CAPÍTULO 10.- primer fragmento

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—Tanto tiempo añoré tenerte, pero tenerte me causa más dolor del que tenía antes. —Su respiración es profunda y yo cierro mis ojos con más fuerzas, estoy segura que tiene los ojos amarillos—. No sé si lo vales, no sé si el sacrificio mío y el de tu hermano valga la pena para alguien como tú.

—No te metas con mi hermano —intenté golpearlo, pero él me sujetó de los brazos. Sus ojos estaban amarillos como pensaba.

—Hoy serás mía.

Me sujeto muy fuerte mientras sacaba sus colmillos. Intento luchar con todas mis fuerzas, pero es inútil. Intento gritar, pero él me tira una bofetada.

—Si alguien se acerca ayudarte, lo matare. ¿Entendiste?

Sus ojos ahora son rojos y llenos de odio. Yo me desespero porque se acerca a mi cuello y yo no puedo evitar sentir nauseas, pero empieza a desesperarse porque no puede respirar. Un brazo lo sujeta de su cabeza y lo jala con fuerza. Yo me levanto rápidamente de la cama y me doy cuenta que la persona que tiene a Oliver es Alan.

—Suéltame maldito —dice Oliver con la poca voz que le queda.

Alan lo golpea fuertemente en el pecho y Oliver empieza a toser un humo negro que después ingresa por la boca de Alan. Después de un momento, Oliver cierra sus ojos y cae inconsciente al piso.

—¿Lo mataste? —le pregunto a Alan que miraba a Oliver perdido.

—No, solo me trague su odio. —Se acerca a mí y empieza a observarme—. ¿Estas ilesa? —pregunta con incredulidad.

—No me hizo mucho daño.

—No me refiero a lo que te hizo Oliver, sino al ataque de la escuela.

—¿Cómo te enteraste?

—¿Una amiga? No creo que alguna loba en esta isla quisiera ser amiga de una omega como tú, así que investigue un poco. Me enteré de lo que sucedió, así que vine para ver como estabas y me encuentro con un Oliver otra vez ciego con el odio.

—¿Otra vez?

—Cuanto escapaste con tu familia, el lobo de Oliver tomó todo el poder de su cuerpo, con ayuda de mi demonio. Cuando un lobo se siente traicionado no son muy buenos que digamos. —Alan pone una mueca de disgusto—. El punto es que no te dejes llevar por lo que ha pasado ahora, no es Oliver con quien has estado hace unos momentos, sino su lobo contaminado por mi demonio y tú tienes toda la culpa de que te trate así.

—¿Perdón? ¿Como que yo tengo la culpa?

—¿Alguna vez has visto como marcan a las vacas con un hierro candente?

—En películas. —¿Qué tiene que ver eso conmigo?

—Cuando una mate traiciona a su pareja, o sea como tú traicionaste hoy a Oliver con José, —abro mucho mis ojos ¿acaso todos lo saben?— los lobos sentimos que alguien nos hunde ese fierro candente en el pecho. Créeme, lunita, es un dolor espantoso, sin mencionar el dolor psicológico de saber que te están traicionando.

Miro a Oliver en el suelo y me siento pésima, yo le cause mucho dolor sin saberlo

—Oliver no recordará lo que sucedió ahora por lo que le hice y te recomiendo no hablarle de eso, creo que se lo debes.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora