Capítulo 3: El despertar.

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¡Calma! Eso es lo que siento a mí alrededor. El piar de unos pájaros lejanos que llegan con sutileza a mis oídos y me hacen abrir los ojos. El techo blanco laminado es lo primero que vislumbran mis ojos. Lo primero que pienso es que me encuentro en mi habitación, durmiendo cómodamente hasta que al girarme para buscar mi despertador, no puedo encontrarlo en la mesilla. Ni siquiera está la lámpara de mano en forma de rana que compré hace años en un mercadillo callejero.

Aquello hace que me incorpore con rapidez, buscando algo familiar en aquella habitación que tiene un par de camillas con dos enfermos a los que no conozco y que parecen dormir. Ambos están entubados y una enfermera revisa sus constantes anotándolas en un pequeño cuaderno.

- ¿Dónde... estoy? – me pregunto primero a mí mismo, pero aprovecho la entonación también para la enfermera que está enfrente.

No obtengo respuesta alguna. Quizá mi voz no ha salido lo suficientemente clara o audible, por lo que repito la pregunta tras carraspear levemente, tratando así de sacar un poco más de voz desde lo más profundo de mi garganta. ¡Sigo sin obtener respuesta!

A mi lado, sentado en un sillón que no parece en absoluto nada incómodo, encuentro a mi jefe. ¿Qué esta haciendo allí? ¡No entiendo nada! Lo último que recuerdo... es haber salido a comprar algo para el almuerzo. He entrado a trabajar esa misma madrugada, justo a las cinco como todos los días. Siempre salgo a las nueve y media a comprar algo en la misma tienda y finalizo el trabajo a las doce cuando todo el pan se ha vendido. ¡Es una de las mejores panaderías de la zona! Hacen cola para ir a comprar allí y prácticamente agotan todo entre las once y las doce.

Miro el reloj de la pared. Tan sólo son las once de la mañana, por lo que ni yo ni mi jefe deberíamos estar aquí, sino trabajando hasta la una cuando Yahiko cierra completamente la panadería.

- Yahiko... - pregunto hacia su lado, pero éste sigue leyendo el periódico – ey... Yahiko. ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy en un hospital?

- Deja de intentar hablar con ellos, es inútil. No te oyen – escucho una voz al fondo de la habitación.

No puedo ver a quién pertenece la voz, una cortina me tapa. Hay una cama al fondo, oculta tras una cortina. De ella sólo puedo ver el pie de la cama y parte de las sábanas blancas. Decido levantarme para ver quién me está hablando.

- Disculpa – susurro apartando la cortina, observando a un chico entubado dentro de la cama y a... ¡Es el mismo chico a su lado! ¿Gemelos?

- ¿Qué te pasa? – me pregunta el chico frente a mí.

- Es que... nunca había visto gemelos.

- No somos gemelos, soy yo – me dice, pero aunque al principio me quedo atónito y paralizado sin entender sus palabras, luego me entra la risa al contemplar la posibilidad de que ese chico esté loco y desvariando.

- Casi cuela – le digo, pero él frunce el ceño y me señala.

- Tú no, idiota – me dice al ver cómo me miro el pecho – detrás de ti.

Me giro con lentitud creyendo que me toma el pelo. No entiendo nada, pero al ver mi cuerpo tumbado en esa camilla, siento que mi pulso se acelera y una corriente fría recorre mi cuerpo. ¡Siento miedo! Mi mandíbula tiembla y no soy capaz de articular palabra. ¿Qué hago allí tumbado? No puedo ser yo. ¿Sueño? Quizá es eso, no me he despertado del todo.

El ruido del monitor se acelera, primero lentamente y luego... más rápido. Algunas de las enfermeras entran entonces para revisar mi cuerpo, inyectándome algo, supongo que para bajar las pulsaciones de mi corazón.

Coma profundo (Naruto)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن