Capítulo 42

2.8K 258 51
                                    

Capítulo dedicado a AlexGilinsky11.

¡Mil gracias por tus comentarios! ❤







Palpo con las yemas de mis dedos por enésima vez el objeto sólido que llevo puesto en el dedo anular.

Y las palabras de Carol, una vez más, no dejan de hacer estragos en mi cabeza.

He tratado de ignorarlas ayer —y la mañana de hoy— pero eso se me hace una tarea tan imposible justo ahora. No quiero comenzar a pensar cosas que no son, o a confundirlas, pero aun así mi mente no deja de fantasear con que tal vez Evan...

—Ya estoy aquí —la voz de Alanis me hace dar un respingo en mi lugar, al tiempo que me saca de mis pensamientos de golpe. Unas gotas de café, de la taza que sostenía entre mis manos, se derraman entre mis dedos en el proceso. Al parecer, Alanis nota que su presencia repentina me ha asustado—. Perdón, Eli, no quería asustarte.

Sacudo la cabeza en una negativa, restándole importancia.

—No te preocupes —digo—, no esperaba tenerte aquí temprano.

—Ya sé que suelo llegar más tarde, pero por alguna razón quise llegar temprano hoy.

Rio un poco con su comentario.

—¿Quieres café? —ofrezco, con amabilidad.

—Sí, por favor —acepta, y casi puedo percibir la sonrisa en su voz.

Cuando hago ademán de levantarme de la silla donde estoy y de dejar la taza que tengo entre mis manos, sobre la mesa, pero Alanis me detiene diciendo:

—No te preocupes, puedo hacerlo yo.

Aunque eso no sonó más que amable, o algo por el estilo, en mi cabeza se planta la tonta idea de que, una vez como en el pasado, Alanis trata de recordarme mi discapacidad. Aunque sean solo ideas mías, y tal vez no esté pasando eso, un regusto amargo me llena la boca.

Soy ciega, no una invalida.

Puedo servir café como una persona que puede ver.

Empujo lo más que puedo los pensamientos negativos, no puedo dejar que justo ahora —cuando las cosas comienzan a marchar bien— me venzan.

Después de unos cuantos minutos escucho una silla —frente a mí— arrastrarse. Por alguna extraña razón, un silencio extraño e incómodo nos envuelve a ambas, y no entiendo por qué tan de pronto, después de convivir con Alanis un tiempo, justo ahora me incómoda su presencia cerca de mí. De pronto, me siento observada. que está mirándome justo ahora... Puedo sentir esa sensación de sentirse desnuda cuando te observan fijamente por mucho tiempo.

Estoy a punto de decir algo —lo que sea— pero ella se apresura a decir:

—Ese anillo... —musita, y hace una pausa como analizando bien lo que dirá a continuación. No sé por qué me siento nerviosa de saber que ha notado el anillo, pero ya me encuentro removiéndome sobre mi lugar, incómoda, y un nudo de pura ansiedad se instala en la boca de mi estómago—, ¿te lo dio Evan? —finaliza, después de unos segundos que se me hicieron eternos. Puedo notar, que lo último, le costó más trabajo decir.

Me aclaro la garganta.

—Sí —asiento, hago un intento de sonrisa pero me sale terrible—, fue él. Pero no es un anillo de compromiso, es de promesa —me apresuro a aclarar.

—Jamás había escuchado sobre eso.

—Significa amor puro, entrega y...

—Se le puede dar a una persona todo eso sin necesidad de darle un anillo para demostrarlo —me interrumpe de golpe.

Aunque no te pueda ver ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora