🌸09. La destreza de Honey.🌸

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Para Mitsukuni muchas cosas le resultaban fáciles, dentro o fuera del Host club. Su capacidad física es asombrosa y con su lindura puede tener todos los dulces que quiera, pero por culpa de esta última, se vuelve un inútil a la hora de que el club atienda asuntos que no se traten de asistir a una dama.

Por eso ahí estaba, solo, en la tercera sala de música. Daba bocado tras bocado a una tarta de crema acompañada por un pequeño juego de té, mientras los otros hacían de las suyas en algún lugar de la escuela.

Estaba aburrido, le hace falta la compañía de su primo Takashi, y el ruido que hacen los demás. Apretó contra su pecho su peluche de conejo, sintiendo la felpa del interior aplastarse. Honey empezaba a sentirse incómodo. Extrañaba a los demás, ni a uno más ni a uno menos. Bueno, tal vez un favoritismo dirigido a Takashi y Haruhi, pero los extrañaba, al fin y al cabo.

Y como si sus plegarias hubieran sido escuchadas, la puerta principal se abrió de un portazo, haciéndolo elevar la mirada esperanzado.

Rei respiraba agitada con su bolso colgando del hombro derecho. Ella observó el lugar vacío, y se extrañó por la vista, hasta reparar en Honey.

- Senpai. - musitó en una mezcla de llamado y sorpresa - ¿Dónde están todos? - consultó acercándose al recién nombrado, el cual se levantó de un salto y corrió a abrazarla con fuerza.

- ¡Fueron a una aventura! - explicó antes de estampar su rostro en el torso de Rei - Y no me dejaron ir. - balbuceó con un puchero, alzando la cabeza y apoyando la barbilla donde antes estaba su cara.

- ¿Aventura? - suspiró confusa la rubia mientras fruncía el ceño, correspondiendo ligeramente al abrazo tras colocar sus manos sobre los hombros de su Senpai.

Honey la observó con atención, y sus mejillas se colorearon más de lo natural al esconder su rostro nuevamente contra el cuerpo de Hashimoto. Sonrió alegremente.

- Senpai. - llamó Rei, cerrando los ojos a lo que separaba sus manos de Honey, y murmuró: - Es penoso que me abraces, corrí mucho y estoy sudando.

Mitsukuni asomó los ojos de su escondite, sintiendo su corazón saltar de alegría al ver las mejillas rojas y cara arrugada de su Kohai. Ignoró la petición indirecta de soltarla y se aferró más.

- ¡No me importa!, Rei-chan huele bien de todas formas. - rió alegre, recibiendo una mueca de parte de ella.

Rei se sacudió para separarse, y retrocedió unos pasos - ¡¿Q-qué dices?!

- ¡Estás muy roja! - volvió a reír el mayor, pensando que Rei era semejante a la cereza de un pastel.

Hashimoto bufó, tratando de calmarse, para luego carraspear tratando de mantener la compostura - Mejor cuéntame sobre la "aventura" en la que está el club.

- Los hosts no sólo atienden a chicas. - apuntó él, recibiendo total atención de su contraria. Le sonrió dulcemente - También a aquellos que lo necesitan.

La chica lo miró, pensativa - Ah, este club no parece ser tan de gigolós después de todo. - susurró para sí.

Haninozuka ladeó la cabeza sin entender lo que había murmurado, hasta que su vista reparó en el bolso de Rei - ¿Por qué llegaste tan tarde?, Tama-chan se va a enojar.

Rei hizo una mueca de tan sólo imaginar a Suoh regañándola, él era... Intenso, si es que se lo proponía.

- Uh, lo siento, el profesor me llamó. - explicó rascándose la nuca, aferrando su mano en la correa de su bolso.

El apodado Honey no pasó por alto la última acción de la chica, y con una sonrisa felina y su espectacular agilidad, le quitó el bolso. No fue complicado; la tomó desprevenida, y él era más fuerte.

Grandeza sin límites |Ouran host club|Where stories live. Discover now