Capítulo 21 - Aires contaminados

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Nos quedábamos sin tiempo, y sin opciones. En la nota había algo, se veía como un nombre, pero sólo se veía una "F". Pero, había más, era un mensaje.
Teníamos que idear un plan, y nos pusimos a pensar en opciones.

-Es un Z, pero claro está que no es uno normal. -Dijo Dylan mirándonos-.

-Debe ser como uno de esos jefes finales en algunos videojuegos, ¿Saben de qué hablo? -Preguntó Max con una sonrisa temerosa-.

-Sí, claro, pero entonces llevando esa teoría ahora a la realidad, sabemos que con una bala en la cabeza no va a morir. -Exclamé yo preocupado-.

Estuvimos entonces pensando un minuto, y fue hasta entonces que Laura intervino. -¿Y si se le quema?, eso debe de funcionar. -Dijo Laura-.

-Eso debe de servir, pero es algo arriesgado, considerando que podemos salir heridos, o quizás no. -Exclamé de nuevo-. Además miren, este lugar está en ruinas, y creo que no aguantaría nada de fuego.

-Hagámoslo, porque igual no veo otra forma de poder salir de aquí. -Dijo Riley-. Lo peor que nos puede pasar es morirnos.

Se veía la sombra del Z pasar por la puerta. No teníamos fósforos ni nada para iniciar fuego, sólo nuestras armas y ganas de vivir.
¿Cómo quemaríamos al Z?
Alguien murió la noche de ése día, debido a la ansiedad, y las ganas de encontrar una salida. La vida de una chica importante para mí, estaría colgando de un hilo muy delgado.
Nos quedamos sin tiempo. El estrés se hacía con todos. Fue feo.

Riley salió corriendo de la habitación sin avisar al ver que no hacíamos lo del fuego rápido. Abrió la puerta, la cerró, y agarró la nota. Pero, el Z la agarró. Abrimos la puerta, y no permitimos que se la llevara. Obtuvimos la nota, pero, Riley estaba herida, el Z mordió casi toda su pierna. No nos dimos cuenta de eso hasta que ella mencionó que tenía un dolor muy fuerte en la pierna minutos después. Max y yo la llevamos a un rincón y la atendimos de inmediato, Laura terminó de ayudarla.

Algo hizo que me fijara en otra cosa, en un ruido, una luz en mi mente. Se me vino una imagen de este lugar a la cabeza. Fue muy raro, pensé que sería cuestión del estrés, de las ganas de salir y volver a casa, pero, al ir al lugar de la imagen de mi cabeza, encontré algo de ayuda. Había un fósforo intacto, el cual, nos ayudaría a salir del lugar.
Pero, ¿Con qué encendería tanto fuego como para quemar y matar a un Z mutante?
Recordé que siempre cargaba un frasco con gasolina en mi maleta, y lo usé. Laura también cargaba, e hicimos lo suficiente como para que el lugar se consumiera por completo.

-Oigan, ya está todo regado y esparcido. ¿Están listos?, esto volará en cuestión de segundos. -Advertí yo-.

Riley no podía caminar casi, su dolor era horrible, y no podía pararse. Pero la gasolina ya estaba regada, y no nos quedaba tiempo. Dylan y Max cargaron a Riley. Encendí el fósforo. Laura abriría la puerta y terminaríamos de regar la gasolina afuera. Antes de eso, verifiqué que la nota estuviera en mi bolsillo. Tiré al suelo el fósforo. Abrimos la puerta. Salieron Dylan y Max con Riley, Laura regó el resto de la gasolina, y se hizo el fuego en el lugar.

El Z intentó atraparnos, pero, el fuego no lo dejaba. Creímos que nos libraríamos fácil de los problemas, pero lastimosamente no fue así. El lugar llevaba mucho tiempo abandonado, y, ahora había fuego en él, por lo que, empezaron a caer pedazos de pared y techo. Estábamos al borde de la muerte, de quedarnos sin esperanzas. Corríamos como podíamos, y al final, logramos salir. Con un poco de heridas y quemaduras, pero nada que el tiempo no curara.


Riley agonizaba, esto parecía ser el fin de ella. Salimos de la cuidad tan rápido como se pudo, matando varios Z que nos encontrábamos en el camino. Entramos al auto. Me comuniqué por radio con la gente de casa, les dije que estuvieran atentos a nosotros, y, que tuvieran un médico listo para cuando llegáramos.
A Riley aún le quedaban ánimos. Empezó a decirnos cosas, cosas que, ya no servían para nada. Cosas que, al igual que a mí, a todos nos dejó con una espina en el corazón. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ella?, era demasiado jodido.
En eso, escuché a Dylan gritar, pero, al querer ver lo que era, nuestro auto ya se había volcado. Nos accidentamos.
El auto quedó volteado. Había Z afuera, esperando a por nosotros. Desperté, y lo primero que hice fue mirar mi reloj. Habían pasado dos horas después de haber salido del sitio. Riley estaba despierta, agonizando de una forma indescriptible. No me podía mover. Desperté al resto. Dylan fue el primero que pudo salir, y, nos ayudó, pero, un Z le mordió el hombro.

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