capítulo 4: Estupidez y sentido común

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Desperté al siguiente día abrazada de Lucy, me levanté y tendí mi cama y coloque a mi pequeña luciérnaga en ella, me dirigí al baño, tomé una larga y relajante ducha y al salir me puse uno de mis nuevos vestidos, decidí usar el de color negro, como de costumbre cepillé mi cabello y lo recogí en dos coletas con un listón del color del vestido en cada una, una ves lista, tomé mi peluche y me dirigí al comedor donde todos se reunían a comer.

Ya en el comedor me senté dispuesta a desayunar, pero los demás niños eran muy inquietos y gritaban, comencé a aturdirme y cubrí mis oídos con las manos, ya no lograba distinguir voces, solo había ruido, vibraciones, golpes, me sentía perdida, quería salir corriendo, de pronto alguien me cargó y me llevó fuera del comedor.

— Señorita ____, no tiene por qué desayunar aquí, si gusta puede hacerlo en su cuarto —dijo Wammy con esa gran y cálida sonrisa que le caracterizaba.

— ¿Podría hacerlo en la biblioteca? —pregunté con una sonrisa en mis labios.

— Solo prometa no ensucia nada —dijo amablemente.

— Lo prometo —dije mostrándole el dedo meñique.

— Bien, puede ir, en unos momentos le llevaré el desayuno.

Entonces me dirigí a través de los pasillos a la ciudad de los libros, me gustaba llamarle así, era mi lugar favorito, mi ciudad silenciosa. Entre y me dirigí a la misma mesa que el día anterior.

— ¡Hola ______! —escuche la voz de Elle con entusiasmo—, ¿Qué haces aquí?- volvió a su tono normal.

— Desayunaré aquí, son ruidosos, molestan.

— Entiendo, no me es fácil hacer amigos.

— No es eso, mi problema no me permite estar ahí —dije mientras me sentaba como me era costumbre en la silla, él imitó mi acción y se sentó a su manera.

— De acuerdo, Wammy traerá tu comida, supongo, desde que llegué a este lugar lo hace conmigo, siempre como aquí —era un niño hablador, con una voz sería pero aún así hablador.

— Sí, eso hará.

Esperamos unos minutos viéndonos, examinándonos el uno al otro, él me parecía alguien interesante. Entonces Wammy llegó.

— Joven Elle, señorita ___, aquí están sus desayunos —el desayuno consistía en hotcakes bañados en miel con fresas, un licuado de mango y un huevo estrellado, para Elle una ración de dulces de todo tipo y para mí un bote de Pringles.

— Gracias Wammy —dijimos al unísono para luego devorar nuestra comida.

Cuando terminamos Wammy recogió nuestros platos y se retiró dejándonos solos en la ciudad de los libros, me levanté de mi asiento para ir por un libro, ya había terminado "Romeo y Julieta" pero una voz me detuvo en mi andar.

— Escuche que tus padre murieron, ¿Cómo lo tomaste? —dijo con esa voz sería que lo caracterizaba.

— B-Bien, supongo —dije algo impactada, mis ojos comenzaron a amenazarme con agua, giré para verlo—. Bueno aún duele, solo han pasado dos días.

— Sí, es verdad, tarde una semana en hacerme a la idea que mis padres no volverían, aún los pienso —dijo mientras extendía su mano para darme unas palmadas en la cabeza.

— ¿Por qué las personas son tan crueles? —dije con unas lágrimas corriendo por mis mejillas—, ¿Qué ganan con la desdicha de otros? —rompí en un silencioso pero muy húmedo llanto.

— Estupidez.

— ¿De que hablas?

— La estupidez humana provoca eso, el egoísmo, la hipocresía, la avaricia, todo se concentra en una palabra, estupidez.

— Para ser alguien tan joven eres muy sabio —dije secando mis lágrimas

— No es sabiduría, es sentido común, tú no te quedas atrás, cinco años y entablas una conversación clara.

— Aprendí a hablar muy pequeña.

— Me gusta hablar contigo, de todos los niños de este hogar tu y Beyond son los únicos con los que puedo entablar una coherente conversación.

— ¿Beyond?

— Un chico más joven que yo, pero igual de hablador que tú, pronto lo conocerás a diario viene a buscarme.

— ...

— Dime, ¿Qué tal Shakespeare?

Comenzamos una amena conversación sobre literatura clásica, conversación que duró horas.

— La literatura ayuda a la expresión del alma, uno puede conocer a alguien por su escritura —dije viéndolo frente a mí, sentados en el suelo.

— Podrá ser, o bien podemos conocer a un gran estafador que sabe perfe... —su voz fue interrumpida por el golpe de la puerta, me estremecí.

— ¡Holaaaaa Elleeeeeeee! —entró un chico de piel blanca, ojos negro, cabello negro y peinado hacia atrás, una playera verde, unos jeans azules y un par de tenis blancos.

— Estábamos en una conversación interesante e interrumpes con tus gritos.

— ¿Eh? —me miró—, no sabía que alguien más te acompañaba. Mucho gusto soy Beyond —dijo extendiendo su mano

— ______, el gusto es mío —estreché su mano.

— Juguemos ajedrez, Elle.

— Me retiro chicos —dije a punto de levantarme de mi lugar.

— No, quédate a ver —dijo Elle acomodando el tablero.

Pasaron unos minutos jugando, Beyond movió una pieza y ganó.

—Mentira —dijo Elle.

— ¿De qué hablas?.

— Eso es mentira, acepta tu derro...

— Estupidez.

— ¿Ahora qué?

— Ese comportamiento es estúpido, no deberías... —su sermón fue interrumpido por una campana, la hora de comida, Beyond salió corriendo.

— No entendí nada —dije apenada.

— Su comportamiento es infantil, tonto, es decir, injusto.

— Entonces ¿Crees que no existe la maldad? Desde que llegué solo has hablado de estupidez.

— Todo lo característico de una maldad es la estupidez, hasta cierto punto todos lo somos, pero solo es estúpida la persona que se deja dominar por esas acciones, llevando a cabo una injusticia.

— ¿Qué es la justicia? —dije un tanto curiosa.

— Es el sentido común, este derriba a la injusticia, es superior.

— Hablas mucho de justicia.

— Eso es por qué tengo sentido común, ¡Yo seré la justicia!

— Si dices eso ¿Cómo lo demostrarás?

— Seré un gran detective, por eso ahora leo sobre ello.

— Ya veo, buscaré un libro.

Así me dispuse a buscar un libro, al igual que Elle, regresamos a nuestras mesas y leímos. Hablar con él era agradable, tranquilo, enriquecedor, nunca había usado esas expresiones con nadie más, solo con él.

La noche cayó, con ella el cansancio, me retiré a mi habitación, me puse mi pijama y dormí plácidamente pensado sobre la justicia e injusticia, la injusticia, es decir, la estupidez destruyó mi familia.

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De nuevo otro capítulo, espero que la historia les esté agradando, estoy tratando de ser lo más apegada a las fechas de nacimiento y los próximos sucesos de death note.

Nos leemos en el siguiente correo
~Yumiliet💜

Death Note: Todo por una apuesta (L Lawliet y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora