Capítulo 37 - Insomnio

677 37 25
                                    

Desperté después del accidente.
Estábamos atascados. Todos estaban inconscientes.
El sonido de los Z se escuchaba. Decido entonces llamar a Laura, y lo único que consigo es que los Z vengan en mi dirección.
Trato de salir pero no puedo. Dentro del auto ya alguien se había convertido, pero no podía ver quién era. Llamé de nuevo a Laura, y por fin despertó. Ella pudo salir, despertó al resto, y nos ayudó a salir. El Z convertido dentro del auto no era conocido por nosotros, era un compañero de Daniel y Alex.
Ya estábamos todos fuera, y el auto comienza a sacar humo. Acto seguido nos damos cuenta de que va a estallar, y de un grito nos vamos todos del lugar.
Alcanzamos a llegar a la carretera, y el auto explotó.
Riley se puso a hablar con Laura. Alex hablaba con Emma, Chloe y Briana, y Daniel me llama para hablar con Derek, Andrew y él mismo.

-Pueden confiar en nosotros, somos de los buenos, y estamos igual que ustedes. Necesitamos llegar a nuestra comunidad, donde les aseguro que los recibirán muy bien. Tenemos cultivos, paneles solares, y agua purificada, y claro, créanme que la convivencia es buena entre todos. Lo único malo es que el líder del lugar no hace nada, y sólo da órdenes que, aquí entre nos, no las cumplimos porque algunas son absurdas. Entonces, ¿Vienen con nosotros?

-¿Qué dicen chicos? -Le pregunté a Andrew y a Derek.

-Lo que tú digas. -Dijo Derek-.

-Me parece bien, es lo que necesitamos, pero tú escoges Miguel. -Añadió Andrew-.

-Vamos entonces. -Le dije a Daniel-.

Nos estrechamos las manos, y luego Daniel le informa a Alex, y yo al resto.
Comenzamos nuestra nueva aventura en busca de un nuevo hogar, esta vez, con la esperanza de que las cosas salgan bien y de que no tengamos que volver a huir.
Daniel agarró un mapa.

-El lugar está a más o menos dos días de aquí, así que tendremos que parar y tratar de no morir en el intento. -Exclamó Daniel-.

Caminamos por medio día sin parar. La última gota de agua de mi cantimplora se la di a Laura, quien se notaba demasiado cansada, tanto física como mentalmente.
Salimos de la carretera rodeada de bosque, y nos encontramos en frente con un panorama no muy bueno, porque pudimos notar de lejos que una horda inmensa venía para acá. Era muy grande, así que no podíamos rodearles. Estábamos en medio de la nada.

-Esperen un momento. Recuerdo que cerca a este bosque hay una pequeña casa, donde el sótano es como un búnker. Síganme. -Dijo Laura-.

-¿Y cómo es que sabes eso? -Preguntó Daniel-.

-Confíen en mí.

Corrimos con lo poco de aliento que nos quedaba.
Y lo que había dicho Laura era cierto, ahí estaba la casa.
Entramos, y Laura se puso a buscar el "botón" que haría que se abriera el supuesto búnker. Después de cinco minutos y de desesperación porque la horda de acercaba, Laura encontró el botón y entramos.
Estuvimos por, sin exagerar, una hora escuchando que los Z caminaban sobre nosotros.
Nos pusimos a investigar el búnker, y me di cuenta de que era un poco parecido al de ella y Félix.
Laura no dijo nada al respecto. Estaba muy callada, y se notaba preocupada.
Tomamos lo que pudimos de provisiones, y nos pusimos a dormir.
Todo estaba muy raro. No pude dormir, pero todos dormían.

Me paré de donde estaba, y decidí ir a la sala de control. El monitor decía que afuera aún era de noche, y la cámara mostraba que aún quedaban Z por ahí.
La radio sonó. Era un canal desconocido.

-Los helicópteros salen en dos meses. Tienen tiempo para saber qué hacer para sobrevivir a los bombardeos.

¿Militares? No lo sé, era lo más probable, pero, ¿Militares después de varios años de apocalipsis?
Laura me sorprendió por la espalda. Me llevé un buen susto.

-¿Qué haces? -Preguntó Laura, mientras tocaba mi hombro-.

-No podía dormir, así que me vine para acá un rato... Oye, ¿Sabes algo sobre unos bombardeos?

Laura no respondió.

-Hey, amor, ¿Qué pasa? ¿Me estás ocultado algo?

-Es que...

-¿Qué pasa?

-Prométeme que no me dejarás por lo que te voy a decir.

-Te lo juro.

-Respecto a las bombas. Sabía de ellas desde que todo empezó, pero juré que nunca diría nada. Al final se me olvidó, y apenas ahora me acordé cuando tuvimos que entrar al búnker.

Puse cara de estrés, desespero, y salgo de la habitación un poco enojado. Salí del búnker.
Estuve sentado en el césped apreciando el paisaje nocturno como todo un estúpido y un dramático. Pasó media hora. A cada Z que se me acercaba lo acababa.
Laura salió también, y sin darme cuenta, se me asomó por arriba de mi cabeza, y me besó.
Claro, amortiguando el golpe de no habernos dicho nada. Igual, me gustó.

-Perdón, pero lo pasé por alto. -Dijo ella-.

-No te preocupes. Igual ya se me pasó la rabia.

Laura se sentó conmigo, y se recostó en mi hombro.

-Simplemente... no quiero que esto acabe, no, no ahora que las cosas nos quieren salir bien. No quiero saber qué sigue después de la muerte. No quiero que me mate una estúpida bomba. No quiero morir. Quiero hacer historia es este apocalipsis. Quiero hacer historia contigo. No te quiero dejar. Quiero seguir viviendo así... lo vale si tú estás aquí. -Le dije-.

-Mi capacidad de asombro contigo no tiene fin. No tengo palabras. Un "Te amo" es poco. Pero, sí hay algo que te puedo asegurar, y es que saldremos de esta, así como lo hemos hecho en peores ocasiones. Lo haremos, y será juntos, bebé.

Nos miramos, sonreímos, y nos besamos.
De repente, volteamos a ver y ahí están todos los chicos viéndonos. Reímos todos, pero por alguna razón, Alex entró de nuevo con actitud de molesta.
Daniel se nos acerca.

-Laura, ese es tu nombre, ¿Cierto? -Pregunta Daniel-.

-Ajá. -Responde ella-.

-Alex puede llegar a ser peligrosa. Ella no sabía sobre lo de ustedes, y sí, me llegó a comentar que Miguel, supuestamente ella, la había hecho ilusionar que porque la miró y le sonrió de forma pícara.

-Qué estúpida. No quiero generar problemas, pero si ella se mete conmigo o con él, se mete con todos nosotros. Y, Miguel, ¿Por qué ella dijo eso?

-Buena pregunta, porque en mis recuerdos no está ni siquiera haberla saludado. -Dije yo-.

-Ella es así, sólo traten de evitar contacto físico o visual con ella. -Concluyó Daniel-.

Entramos de nuevo al búnker.
Nos fuimos todos a dormir de nuevo.
Laura ya estaba mejor, tenía buen ánimo y ya no estaba de antipática.
Algo en mitad de la noche me despertó, perdón, no era algo, era alguien. No pude ver quién era, sólo se le veía la silueta. Una voz me decía que le acompañara, y yo en mi no saber si era un sueño o la realidad, saco un cuchillo que tenía bajo la almohada, y me dispuse a lanzarlo contra esta persona.

 Una voz me decía que le acompañara, y yo en mi no saber si era un sueño o la realidad, saco un cuchillo que tenía bajo la almohada, y me dispuse a lanzarlo contra esta persona

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
The InfectionWhere stories live. Discover now