CAPÍTULO 20.-primer fragmento

65.8K 5K 1.3K
                                    


✽✿✽



Miraba curiosa como la chica pelirroja de enfrente de mi celda intentaba abrir la suya con un par de palitos.

—¡Listo! —bramo orgullosa—. Estúpidos lobos, esto estuvo muy fácil.

Salió de su encierro dirigiéndose a la puerta de mi celda

—¿Por qué estás aquí?—pregunto ahora abriendo la mía—. No me digas ¿insultaste alguno de ellos?

—No, es una larga historia— le respondí algo tímida.

Ella dejó de intentar abrir la puerta para verme.

—¿Si sabes lo que son verdad?, Digo ¿tú también eres...

—Sí, sé que son hombre lobos, pero yo no lo soy, ¿tú eres una mujer loba?

—¿Yo?, ¡que dios me salve y nunca me mande esa maldición!—volvió a retomar su labor de abre puertas— pero también sé de estas cosas, una larga historia igual que tu , ¡si lo volví a lograr! —, abrió mi puerta victoriosa.

—Toma esto— me entregó una botellita con un líquido oscuro—,esto tapara tu olor, no podrán rastrearte ¡apúrate que van a volver!

Tome el líquido rápidamente y cuando lo termine ella me sujeto y salimos corriendo de ese horrible calabozo. Hace dos semanas que había llegado a este lugar, supongo que era el antiguo hogar de mi padre. Me habían encerrado en un calabozo horrible y solo en dos ocasiones Ruth había venido a verme con algo de comida y agua, pensé que me iba a morir sola en ese inhóspito lugar, pero hace un momento unos guardias trajeron a esta chica. De cabellera pelirroja y larga, la tiraron dentro de la celda que estaba enfrente y por unos momentos pensé que estaba muerta, pero en cuanto se fueron los guardias, ella se levantó y pues ahora corremos por nuestras vidas.

— ¿A dónde vamos? —le dije mientras nos metíamos por un pasillo angosto.

—Hacia la cocina, tenemos que darnos prisa.

Bajamos una escalera y nos quedamos escuchando detrás de una vieja puerta.

—¿A qué hora piensas ir por los mandados? ¡hay mucho que preparar y me faltan muchas cosas! —. Escuchamos la voz de una mujer.

—Te ayudo a servir y voy— escuchamos una voz masculina.

—¡Hay pobre de mí! Mañana llegarán más manadas y nos mandaran a preparar muchas cosas más.

—No te quejes tanto y vamos que el joven Matthew nos va a regañar.

Se escuchó una puerta cerrarse y salimos.

—Tenemos que escondernos en la camioneta del mayordomo, él vendrá en un momento e irá al pueblo por provisiones.

Cruzamos la cocina y salimos por una puerta que daba a la calle.

—Sube— abrió la puerta de la parte trasera de una camioneta y subimos a ella—. Silencio creo que ya viene.

El motor arrancó y di un suspiro, mi cabeza no quería creer que estaba escapando de la casa de estas horribles personas ¿Cómo estarán los demás? ¿me estarán buscando?. Lloraría, pero estoy tan deshidratada que no creo poder.El viaje duró aproximadamente 30 minutos y cuando la camioneta paró, salimos corriendo antes que el mayordomo de esa casa se dé cuenta.

—Ven, deje mi auto por acá— caminábamos en lo que parecía era un pueblo algo antiguo, pero con el impacto de la nueva era, había casas antiguas adornadas con modernas luces navideñas, tiendas que tenía aspecto del ser construidas desde hace siglos pero que en sus vitrinas mostraban televisores de última generación.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora