Capítulo 13: Distancia.

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Levanto el rostro por primera vez en horas. Sigo sentado junto al futón de Naruto y lo único que he podido hacer es esconder mi rostro entre mis rodillas, esperando a que la noche pase, pero se hace eterna. No puedo dormir, no puedo tocar nada... sólo soy un fantasma deambulando en una casa en mitad de la noche, velando el sueño de mi familia, viéndoles vivir la vida que yo pierdo a cada segundo.

Estoy conmocionado desde que Naruto me contó su pasado. Se nota que él no quiere hablar del tema y yo lo he evitado desde hace días. Apenas hemos hablado desde entonces. Me he dedicado a seguirle como una sombra en la penumbra, pero él tampoco parecía muy hablador. Desvelar ese secreto nos ha distanciado un poco. Naruto considera que en parte fue su culpa, que él accedió en un principio a mantener relaciones con aquel chico pero... yo pienso que en el momento en que él dijo "no", pasó a ser una violación y debió decirlo... debió hablar. ¡Nunca lo hizo hasta el día en que me contó todo! Yo no puedo ayudarle, no puedo denunciar a nadie, nadie me oye, nadie me ve.

Al menos, esa experiencia le sirvió para aprender a defenderse. ¡El instituto se le da mucho mejor que a mí! No los estudios, evidentemente, en eso sigo ayudándole pero... la gente parece rodearle, todos quieren ser sus amigos y él les corresponde con cálidas sonrisas que yo jamás pude sacar. Creen que era mi novio, pero escucho por los pasillos cómo se preguntan qué vio en mí.

¡Un día más de clases! Lo sé cuando escuchó finalmente el despertador y miro por la ventana el viento destrozando una flor de cerezo que empieza a flotar en el aire, cayendo lentamente hasta el estanque donde están los peces Koi. ¡No hemos vuelto a hablar sobre mi tatuaje! Tampoco le he visto decirles nada a mis padres. Quizá aún duda cómo afrontar esa situación.

En el desayuno, todos halagan los panes de calabaza que hizo Naruto anoche. ¡Deseo tanto probarlos! Pero giro el rostro y miro el gran árbol de cerezo visible también desde la cocina. Una mano me atraviesa y recoge el pan del microondas tras de mí. ¡Me estoy acostumbrando a esta sensación! ¡A ser invisible! Sentado en la encimera, sigo mirando la ventana, escuchando a todos halagar a Naruto y disfrutar del desayuno.

- Ya me voy a la universidad – se despide mi hermano con su profunda voz, tomando otro pan para el camino y dando un beso en la frente a mi madre.

Él también parece estar acostumbrándose a Naruto y por lo que veo... le agrada. No en un sentido romántico ni nada por el estilo pero... sí veo cierta afinidad, está empezando a verle casi como... a mí, un hermano pequeño al que cuidar. No sé si estoy enfadado, triste o celoso por ver cómo me arrebatan mi vida y mi puesto, pero otra parte, siente algo muy diferente hacia Naruto. Desde que todas las chicas le hablan, ya no pasamos los recreos juntos, no ha vuelto a la azotea, va con ellas a comer y... me duele. Aun así, no le he dicho nada, no me atrevo a decirle que me gustaría pasar los recreos a su lado, no soy capaz de decirlo en alto.

Le veo tomar su mochila y marcharse así que salgo tras él a una distancia prudencial, en completo silencio. Se pone las zapatillas en el hall y da unos golpecitos con la puntera como si las ajustase antes de abrir la puerta de salida y despedirse de mi madre. Él... habría sido el hijo perfecto, sonriente, alegre, extrovertido, no me extraña que todos le quieran y le adoren. ¿Qué vería en mí? Entiendo esa pregunta que se hacen en el instituto. Él jamás se habría fijado en un chico solitario y frío como yo.

- Llevas unos días muy callado – escucho que me dice.

- Supongo.

- Desde que te conté... mi pasado, no has vuelto a ser el mismo.

- Yo siempre he sido así, Naruto. Soy... un chico solitario, ya lo sabes.

- Solitario puede, pero siempre dices lo que piensas y ahora mismo, no lo estás haciendo. ¿Qué es lo que piensas, Sasuke?

Coma profundo (Naruto)Onde histórias criam vida. Descubra agora