El poder de la luna.

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FlashBack~

— Pocas personas logran impresionarme, pero tú lo has logrado. Sin duda, tu cabello y tu forma de pintar, hace que la luna sea una sola contigo. — 

Diana amaba pintar, adoraba la interpretación en el arte nocturno, pero siempre tuvo una conexión especial con la luna, en todas sus transiciones, ella retrataba en el papel blanco grueso que recibía el pincel con diversos colores, pero el color que más destacaba era el mismo del papel. 
Aquella vez ella no tuvo ni la menor idea de quién le hablaba. Todos estaban disfrutando de una fiesta en la mansión de los Lunari, llamada así su familia. Los invitados eran distinguidas familias de alta categoría, paleontólogos, geógrafos, investigadores, expertos en piedras preciosas. 
A eso se dedicaban, a la venta de piedras preciosas de alto valor; una de ellas, piedra de luna bañado en oro blanco. 
Taric se acercó hasta la dama que no participaba en la fiesta, sino que se dedicaba a hacer de las suyas en su arte. 
— ¿Qué hace usted aquí? No debería estar aquí. — 
Y con justa razón lo decía Diana, Taric tendría que estar adelante, no en el patio privado de la mansión. 
— No tengo ni idea de cómo he llegado hasta acá, solo me llamó la atención de que la familia Lunari nombrara tanto a su hija como la mejor intérprete de arte costoso y no verla. Sentí un poco de decepción, pero ahora me siento privilegiado en todo aspecto, ¿sabe?
No está bien sentirse atado a una fiesta llena de lujos cuando el verdadero lujo está aquí afuera con el fulgor lunar y usted, bañandose tan bien en ella. Sus ojos son misteriosos, su cabello del mismo color radiante. — 
Diana no podía con tantos halagos, sabía que era la futura promesa del arte plateado Lunari, pero no creyó que nadie se lo tomara tan a pecho, siempre creía que todo se movería por el dinero. 
— ¿Quién es usted? — La Lunari comenzó a acercarse para ver con más claridad su rostro.
— Mi nombre es Taric. — Tomó la mano de la muchacha para dejar un suave beso en su dorso, acarició con su pulgar parte de su suave piel, era casi tan transparente. 
Diana solo sintió que sus mejillas estaban tomando un color incómodo, Taric consciente de lo que causó en ella, prefirió omitir comentarios y finalmente despedirse, ya tendrían otra oportunidad para charlar. 
— Taric. — Llamó la chica de cabellos albinos. Arrancó la hoja de pintura que ya estaba algo seca y se la obsequió. — Gracias por admirar mi trabajo. 

Fin FlashBack~

[ Clase A - Salón 220. ]

— Sé que hace unas horas vine para presentar al maestro Graves el cual mencionó una sincera gratitud con ustedes, ha dicho que se comportaron excelente y todos hicieron muy bien su trabajo. ¿Saben lo mucho que amo ser su maestra jefa? — Juntó sus manos en modo agradecimiento, adoraba a estos muchachos.— Pero ahora por segunda vez tengo el agrado de presentar a un nuevo maestro. — 
La mayoría de los estudiantes levantó el cuello para saber de quién se trataba, no era nada más ni nada menor que de Taric que ingresó relajado con un atril, un estuche lleno de colores y un par de herramientas que le servirían. 
La mayoría de las chicas quedaron sorprendidas por lo guapo que era, tenía un ángel tranquilizador para todos, el resto de estudiantes ya lo conocían.
— Estoy consciente de que algunos lo conocen, es un gran artista intérprete de las gemas preciosas. — Dijo Karma. — Pero bueno, tendrán tiempo de conocerse, yo ahora iré a mi siguiente clase, pórtense bien. 
Taric aún no decía nada, estaba acomodando su atril en un buen sector junto con su estuche de colores y su paleta de pinceles. Luego sacó la radio del cajón para poner la sonata de fondo serenade. Con esa canción tan dulce de fondo, por fin se acercó al pizarrón para escribir su nombre, pronto frente al alumnado se presentó.
— Mi nombre es Taric, creo que muchos de ustedes me conocen y el resto no, tampoco deberían estar obligados a hacerlo, pero para mí es un honor estar aquí con ustedes. Por favor, procedan a buscar sus útiles, solo estaremos con un block mediano y colores, interpretaremos a la gema preciosa esmeralda. — Abrió su bolso donde traía un montón de ellas, eso sí, las puso bajo una manta de fibra suave negra para que resaltaran su color. 
Los alumnos se pusieron de pie para buscar sus materiales de trabajo, una vez estuvieron listos, Taric cambió la canción y ellos comenzar a pintar. 
— No importa si no son unos expertos en el dibujo, ustedes pinten lo que ellas le hacen sentir. — 
Se acomodó al lado de sus alumnos corriendo su atril con el block gigante justo al lado de Diana y Ezreal. 
— No les enseñaré la gama de colores, porque primero deben sentir su belleza antes de estudiarlas, saber qué significa. — Seguía hablando el maestro. 
Diana fijó su mirada en esas piedras preciosas, el brillo de aquellas se reflejaba en sus ojos hermosos; en ese momento sintió que corría agua por sus pies, ella interpretaba. 
Con un pincel grueso y una tabla para combinar colores, tomó el verde y algunos otros que esclarecieron el color, así dibujó y pintó una base con el mismo color, otros pinceles de punta más delgada harían un efecto espejo, otros las sombras y así. 
El resto de la clase estaba con técnica para dibujar las piedras, otros no eran tan perfectos. 
Taric observó a Ezreal que pintaba un enorme árbol lleno de piedras preciosas, significaba mucho eso, otros interpretaban el color con comida, con sucesos. 
Él se unió a la pintura, dibujó un bosque de aquel color, pero mezcló con los verdes más oscuros, eran las piedras preciosas entre las hojas ocultas. 
No le dio mucho detalle, pues se levantó del puesto y movió aquello hasta la pared para ver el trabajo que realizaban sus estudiantes.
La primera pintura que observó fue la de Diana.
— Para usted las piedras preciosas significan, agua de color esmeralda y la luna aumentando su hermoso brillo, a pesar que el ambiente sea claro, ella está ahí. 
— Por lo general, la luna jamás se irá, a pesar de que tenga ciclos, a ella solo le apagan el brillo, pero la esmeralda se acentúa muy bien con ella, sobre todo en momentos de calma. —
Respondió Diana, sin duda, el arte estaba en sus manos y se reflejaba bastante bien. 
Taric luego de asentir con su respuesta, pasó al siguiente pupitre.
—Ah, ¿cuál es su nombre? — Sejuani pintaba el hielo con colores esmeraldas. — ¿Puedes explicarme por qué es así tu pintura?
— Sejuani. — Contestó. — Somos de un lugar muy alejado donde la nieve y los cristales de hielo abundan, solo nosotros tenemos el privilegia de ver las auroras boreales, el color se va reflejando en ellas, es un acontecimiento muy importante para la familia de Freljord. 
— Me ha tocado visitar ese lugar y sin duda es hermoso. — Expresó Taric. 
Desde el pupitre del costado vio a Rakan autoretratándose. — ¿Te estás pintando a ti mismo? ¿cómo te llamas?
—Ah, sí. Soy Rakan.— Respondió él con orgullo. — Es que mi cabello combina también con ese color. 
— Bien.— Se encogió de hombros para ver a la estudiante del costado, Luxanna. 
— Pero qué sorpresa, pintaste una rosa de color esmeralda, ¿puedo saber por qué? y ¿Cuál es tu nombre?
— Por supuesto maestro, soy Luxanna, pero dígame Lux por favor. — Mostró su pintura.— Pues, la esmeralda es la conexión con la naturaleza, pero hay otro motivo que no puedo decir. — En solo recordar, le causaba picazón que no podía rascar. 
Taric le sonrió, respetaba que no dijera nada más. El siguiente fue lucian que dibujaba la mano de una mujer. Lucian se presentó solo antes de que el maestro hiciera la pregunta, incluso interpretó su pintura. La mano era de la mujer que amó con devoción y que por cosas del destino, falleció. Taric al oír la historia, sintió que su corazón se encogió, y no solo a él, sino que a varios estudiantes que sabían de su historia con Senna, la ex compañera de la clase. 
— Mi sentido pésame. — Dijo Taric poniendo su mano en su hombro, luego de ello, se acercó a Janna y al resto de las alumnos que dibujaron la esmeralda como se representaba realmente. 
Casi al final de la clase, Taric tomó todas las pinturas y las expuso en la pizarra, cada uno de ellos tenía diversas interpretaciones. 

— El color esmeralda, o Smeragda, tiene el significado de ser: La que irradia pureza, los que tienen esperanza, los que siguen adelante, el verde es el color del planeta venus, homónimo de la diosa del amor y la fertilidad. También la piedra es conocida como la piedra del amor. Ahora ustedes en su mayoría pintaron lo que realmente sentían al ver la piedra y eso fue, acontecimientos importantes. No veamos la negatividad, sino siempre lo positivo. 
Se utiliza mucho en los quirófanos como signo de esperanza, si nos fijamos en la calle, el semáforo señala verde para seguir adelante, ¿coincidencia? no lo creo. Por lo mismo, antes de aprender los colores de memoria, hay que saber qué sentimiento nos crea, no es solo ver ''amarillo'' y ya, sino que nos lleve a un pasaje en especial como a mucho de ustedes. —
Cuando terminó de hablar, toda la clase le aplaudió pues fue algo inexplicable, el anterior maestro era una greda seca rota, él no, siempre diferente. 
Las pinturas fueron entregadas a sus respectivos dueños, pero solo una no recibió su pintura. 
Todos salían del salón, Diana tardó más en hacerlo, pero antes de cruzar el marco de la puerta, Taric habló. 
— La luna siempre está presente en todos los aspectos de mi vida. No lo olvido, Diana. —
La chica volteó para verlo de reojo. 
— Se refleja en mí, sé porqué conserva la pintura. 
— Ambos lo sabemos, radiante luna. 
No dijeron nada más, al menos en ese momento. 
— ¡Anda Diana, tenemos que cambiarnos de ropa! — Gritaba Sejuani de un extremo del pasillo, pronto tendrían la clase de deportes. 
Los muchachos venían de regreso del baño cuando Camille les cuestionó qué tal su clase con el nuevo maestro, Jayce, Ezreal, Kai'sa, Akali y Ahri adoraron la clase, de hecho hablaron por todos sus compañeros que la enseñanza era incluso más bella. 
— Qué gusto que amen sus clases de arte, él es el mejor. — La directora se retiró para cuestionar a sus otros alumnos que tuvieron las clases con los maestros nuevos, de todos ellos recibiendo respuestas positivas. 

— La clase ha estado de locos, no entendí casi nada. — VI se golpeaba la cabeza con sus manos de forma suave. — No logro entender lengua extranjera, es eso o es que el maestro Ryze hace que todo suene más complicado. 
— No es eso, él explica bastante bien todo, lo que pasa es que te pones a mirar moscas. — Contestó Yasuo que entregaba un jugo en caja a la pelirosa. 
— Vi tiene razón, a veces se me traba todo lo que tengo que leer en lengua extranjera, se me hace muy raro hablar de otra forma, al final termino riendo de todo. — Se encogió de hombros Jinx. 
— Ustedes dos son primas, deberían apoyarse para estudiar. — Dijo Xin Zhao. 
— ¡NO! — Respondió la peliazul y la pelirosa. 
— Si hacemos eso nos terminaríamos agarrando del cabello o ella del cuello y yo de su cabello. — VI abrazó con cariño a Jinx, primas pero unas muy buenas enemigas. 
— Yo no sé cómo lograste entrar a esta academia, menos yo. — Recibió el abrazo a gusto. 
— De milagro no las veo peleando a las dos. — Se sentó Katarina entre medio de todos. — ¿Qué clase nos toca ahora?
— Con la bellísima maestra Fioga. — Se mofó Lee sin. 
— Es Fiora. — Una regla golpeó con agresividad el pasto donde estaban sentados, la maestra tenía que hablar con LeBlanc pero al ver que no estaba ahí se apartó pero no sin antes preguntar dónde estaba ella. 
— Por allá con su séquito de seguidoras venenosas. — Respondió Katarina. 
— No hables así de tus compañeras. — Reprendió Fiora. 
— Ella habla mucho peor de usted, señorita. — Katarina se levantó para ir a la máquina expendedora llamada ''Blitz.''

Vladimir se sintió bastante a gusto con LeBlanc , por supuesto que ella ya estaba enterada de la posición social del muchacho, por ende,  no dudó en acercarse a él con Ahri y Syndra.
Sus modales eran los más correctos en todo momento, Ahri también intentaba decir algo cuando podía, pero Syndra era indiferente de sus actos, ella solo veía a lo lejos a Zed y a sus amigos. Kayn, Talon, Sylas, Draven y Varus. Siempre eran los mismos hablando sobre juegos o concursos, quién sabe. 

— Syndra, ¿escuchaste eso? — No paraba de reír LeBlanc por lo que le contó Vladimir. 
— ¿Qué cosa? — Espabiló de inmediato cuando Zed la vio fijamente, pero para no chocar miradas miró a Ahri que estaba comiendo. 
— Vladimir siente el mismo repudio que nosotros, no tiene ni idea de cómo algunos ingresan a esta academia. — Recordó LeBlanc. 
— ¿Ah sí? Pues, hicieron una prueba y los admitieron. 
— Creo que usted acepta que los trapos viejos tengan los mismos derechos. — Vladimir se acercó para intentar tomar su mano, pero esta se negó. 
— Mira, tengo mis diferencias, pero de ahí a siempre estar humillando no es lo mío. — Se levantó de su puesto para ir directo hasta donde estaba Zed. 
— Te ignoró completamente. — Se enderezó Ahri. 
Vladimir al sentirse así de rechazado, entrecerró los ojos para verla, nadie ignoraba un beso de su parte, nadie y menos ella. 
— Bah, ignorala, ¿ves al chico con el que fue a hablar? Pues no es más que un trapo viejo del cual se enamoró, su relación duró algunos meses y luego él la botó por Akali, por supuesto ella no le dio ninguna clase de chance. 
— Mm...—Buscó con la mirada a Akali, no sabía quién era, pero Ahri fue la primera en describirla. 
— Ella es adoptada de padres millonarios, no es alguien que tenga la aprobación total, ¿sabes?— Reafirmó Ahri. — Pero bueno, en las vacaciones Akali y Zed se encontraron para una cita y se besaron bajo el árbol de muérdago. Así que Syndra tiene rencor con ella y sus amigas cercanas, Kai'sa, Quinn, incluso con Malzahar. 
— ¿Cómo es que ustedes se saben los nombres de todos sus compañeros a pesar de no ser de la misma clase?— Preguntó Vladimir.
— No siempre fue así, antes éramos de Clase A y B, el C se incorporó por la llegada de más alumnos, hace un año se incorporó el C, algo injusto porque estábamos con alumnos de clase. 
Mira, para que estés al tanto de los más adinerados de este nivel. — LeBlanc tomó un papel en blanco y comenzó a escribir. — Jayce está en la clase de Ahri, él tiene dos mansiones, una en la ciudad más innovadoras, otra en la playa, sus padres son adinerados por sus inventos. Ezreal, otro alumno de la clase de Ahri, es un chico de padres geógrafos más conocidos de su país, está repleto de reliquias de museo, conocimiento y demás, un chico con bastante dinero. 
Diana, la chica que ves allá saliendo con la más alta, Sejuani, son hijas de reyes. 
Los Lunari son los proveedores de preciosas joyas, su hija es una princesa del lugar, pero ellos rebajan su clasificación de reyes a simples ciudadanos, tienen mucho éxito. Sejuani, es la prima de Ashe, reinos de Freljord, son hijas de reyes, por normalidad tiene dinero hasta para regalar, pero ellas no lo aparentan y se juntan con los trapos viejos. Lux, la hermanita menor del maestro de Química, ellos hace años sirvieron a la corona real, en realidad su familia, tienen un gran porvenir monetario, ella se junta con trapos viejos también. Quinn, la amiga de Akali, es de la familia real, sus padres son de las grandes filas del rey, y Ahri que está al lado. 
— Mis padres son dueños de las costas generales de mi país. — Sonrió la chica con coquetería. 
— Esos son los alumnos de la clase A, los del B, bueno, no hay mucho, Sona, Syndra y yo, solo tenemos mucho dinero, bastantes influencias políticas. Y los del C.
Leona es prima de la generación Solari, la parte reluciente de las piedras preciosas del país, es prima de Lunari, rigen en el mismo reino pero diferentes políticas, sus padres chocan, pero ellas se llevan bastante bien. Ashe es la hermana menor de Sejuani, ella muestra más clase, es la siguiente heredera de la corona y Tryndamere es heredero de la corona, por ello son pareja política y pronto matrimonio para seguir con el legado, y por último, Caitlyn, su familia se baña con billetes, ella es más seria, de caracter fuerte. Sus amistades siempre han sido Leona y Ashe, así que, no es que se junte con tantos de clase baja. 
— El año pasado, sus padres dejaron a dos sirvientes para ella. — Mencionó Ahri. 
— La mayoría de las acciones las tiene sus padres, es decir, la academia es en parte de su propiedad, como otras universidades. — Dijo LeBlanc. — Y tú, hijo de condes. 
— Lo soy, la realeza está vigente en estos lados, en otros no muchos. 
— ¡Por fin te encuentro, LeBlanc! — Se acercó Fiora a la menor. — Tenemos una junta de comité de profesores, desean verte. —
Enseguida se puso de pie para ir con ella, no tenía de qué se trataba. 
Cuando Vladimir se acomodó al lado de Ahri, con galantería le tomó la mano. 
— Qué suaves son tus manos. 
— ¿Ah? — Ahri tomó un color rojizo en sus mejillas. 
Varus que vio las intenciones desde lejos de ese nuevo compañero suyo, lanzó la pelota a la cabeza del nuevo compañero, ni siquiera estaban jugando futbol o algo, solo lo hizo por arranque de celos. 
— Lo siento, Vladimir, no fue mi intención, estábamos a punto de jugar. 
— ¡Ten más cuidado, Varus! — Ahri preocupada por el golpe que le llegó a Vladimir, le acarició la cabeza para llevarlo a enfermería, más este último se negó pues no fue tan grave.
— Pierde cuidado, deberías comprar una regla para saber dónde patear. — Dijo el albino. 
— Sí, tendré mucho más cuidado. 

La campana volvió a sonar, era la tercera clase y la última. Todos los alumnos se dirigieron a sus clases, menos los del A que iban atrás de la escuela donde estaban las canchas de diferentes deportes, era tan enorme la escuela que gozaban de esos lujos, incluso de caballerizas. 
En ese lugar esperaba un fortachón hombre a los alumnos, un pitido los hizo a todos formar. 

— Veremos cómo están con su estado físico, ¿ah? así que bien, media hora de trote suave por todo este sector, luego irán por el campo de juego y harán veinte sentadillas. ¿Entendido? — Darius dio un nuevo pitido. 
Riven, Akali y Lucian llevaban la delantera en el trote, el resto iba atrás de ellos. 
— ¡Vamos, con ánimo perezosos! 
— Disculpe, maestro Darius. 
— ¿Por qué no estás trotando? — Volteó bruscamente pero cambió el tono al notar que era Taric. — ¿Sí? ¿Qué ocurre? Disculpa por tratarte así, es que así soy con...¿Qué haces con los del B acá afuera? — Le estaba dando un tick en la ceja. 
— Pues su clase es interpretar la belleza del campus deportivo, así que, por eso están todos acá. Se comportarán, ellos lo prometieron. 
— Escúchenme bien, basuras. — Se dirigió Darius a sus alumnos. — Si comienzan a gritar, los haré correr con sus pinturitas por el campus, ¿entendido?—
Todos asintieron, incluso Taric que se sintió intimidado por su tono de voz. 

—Mira las piernas de Janna, a mí me parece de lo más sensual, creo que eso pintaré, es decir, están hablando de hermosuras. — Se expresó Ekko que recibió un bien merecido golpe en la cabeza por parte de Yasuo. 
— De eso no se trata, sino de recreaciones. — Murmuró para no hacer enojar a Darius. 

— ¡RODILLAS ARRIBA, VAMOS! — Gritaba vigilando los minutos en su reloj. 
— ¿No había otro lado para pintar? — Pinceleaba Xayah.
— Ha sido culpa mía, alumnos. Pensé que a estas horas no habían clases de deporte, pero ahora me doy cuenta que mañana no hay, no hoy. — Se disculpó Taric una y otra vez. 

El altavoz de la escuela anunció una corta llamada a los maestros, debían reunirse cuanto antes en la sala de maestros para tratar un tema que se había presentado recientemente. 
Darius dejó a cargo el reloj a Draven, no estaba en la clase de él, pero era el más confiable. 
— Tomales el tiempo, no hagas idioteces, no porque seas mi hermano no te castigaré. 
— Pero si estoy en arte ahora, no en tu clase de deporte, no es justo. — Cogió el reloj. 
Taric avanzó con calma por la salida del costado para ir a la lejana sala de reuniones, cuando Darius iba a hacer lo mismo, vio en cámara lenta la caída de Luxanna que tuvo gracias a Ahri que le puso el pie justo en medio para que se tropezara. 
La rubia se golpeó la frente con fuerza, tan fuerte fue el golpe que sonó su cabeza contra el pavimento.
— Señorita Luxanna. — Corrió Darius haciendo que Taric se detuviera en el acto. 
— ¿Está bien? — Cuestionó el otro maestro preocupado para socorrer también.
— Dile a la directora que luego pasaré por su oficina para que me informen, llevaré a Lux a la enfermería. 
— Maestro. — Sylas se levantó de su puesto. — Yo la llevaré, usted vaya en calma a su reunión.
— Sylas, toma asiento, soy el maestro y responsable de ella, tú estás en clase de artes. — Luxanna estaba inconsciente en el piso, pero pronto estaba en los brazos de Darius que de inmediato la llevó a la enfermería.
Sylas veía cómo se alejaba con ella hasta la otra salida, un camino largo para los recintos médicos de la academia. 
No entendía porqué siempre sentía celos del maestro Darius, o más bien, lo sabía pero no quería admitir nada. 
Diana por otro lado estaba más relajada, se sentía mejor sin la presencia de Taric ahí, sabía que lo hacía adrede. 

A Darius le tomó unos minutos llegar al edificio de enfermería, era casi un hospital pequeño que atendía a los alumnos exclusivamente, como la academia estaba muy alejada de la civilización, era conveniente tenerlos ahí. Eran los mejores doctores y las exclusivas enfermeras que atendían. 

— ¿Qué le pasó? — Preguntó un doctor que de inmediato abrió una de las puertas de las habitaciones privadas para examinarla. 
— Se ha dado un golpe en la cabeza cuando tropezó, una de sus compañeras le puso el pie para que cayera y quedó inconsciente. — 
El doctor de inmediato llamó a las enfermeras para que limpiaran la herida y prepararan los equipos de examenes, tener golpes así de fuertes y quedar inconsciente no era bueno. 
Darius estaba impaciente, no quería que nada malo le pasara. 

Taric al llegar a la sala de reuniones avisó de inmediato a la directora sobre la situación que tenía Darius con la alumna Crownguard, de inmediato Garen se alertó sobre el estado de su hermana.
— Luego podrá ver a su hermana, Garen, además, los médicos y su maestro están ahí para velar por ella, no se preocupe que las noticias malas son las primeras en volar, si ya estuviera grave, la llamada llegaría aquí. —
Garen le encontró toda la razón, Darius era un muy buen maestro. 

En el campus sin supervisión alguna, los del B estaban a golpes con los del A y viceversa. 

— Te vi zorra sarnosa como le pusiste el pie a Lux para que cayera al piso. — Jinx la tenía contra el piso a punta de golpes, Ahri contestaba de igual forma con golpes. 
— No es mi culpa que tenga piernas chuecas y amigas de trapo sucio. — Tomaba del pelo a Jinx. 
— ¡¿Qué dijiste?! — Saltó VI de su puesto para ir a buscar los golpes, LeBlanc no se lo permitió pues sería pelea injusta entre una y dos, pero como VI tenía sangre en los ojos, le dio un puñetazo bien dado en la mandíbula de la chica, sonó tan fuerte que Syndra se preocupó. 
— ¡Hey, basta! — Akali fue a tomar del cabello a LeBLanc, en ese momento Syndra se levantó para ir hasta donde ella y quitarla de la pelea, ahora entre las dos se daban de buenos golpes con justa razón
— ¡Quitense la ropa, chicas! — Avivaba las llamas Ekko, Draven, Lee sin y Xin Zhao. 
Rakan aprovechó para estar al lado de Xayah para ver el espectáculo. 
Ezreal y Jayce intentaban detener la pelea, pero no se podía las chicas eran unas fieras. 
— ¡Tienes dinero solo porque tus padres son unos embusteros, Ahri, no eres nada! — Jinx tenía llena de barro a Ahri y Jinx estaba en las mismas condiciones, más cuando a Sejuani se le ocurrió encender las regaderas del campus para que pararan la pelea, pero esto las incitaba más. 
— ¡Solo eres un sucio trapo y ladrona! ¿No te acuerdas? — Ahri tiraba patadas  sin ser soltada. 
— ¡¡¡Ni que tuvieras grandes adornos, eran puras cosas de zorraaaaa!!!! 
El resto de los alumnos comenzó a grabar la pelea con sus teléfonos celulares. 
— Clase alta pero de mimadas como ustedes. — VI agarró a Ahri por el brazo y de una aleta la lanzó lejos. — Sal de acá, pájaro sucio. 
LeBlanc quiso defenderla, pero esta vez Katarina intervino, ahora si le llegarían sus buenos golpes por todas las malas bromas de todos los años y peor por lo que hizo anoche con su ropa. 
— Te las verás conmigo, basura asquerosa. — La peliroja dio una patada al aire que le llegó en la nuca a LeBlanc, esta cayó al piso. 
Sona estaba justo al lado de Janna, las dos estaban preocupadas, Quinn fue la que salió del lugar a buscar a uno de los cuidadores, en ese momento apareció Jarvan y Jhin que detuvieron la pelea. 
— Qué vergüenza, ¿y ustedes muchachos por qué no detuvieron la pelea? — Jarvan las sentó a todas en la misma fila del campus. — Se quedan acá hasta que lleguen sus maestros. —
Jhin suspiró cuando vio el pasto todo corrido por las patadas y los revolcones que se pegaron en el piso. 
— Y tanto que me esmeré para que quedara hermoso, como una obra de arte. 
— Ya tendrás tiempo para que se vea bien otra vez. — Regañó Jarvan. 

Los maestros estaban en reunión por la unión de los cursos y seguramente el nuevo paseo que harían con sus alumnos de diferentes grados. La reunión fue interrumpida porque la puerta se abrió de golpe, era uno de los alumnos, Diana.

— ¿Qué modales son esos, señorita Diana? ¿Cómo se atreve? — Diana estaba agitada por la corrida, pero cuando se calmó habló. 
— Lo lamento señorita Camille, es que en el campus se desató una pelea por el accidente de Luxanna y parece campo de guerra, por favor, venga a poner algo a esto. — 
Camille, Karma y Taric salieron con mucha prisa de la sala de profesores para correr hasta el campus, desde la distancia se veía a todas las muchachas embarradas y golpeadas. 
— ¡Pero qué clase de comportamiento es este en mi escuela! — Gritó Camille. 
— Puedo explicarlo. — Habló VI. 
— Nada de explicaciones por ahora, primero se van a las duchas y cambiarse de ropa, qué falta de respeto es esa a la institución. — 
Ahri empujó a Jinx levemente por los golpes, Camille alcanzó a ver este acto por lo que llamó a las dos a su oficina. 
— Pero nos ha ordenado bañarnos primero. — DIscutió Ahri. 
— Sucias o no, van a mi oficina de inmediato, ¡ahora! — Se calmó un poco. — Maestra Karma, ¿puede llevar a la clase B a su salón por favor? creo que necesitan una buena orientación. Maestro Taric, usted quédese acá con los alumnos del A. — 
Ambos obedecieron órdenes. 
Karma llevó a los alumnos de Darius a su salón y sus herramientas de trabajo, cada uno con sus pinturas frescas, por otro lado, los de A nuevamente se quedaron con Taric. 
— Bueno, si su maestro siguiera acá. Les diría que hicieras las sentadillas, ¿no? ya que la media hora ya pasó. — 
Todos obedecieron para hacer las sentadillas, menos las que debían ir a bañarse. 

Los doctores hicieron los exámenes de Lux, todos arrojaron que estaba bien y que no se fracturó nada, tampoco tendría algún coágulo, solo un golpe que le remeció el cerebro. 
Por el momento había recobrado la consciencia, se sentía cansada por lo demás. 
— Lamento haber interrumpido en su clase, maestro Darius. — 
El fortachón cerró la puerta del dormitorio, menos mal a los costados habían cortinas para que no entrara luz por ningún lado, era normal que le doliera la cabeza. 
Ambos estaban a solas. 
— ¿Desde cuando Ahri te está molestando, Lux? — Se sentó en la silla próxima a la camilla. 
— Desde hace años, es porque quedé como líder del equipo de bastoneras, pero eso ya pasó hace tanto, además porque no me junto con los de clase, que según ella son todos los adinerados de la escuela, pero yo no soy así. 
— Jamás has sido así, de los años que conozco a tu hermano se han comportado así, ni cuando fuimos compañeros en este mismo lugar, pero siempre habrán diferencias de clases sociales. 
— Lo sé...¡ash! — Frunció el cejo por el dolor. 
— No te esfuerces en hablar, solo descansa. Ya debo irme, Lux.— 
Para cuando Darius se levantó de su silla y antes de correr la cortina, Luxana lo tomó del antebrazo para atraerlo, aprovechando que estaban a oscuras. 
— Gracias otra vez. — Darius se acercó a Luxanna con tranquilidad. A pesar de la oscuridad, Darius tenía muy bien examinado el rostro de la muchacha entre las sombras. Sus ásperas manos acariciaron sus suaves mejillas coloradas, su definido mentón y la pequeña nariz, pronto su dedo pulgar se posó sobre esos blandos labios rosas pálidos que lo enloquecía. No podía con tanto esfuerzo, no cuando estaban a solas, por ello se acercó a tomar esos dulces labios que solo a él le pertenecían. Sus bocas tibias recibían del uno esa sensación dulce, cuando acabaron ambos suspiraron.
— Debemos tener cuidado, mucho más de tu hermano que no sabe lo nuestro. 
— Lo sé, Darius, pero deseaba tanto besarte, lo necesitaba en verdad. 
— Yo también lo estaba deseando, desde el día que llegaste a mi vida, la hermanita menor de mi mejor amigo. En fin preciosa, debo irme, te quiero. 
— Yo te quiero a ti. 

Al salir de la habitación, justo venía en camino Garen con un gesto notable de preocupación. 
— Hey amigo, con calma, Luxanna está bien. No enciendas las luces que de golpe que se dio le ha dado jaqueca, ¿bueno? 
— ¡Gracias Darius por cuidar de ella! Te lo agradezco un montón. Por cierto, tu clase ha tenido un pleito con los de A, fue por la caída de Luxanna.— 
A Darius le volvió el tick en la ceja. 
— Otra vez esos mocosos, pero entiendo a qué se debe, una de las alumnas le puso el pie a Luxanna para que se cayera. En fin, lo solucionaré cuanto antes. 
Pronto Darius llegó al salón donde estaban todos sus alumnos escuchando las dulces palabras de Karma que los regañaba con toda la clase posible. Estaban presente LeBlanc, Syndra, Katarina y VI, las otras seguían con Camille. 
— ¿Ven? todo se puede solucionar con las palabras. — 
De pronto el ambiente se volvió lúgubre, era porque Darius estaba en el marco de la puerta oyendo todo. 
— Señorita Karma, qué gusto que esté acá, ¿por qué no está Taric aquí?
— Oh, maestro Darius, Camille nos ha dado órdenes. Así que tomé su clase mientras y Taric está abajo. 
— Ya veo, ¿le puede decir que ya voy? charlaré un momento con mi clase, solo un instante. 
— Maestra Karma, no se vaya. — Rogó Syndra con un puchero. 
— No puedo, él es su maestro jefe. — Karma por fin salió del salón y cuando se alejó del pasillo, un enorme grito los hizo enderezar a todos.
— ¿Ahora se dedicarán a ser unos chimpancés? ¿Qué demonios creen que vienen a esta escuela? No creo que a mostrar sus bolsillos rebosantes de dineros o a mostrar la libreta de ahorros de sus familias, menos a mostrar que vienen de un barrio y aunque así se sintieran orgullosos, vienen a estudiar y a ser mejores personas. Entiendo que defiendan sus intereses y a sus amigos, pero la forma no es esa. ¿Qué pasa si a alguna de ustedes se les pasa la mano con los golpes? Lo digo por ti, VI.
— ¡Todo yo! 
— Tienes la mano pesada, participas en el club de peleas y no vas a saber que tus golpes son tremendamente fuertes. 
— ¿Qué demonios hacías metida tú ahí, LeBlanc y Syndra? 
— Defender a nuestra amiga Ahri. — Respondieron en unísono. 
— Difindir i nistri imigui ihri. — Se mofó Darius. 
— Vaya, burlarse así es de familia. — Dijo Ekko en voz baja para Draven. 
— Sí, admiro a mi hermano, pero no lo admiro tanto como me admiro a mi mismo. 
— Cállate Draven. — Lo regañó Darius. 

Taric envió a los alumnos a las duchas pues solo seguía el procedimiento del deporte, en ese momento llegó Karma para saber cómo iban las cosas. 
— Ahora fueron a tomar la ducha, pero todo bien, están tranquilas y tranquilos. 
— Qué bien, gracias por cuidar de ellos, en situaciones así luego de la ducha, los llevo al salón de té para regañarlos, pero con clase. 
— Espero que no como lo hace Darius con sus alumnos. — Dijo Taric. 
— Por supuesto que no, él es más severo con sus estudiantes porque son los más escandalosos de toda la escuela. Los míos son los más relajados, solo hasta que les das motivos, y los del C, ellos son de Viktor, no sé cómo le hace para que ni se vean en el mapa. 
— Aún no tengo el placer de enseñarles. Ah, por cierto, cuando te los lleves, ¿me prestarías a tu alumna Diana? quiero conversar un par de cosas con ella sobre su pintura y la de sus compañeros, me encantaría se inscriba al taller que abriré sobre pintura. 
— Por supuesto, solo cuidado con su genio que es muy cambiante. 
— Sí, lo he notado. 

Más tarde todos los alumnos terminaron su horario escolar, la gran mayoría veía el vídeo de la pelea del tercer grado, fue tanto que hicieron apuestas y más. 
Lux ya estaba en su habitación con Jinx que la cuidó en todo momento. 
— No debiste ponerte a pelear, Jinx, no con Ahri.
— No dejaría que te pasen a llevar, pero me salí con la mía porque hasta el maestro dio el aviso con la directora Camille. 
— ¿Si? ¿Qué pasó? — Jinx apagó la luz para que no molestara el brillo, en cuanto lo hizo, se recostó en su cama. 
— Pues la expulsaron de las clases, sus padres la vinieron a buscar en cosa de horas, la regañaron y me pidieron disculpas por los modales que tenía. Fue hermoso, maravilloso. 
— Me siento mal por ella. — Murmuró Lux. 

En la habitación de más allá estaba LeBlanc cambiando habitación con Quinn, Camille separó a Katarina de LeBlanc por las peleas, ahora se quedaría Syndra y LeBlanc en la misma habitación y Quinn estaría con Katarina. 
— Lamento que te estén haciendo cambiar de habitación, Quinn. 
— Pierde cuidado, Katarina, yo no soy como ellas que se fijan en el estatus social, además, Syndra me estaba haciendo la vida de cuadritos. — 
Katarina se acercó para tomar su ropa y ayudar a doblar sus prendas.
— Me imagino el porqué, no tienes culpa alguna, solo que se sienten muy poderosas la verdad. Aún no he hecho muchas amistades con gente de clase alta como tú, pero me encantaría que todas fueran tan amables como tú lo eres. 
— Katarina, eres una muchacha muy dulce, ¿por qué me habrá de importar si tienes dinero? todos han tenido un camino de esfuerzo que recorrer. 

En las habitaciones de los chicos el panorama era diferente. 

— Me parece algo inadecuado que dos mujeres se golpeen por el amor de un hombre. — Comentó Vladimir que hacía su tarea sobre el escritorio. 
— Supongo que lo dices por Syndra y Akali. ¿Alguna de ellas te interesa? Pues quédate con Syndra, las diferencias sociales las tiene muy marcadas y no me apetece estar peleando con LeBlanc y su séquito a cada minuto. 
— No, ninguna de ellas es de mi real atención. 
— Sí, y ahora que compartes con ellas, espero no tener la mismas palabras que obtuve de LeBlanc sobre nosotros. 
— Todavía amas a Syndra. — Vladimir lo veía en sus ojos. 
— No, ya no me interesa. — Dijo Zed, no era sincero. 
— Pues bien, jugaré con ella si no te importa. — Mostró una sonrisa juguetona. 
Zed estaba entre la espada y la pared, todavía quería a Syndra, jamás dejaría de hacerlo, pero Akali también estaba presente en su vida.

Los alumnos estaban todos en la habitación, otros seguían recorriendo parte de la instalación de los salones y algunos en talleres de otro edificio. 
Taric se encontraba organizando un nuevo taller de pintura en las instalaciones del final de la academia, ahí se podía ver la belleza del lago junto con el frondoso bosque. 
— Debería estar en mi habitación. — Diana tenía las manos atrás en su espalda esperando alguna orden. 
— Lo sé, pero te he pedido un permiso en especial, no tienes de qué preocuparte. De hecho, me encantaría pedirte un favor, y es que tu talento es enorme, lo sabes bien. Quiero que realices el curso de pintura conmigo, no como alumna, sino como mi mano derecha. — 
Diana no tenía idea de qué decir, Taric la hacía sentir un tanto perturbada, era mucho más que eso. 
— Yo...— Sabía que él la admiraba sinceramente sin fines de lucro, solo amaba su interpretación. — Estoy de acuerdo. 
— Lo dices con tristeza. — Taric se acercó a la bella estudiante para tomar sus suaves manos por segunda vez. El atardecer hacía ver sus ojos de color anaranjados junto con un manto oscuro que se avecinaba para caer con estrellas, la luna de fondo se iluminaba. — ¿Hay algo que te incomode, Diana?
—No es eso... — Lunari bajó el rostro con serios problemas para hablar, estaban solos ahí con un montón de pinturas y una de ellas más destacada era la que le obsequió ella a él. — Es que, por favor... no se comporte así conmigo, es muy sincero y halagador. 
— Lo mereces, ¿qué de malo en eso?—
Las manos de la muchacha comenzaron a temblar, cuando levantó la mirada su rostro estaba enrojecido. 
— Temo enamorarme de usted.— Confesó finalmente. Taric no tuvo ninguna reacción en el momento, Diana le parecía una mujer dulce, no era una niña. — Maestro, no sé qué pasa...yo..
— Diana...— No aplicó fuerza en ningún momento, solo atrajo a la mujer hasta sus brazos para brindar un afectuoso abrazo. No solo su forma de actuar le atraía, sino que también su sinceridad, su transparencia. 
— No siga, Taric. Saber que eras usted el que daría las clases...
— ¿Recuerdas cuando nos volvimos a encontrar en el lago de esmeralda? — 
Diana recordó esa hermosa luna llena que hacía de las olas un show espléndido, el agua siempre se alteraba con su forma. — Las piedras preciosas las componen el agua y de ellas nacen sentimientos, ¿por qué crees que tu clase se trató de esmeraldas?—
Diana levantó la mano para mostrarle su anillo de oro blanco con una piedra de esmeralda. 
— ¿Significó algo para usted ese día? — Taric tomó el rostro de la albina para que se vieran a los ojos. — Tú no sabías que yo sería tu maestro acá, tampoco sabía que serías mi alumna, me tomó por sorpresa, mi espléndida luna.
— Usted es el amigo de mi familia... y el hombre que robó mi corazón. — Murmuró Diana. 
Taric sonrió suavemente dejando un pequeño beso en su frente, era muy respetuoso, pero Diana lo llevó hasta el rincón del aula para tomar su rostrocon delicadeza y juntar sus labios. Se besaban con toda pasión posible, eran uno solo hasta que sus alientos les pedían un leve respiro, se besaron hasta que sus labios estuvieron hinchados. 
Por fin el manto de la noche cayó en el salón, solo era estrellas y una enorme luna iluminando el interior del salón pues la luz sintética la apagaron. 
Solo se estaban entregando uno al otro en besos y aunque sus cuerpos deseaban algo más, era imprudente tomar la iniciativa en ese salón. 
La puerta del salón fue golpeada por Karma que se enteró Diana no estaba en su habitación. Con rapidez Diana se apartó de Taric y tomó el pincel que tenía encima para seguir pintando algo que naciera de su corazón, Karma al ver qué hacía cuestionó por qué estaban con la luz apagada, y era que la pintura solo se veía en la oscuridad, pues si se encendía la luz, el color variaba. 
Karma encantada por la obra de su alumna se quedó viéndola un rato, Taric también la observaba, pero con ojos de enamorado, era su piedra preciosa, era su luna. 



king justice schoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora