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Editado 20/08/21

NO SE OLVIDEN DE VOTAR ;)

Desde que llegó Claudia hace una semana no he podido pensar en nada más que arrancarle cada cabello de la cabeza. Sólo hay una palabra que puede describir lo que ha pasado desde aquel fatídico día.

Caos.

Marcos y mi mamá no dejan de indagar acerca de su repentina aparición mientras desayunamos al día siguiente y David no ha hecho más que refunfuñar acerca de los supuestos problemas que tiene Claudia en su casa. Problemas personales, de los cuales prefiere no hablar.

Observo como Claudia se remueve sobre su asiento mientras me fulmina con la mirada. Hace unos minutos David entró hecho una furia a mi habitación y me llevó a la suya, implorando que hablara con Claudia, pero no he tenido las ganas ni el valor de hacerlo.

Bajo la mirada detallando el suelo y me acerco al oído de David para que solo el oiga.

—No creo que sea pertinente que yo esté cuando hagas lo que sea que sea que tengas que hacer con Claudia —mascullo incomoda debido a la penetrante mirada que no ha dejado de estar sobre mí.

David niega con la cabeza y toma mi mano entre las suyas antes de dirigirse a Claudia.

—Sé que no soy el padre —suelta como si nada y me veo obligada a apretar su mano con fuerza debido a su falta de tacto al decir las cosas.

En un instante Claudia deja salir un chillido iracundo que me hace taparme los oídos para aislar su graznido.

—¡¿Cómo se te ocurre decir eso?! Eres un maldito cobarde, ni siquiera eres capaz de hacerte responsable de tus errores. ¡Eres un idiota! —Grita con los ojos desorbitados.

Diablos, luce como una loca.

El chico a mi lado se tensa y pido al cielo que no se le ocurra montar una escena. Hace rato que llegamos del instituto y en cualquier momento podrían llegar nuestros padres o Axel que está en entrenamiento de soccer. Además, con el ajetreo que conlleva la boda mi mamá se la pasa viniendo a la casa a buscar sus revistas de decoración para comprar lo que le apetezca.

—No Claudia, tú eres la cobarde —asevera—. No eres lo suficientemente madura como para aceptar que me fuiste infiel y que por andar de arrastrada algún universitario cuyo nombre seguramente ni recuerdas quedaste embarazada —masculla, y por la forma en que sus músculos se contraen debajo de su camiseta sé que está a punto de explotar.

Con recelo acerco mi mano a su antebrazo y lo acaricio sintiendo cómo se relaja un poco bajo mi tacto. Reprimo una sonrisa ante ello.

Claudia me observa con odio antes de fijar su mirada entristecida en David.

—¿Qué estas sugiriendo David? Bebé, tú sabes que yo nunca sería capaz de hacerte algo así, yo te amo. Por favor, tú me conoces, nunca jugaría con algo tan importante— murmura con los ojos llorosos.

¡Ahhh es una arpía! ¡Una manipuladora! ¡La odio!

Mis manos se encierran en puños a cada lado de mi cuerpo y me quedo tiesa, esperando la respuesta de David.

—¡No, nada de lo que dices es verdad! Nuestra relación, si es que se le puede llamar así a lo que solíamos tener, era una porquería. La mitad del tiempo peleábamos y la otra me pedías que te hiciera favores, que te regalara esto y aquello, Claudia, ¡Era una maldita mierda! Además, según la ecografía tienes tres meses de embarazo. Tú y yo no tenemos relaciones desde hace cinco —dice embravecido.

Ella se tambalea y seca sus lágrimas con el dorso de su mano manteniéndose en el papel de víctima.

—Tú no puedes saber eso, no tienes pruebas de ello. Además, tú y yo sabemos muy bien que teníamos relaciones con frecuencia —se defiende mirándome fijamente y suprimo las ganas de entornar los ojos ante su comentario.

Mi Hermanastro © [✔️] |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora