Ya nada tenia sentido, todo estaba perdido, hasta que el se cruzó en mi camino.
Novela totalmente propia.
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Fue muy fácil decirle a Marco lo de la cita pero en verdad no tenía ni idea que podríamos hacer hoy. Marco estaba entrenando, lamentablemente no tenia el dia libre pero por eso decidí ir a recogerle en el coche de mi madre. Si, yo desgraciadamente no tenía coche. El mallorquín salió y se sorprendió al verme esperando por él.
Camila: Hola guapo, subes? - dije guiñandole un ojo.
Él me sonrió y subió rápidamente sin pensarselo dos veces.
Conduje hacia nuestro destino, el cual él desconocía.
Marco: He de reconocer que esto es raro.
Fruncí el ceño.
Camila: Él que?
Marco: Esto de llevarme tu a mi a una cita.
Camila: Ay Marco, no me seas antiguo eh.
Marco: No, no lo digo por eso, sino que siempre suelo ser yo quien lleve a chicas a una cita y no al revés.
El simple hecho de imaginar a Marco saliendo con otras chicas me pone super celosa, tengo que reconocerlo, pero lo importante es que ahora está aquí conmigo y que la que le importa soy yo.
Pronto llegamos a nuestro destino. Marco me miró incrédulo, sin duda no se lo esperaba.
Marco: Un parque de atracciones? Que tenemos 5 años?
Una sonrisa burlona apareció en su boca.
Camila: Obviaré el hecho que te estas riendo de como comienza la cita que estoy preparando - rodé mis ojos- A todo el mundo le gustan los parques de atracciones. Venga vamos, será divertido. A no ser que seas un cobarde - sonreí ahora yo burlona-
Marco: Nadie me reta..
Bajamos del coche entre risas. Marco se empeñó en pagar las entradas, yo me negué rotundamente pero acabé perdiendo. De todas maneras pagaría si o si la comida.
Paseamos por el parque viendo a qué atracción nos subiriamos. La verdad es que a mi me gustaban este tipo de parques pero tampoco era muy aficionada y quizás la cobarde era yo y no Marco.
Nos subimos a varias atracciones pero la ultima fue mi muerte.
Camila: Madre de Dios, eso no es una atracción, es la muerte. -digo posando mi mano en mi pecho-
Marco: Parece que aquí tenemos a la cobarde de los dos- dice riendose de mi-
Rodé los ojos.
Camila: Nunca grité tantísimo en mi vida.
Marco: Bueno… yo te he oído gritar más…- dijo sonriendo picaramente-
Al darme cuenta de a lo que se refería le pegué en la gorra que llevaba para que la gente no lo reconociera. Si, llevaba gorra y unas gafas pero lo gracioso era que no le servían de nada porque la gente le reconocía y le pedían fotos.
Marco pasó su brazo por encima de mis hombros y me acercó a él mientras caminábamos por el parque. De repente se paró enfrente del mítico puesto que tienes que disparar a una lata de refresco o meter unos aros… y te regalan un peluche.
Marco: Cuál te gusta? -dice señalando los peluches que están colgando del techo del puesto-.
Camila: Ese -digo señalando al oso de peluche-
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Marco: Que te apuestas a que te consigo él peluche? - dice cruzandose de brazos delante mio con una mirada desafiante-.
Camila: Imposible. Todos esos puestos están amañados.
Marco: Probemos…
Marco habla con él hombre del puesto y este le pasa unas pelotas que debe encestar. Antes de comenzar a jugar se gira hacia mí y me guiña un ojo. Lanzó 5 pelotas y todas entraron. HABÍA GANADO UN PELUCHE PARA MI!! Y lo había hecho tan fácilmente… increible. Marco recibió él peluche una vez de haberlo elegido.
Marco: Para ti - me lo extendió-
Lo cogí y lo abracé tan fuerte. Había sido un gesto super bonito y ahora siempre tendré a este osito para recordarlo.
Marco: Ahora mismo me estoy arrepintiendo de haberlo ganado. Me está robando esos abrazos.
No me lo pensé ni dos segundos y me lancé a besarle. Era una tontería pero era un gesto muy bonito y ademas la tarde que habiamos pasado habia sido increible.
