió de la habitación y Lauren cerró la puerta, sujeto su vientre con miedo.

¿Acaso eran vampiros que intentaban atraparla?

Escucho gritos afuera de la cabaña, se asomó por las ventanas con temor y casi se cae de la impresión cuando vio a quien habían atrapados los hombres de Ian.




***





—¡Suéltenme! —se agitaba de un lugar a otro—. ¡Yo vengo por Lauren!

Un hombre furioso salió de la gran cabaña acercándose a él.

—¿Cómo ingresaste a nuestro territorio sin que nadie se diera cuenta?

—Use pociones que taparan mi olor —dijo como si fuera lo más normal del mundo—. Por si algún vampiro me seguía.

—¿Quién te mandó?

—¿Por qué siempre me tratan así? —se lamentó—. Le voy a pedir a Oliver algún tipo de identificación para que me traten con más respeto, la otra manada me mato de hambre, ahora ustedes me golpean.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora