ALFA KING

CAPÍTULO 28.- primer fragmento

—¿Te volviste loca?

—Tu mismo dijiste que para vencer a la diosa sangre tenía que luchar con los lobos blancos.

—¿Estás jugando conmigo?

—Es mi deber como loba blanca quedarme y luchar.

Oliver miraba Rosali como si hubiera perdido la razón.

—¿Tú de verdad piensas que te voy a dejar quedarte a luchar contra vampiros? —Rosali iba a replicar pero Oliver habló más rápido—. Tu, el amor de mi vida , madre de mi hijo y una ignorante e inútil completa en combate, ¿De verdad lo crees?

—No necesito que lo apruebes —Rosali lo miró claramente ofendida—. Me quedaré junto a mi hermano.

Oliver lanzó una carcajada.

—¿También piensas que Jeremy, obsesivo por protegerte, te dejará quedarte a pelear?

Rosali hizo un puchero.

El se acercó a ella y le apretó las mejillas.

—No te estoy subestimando amor mío, pero piénsalo mejor ¿Acaso has practicado combate alguna vez? —ella negó con la cabeza—. ¿Qué pasaría si te acorralan varios vampiros y ninguno está disponible para defenderte?, no me perdonaría jamás no estar ahí para protegerte.

—No es que no piense en eso —ella agacha la mirada—. Pero es como si tuviera el presentimiento de que debería quedarme.

—Estaré más tranquilo mientras estés a salvo junto a Liam.

—¿Por qué él es único feliz de ir al refugio?

—Porque le dije que sería una misión especial —Oliver sonrió al recordar como Liam escuchaba su supuesta misión—. Le mencioné que sería su primera labor como príncipe heredero defender a todos los refugiados en caso de una invasión, que sería peligroso e inclusive podría morir defendiéndolos.

—Eres un manipulador.

Oliver suspiro algo triste.

—Yo también solía añorar las misiones riesgosas y me daba mucho anhelo volverme Rey —niega con la cabeza—. Ahora no me molestaría para nada lanzar este tonto puesto y solo dedicarme a ustedes.

—¡No puedes hacer eso!, no tienes idea de lo guapo que eres con tu uniforme de rey y lo bien que te ves dando órdenes —Rosali lo abrazo, pero como Oliver era mucho más alto que ella, tenía que ponerse de puntitas para que su rostro esté cerca del suyo—, y lo sexy que eres cuando trabajas y te esfuerzas mucho por que tu gente tenga una mejor calidad de vida.

—¿Me estás diciendo que lo que más te gusta de mí, es mi título de rey?

Rosali asintió con la cabeza.

—Eres una sinvergüenza —bromeó él.

Rosali lo beso castamente.

—Podrías dejarme de gustar si dejas de ser rey.

Oliver bufó indignado y Rosali sonrió.

—Enamorado de una mujer que solo me quiere por mi puesto —Oliver disimulo disgusto—. Pobre de mí.

Le beso la frente.

—Lamentablemente para ti, estarás toda la vida a mi lado —Oliver sonrió con suficiencia—. Aunque para tu pesar deje de ser rey, mujer convenida.