Capítulo 20. ~ Nathan.

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Después de unos momentos de silencio, añadí: —Creo que ustedes también deberían ir a dormir.

—Oh, no. Estás loco si piensas que dejaremos a Ashley aquí sola. Ella también es nuestra amiga. —dijo Aubree.

—Lo decía porque todos se ven cansados. Además, no es como si algo fuera a pasar. Todos sabemos que está bien, solo está un poco... —mi voz se apagó y no pude terminar la oración. Creo que todos nosotros teníamos nuestra propia palabra para llenar el blanco.

Loca.

Ida.

Perdida.

Descontrolada.

Psicótica.

Traté de no pensar mucho en eso.

Continué hablando. —Pero son bienvenidos si se quieren quedar.

Y así fue. Ninguno de nosotros nos fuimos. Probablemente íbamos a despertar con una terrible tortuculis y con un caso severo de mal aliento, pero decidimos hacer de esa sala de espera nuestro campamento por la noche.

Las horas pasaron y los demás se fueron quedando dormidos uno por uno, pero yo simplemente no podía. Comenzaba a pensar de que era insomnio total y verdadero a este punto de la situación, por lo que decidí ir a la cafetería a comprar un café. Si no podía ganar energía durmiendo, ganaría energía de la cafeína.

Cuidadosamente, quité la cabeza de Roxanne de mi regazo y la coloqué en la silla de metal. Arreglé mi camisa y le sonreí a la enfermera que ya estaba en su puesto detrás del mostrador, quien me devolvió la sonrisa. Toqué el bolsillo trasero de mi pantalón para verificar que mi dinero estuviera así y me dirigí a la cafetería a través del laberinto interminable de pasillos pálidos y de luces fluorescentes cuando de repente sentí que alguien me seguía, por lo que me volteé pero no había nadie. Seguí caminando y crucé varias veces y pasé a través de pasillos internos rodeados de puros paneles de vidrio que conducían de un ala del hospital a otra, cuando volví a sentir la prescencia de alguien, y puedo jurar que vi una sombra negra detrás de mi reflejarse en una de las paredes con dichos vidrios panorámicos, por lo que en mi próximo giro me quedé esperando en la esquina a la persona que estaba detrás de mí.

Finalmente, estaba en lo cierto: alguien me estaba siguiendo. Al principio simplemente fue una sombra confusa y borrosa, pero cuando tuve la oportunidad de pegarlo de la pared del pasillo con mis manos alrededor del cuello de su camisa, me di cuenta que era Patrick.

Patrick, quien ahora tenía sus manos alzadas a ambos lados de su cuerpo mientras reía. —Tranquilo, tranquilo, hermano. Soy sólo yo.

Mi pecho subía y bajaba con rabia, pero aún así logré quitar mis manos del cuello de su camisa y soltarlo. Miré al piso, un poco apenado. —De verdad lo siento. No sabía que eras tú. Ahora estoy un tanto paranóico, sabes, después de todo lo que pasó.

Patrick sonrió condescendientemente. —Sí, sólo me lo puedo imaginar.

Después de eso, fuimos completamente envueltos por una atmósfera incómoda, hasta que le dije: —¿Quieres algo de la cafetería? Vamos, yo invito.

Patrick sonrió de nuevo. —Justo me dirigía hacia allá.

Entonces caminamos lo que faltaba hasta llegar a la cafetería, donde había un señor detrás de la barra leyendo un periódico viejo y dos enfermeras que tomaban algo sentadas en una de las pocas mesas que había dentro del lugar. Yo pedí un café mediano y Patrick se decidió por un té verde frío con miel. Esperamos un momento hasta que mi café estuviera listo.

Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.Onde histórias criam vida. Descubra agora