Oscuro, maligno, orgulloso, alto temperamento, autoestima por los cielos, ego mezquino, egocéntrico e increíblemente guapo. Criado para matar, ascendencia magnífica y una venganza que cumplir.
Sonrisa angelical pero mirada maligna es Aaron Haynes, t...
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—¿Mi padre sabe que estas aquí?— pregunto mientras cepillo mi cabello. Lo tengo largo y se me enreda mucho, sigue lloviendo a pesar que ya es noche, Aaron esta recostado en mi cama leyendo un libro. Se ve tan tierno en mi cama.
—si lo supiera, estaría vetado de por vida— me río. El mira mi pijama que sólo consta de un pantalón de seda color rosa pálido y una playera de tirantes del mismo color. Su mirada se dirige a mi tocador lleno de poco maquillaje. Aaron frunce el ceño— ¿usas maquillaje?
—sólo me pongo rímel, me arreglo las cejas y un poco de corrector— el se ríe
—casi no se te nota, eres hermosa con o sin— mis mejillas se encienden un poco— sacaste las pestañas de tu padre, gruesas y levantadas me encanta tu mirada, las cejas las sacaste de Alaska... ella tiene sus cejas pobladas pero con forma— alzo la ceja, impresionada— me fijo demasiado en los detalles— se excusa— por cierto, tienes linda espalda— me río— tu madre tiene una explosión de pecas en su rostro tú los tienes en la espalda— asiento
—también en mi pecho y mi abdomen— confirmo— ¿tú tienes marcas?— Aaron tuerce el gesto
—Less, tengo marcas de quemaduras— suspira y siento que mi corazón se hace trizas— y mi piel esta llena de tatuajes
—¿alguno es tatuaje real?— suspiro, me cuesta mucho cepillar la parte de atrás de mi cabello
—sólo uno, tengo un trueno en mi espalda— el me mira y se levanta— dame tu cepillo— pide, frunzo el ceño pero no me opongo y se lo entrego. El jala una silla de mi habitación y se sienta justo atrás mío. Sus manos enormes y rasposas tocan mi cabello con suma delicadeza para que, comience a desenredar mi cabello.
—tengo un lunar en forma de corazón en mi mano— dice, mostrándome su mano derecha, justo abajo del dedo pulgar hay un lunar exactamente como el dijo, se ve claramente.— a tu padre no le caigo muy bien— comenta y tengo que reírme por eso
—a mi padre no le cae bien nadie que me pretenda— bufo— después de que te fuiste habló por teléfono con mi abuelo Brent y sólo oía como Scott le gritaba cosas como; "¡así no era yo!" "¡yo no te hice eso!" "¿¡cómo lo soportas!?"— Aaron sonríe, nuestras miradas se cruzan por el espejo y sus ojos se vuelven color azul claro
—me iré una semana— anuncia y tengo que dejar de verlo para evitar que la tristeza me invada más— mi madre me requiere para unas cosas, volveré para tu viaje a Seattle— me avisa— si algo sucede, si necesitas mi ayuda puedes llamarme— me dice, seguro
—¿te mando un mensaje de texto?— pregunto pero Aaron se ríe
—digamos que al lugar donde voy no hay muy buena recepción—el deja de cepillarme mi cabello y mete su mano al bolsillo de su chaqueta. El saca algo pequeño que no logro ver qué es. Me lo coloca con cuidado en mi cuello, cuando lo sujeta de la parte de atrás de mi cabello quita su mano y miro lo que es.
