💌 Capítulo 30 💌

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Cierro los ojos por un momento, repredíendome mentalmente por el dolor que estaba ocasionándole a ella, porque eso era lo último que quería hacer en el mundo.

— Mami... — me acerqué a ella — Te agradezco todo lo que has hecho por mí, por dar tu vida para atenderme todos estos años, por cuidarme y quererme, pero ambas sabemos que mi final no está en tus manos — terminé en un susurro

— Haysel... — soltó en un jadeo

Sus ojos se vuelven brillosos por las lágrimas, y lo único que se me ocurre hacer es envolverla con mis brazos en un abrazo cálido y reconfortante. Me separo de ella tan sólo un poco para quitar cualquier rastro de lágrimas de sus ojos.

— Ya está todo listo para irnos a casa — papá entró a la habitación

— Sí. Ya vámonos — me entrega mi diario para posteriormente salir de la habitación sin dirigirme la mirada

— ¿Todo bien? Pasó algo? — indaga, papá

Él se acercó para sentarme junto a mí en la cama.

— ¿Crees qué todo esto es real? — pregunté cambiando de tema

— Estamos aquí, yo diría que si lo es

— Quizá somos hologramas, ilusiones o recuerdos de alguien y quizá ya estamos muertos

— A veces me gustaría pensar cómo tú. ¿Nos vamos?

Asentí con la cabeza. Papá me ayuda a tomar mis cosas para salir del hospital y cuando subimos al coche el silencio reina en todo el interior, y eso parece no cambiar el resto del camino.





Al cabo de un rato, papá aparca el coche frente la casa para posteriormente bajar al igual que mamá y yo. Nuevamente mi progenitor me ayuda con mis cosas y nos encaminamos hacia la puerta, no obstante, el paso estaba bloqueado por el cuerpo de un chico sentado en el pórtico de casa con la mirada en suelo, y sin darse cuenta de nuestra presencia.

Mis padres voltearon a verme en busca de una afirmación de que conocía al intruso.

No podía ver bien su rostro, pero sabía a la perfección de quién es trataba.

— Luca

Por inercia, él levantó la cabeza al escuchar mi voz.

— Hola —saluda parándose de inmediato

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo? — indague desde mi sitio, casi detrás de mis padres

— Respondiendo a lo primero: vine a verte  porque en serio estaba preocupado, nadie dejaba de murmurar y de decir cosas sobre ti y sobre lo que pasaba y no podía seguir haciéndome de la vista gorda. Y respondiendo a lo segundo: la secretaria del director me dió tu dirección luego de rogarle por una hora — explicó enumerando con los dedos

— Ya estoy bien, Luca. No es necesario que te quedes más tiempo. No sé cuánto tiempo llevas aquí esperando pero ya puedes irte

— No me puedo ir así, por favor entiéndeme — pide dolido — Sé que llevas casi dos días en el hospital, y no fue por un resfriado o por no comer bien, mírate, es evidente que no estás del todo bien

Miré a mis padres en busca de ayuda pero ellos apartaron la mirada y entraron a la casa ignorando por completo lo que estaba pensando. Suspiré resignada, ya no tenía sentido seguir mintiendo, él merece saber la verdad, aún cuando me aterraban las posibles consecuencias.

— Me pediste que fuera tu novia... — comencé explicando mientras me plantaba frente a él

— ¿Eso qué tiene que ver?

— Desde hace tiempo decidí no agrandar mi círculo de seres queridos, el cual sólo constaba de mis padres... No quería encariñarme con alguien más, y menos a estas alturas de mi vida — su cara refleja completa confusión — Me siento como una bomba de tiempo que explotará en cualquier momento y que destruirá todo a su paso y no puedo con la idea de romper a muchas personas, por eso rechacé ser tu novia, no era que no quisiera, estaba protegiéndote

— No — me interrumpió — No estabas protegiéndome, estabas protegiéndote a ti, no soportas la idea de hacer sufrir a otros por lo que sea que te está pasando y eso te impide ser feliz

— Soy feliz

— No lo eres, si lo fueras no serías tan egoísta y cruel contigo. Lástimanos, hazlo, parte de madurar es saber lidiar con el dolor. No te preocupes por nosotros que estaremos bien

— ¡Luca! — le interrumpí — Tengo cáncer — solté finalmente aquella carga que tenía en mi espalda

Permaneció todo un minuto en silencio y sin ninguna expresión en el rostro, al igual que todo aquel que se enteraba. Estaba pasando justo lo que me temía.

— ¿Y crees qué por qué tienes un poco de cáncer me voy a alejar de ti? — cuestionó al cabo de un rato

— Nadie quiere estar cerca de una persona como yo, ¿por qué crees que no tengo otro amigo en el instituto?

— Que gente tan hueca con la que estudias

— Luca, no estoy bromeando

— ¡¿Ves?! Es justo ese comportamiento el que te impide ser completamente feliz. Ya te dije. Vive, se egoísta y haz lo que quieras sin importarte los demás — tomó mis manos entre las suyas — Úsame si quieres, juega conmigo hasta destrozarme así como el mundo lo ha hecho contigo, y ten por seguro que aquí seguiré. Destrozáme así como todos te han destrozado antes, úsame de fortaleza, recargáte en mí, pero no dejes de sonreír, no dejes de vivir ni sentir hasta que esta bomba... — con uno de sus dedos dió dos toquecitos en la zona dónde se encontraba mi corazón — Explote y nos destruya -— terminó con una sonrisa

— No es tan fácil, Luca... — susurré afligida

— Tú no eres fácil..., y aquí estoy — murmuró de vuelta para posteriormente besar mis labios





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Con amor, HayselWhere stories live. Discover now