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kim jisoo
Sin poder evitarlo mis rodillas caen brutalmente sobre las hojas mojadas por la brisa que acompañaba a la noche. Respiraba hondo y exhalaba esperando que con ello mi alma y cuerpo se negaran a expulsar de nuevo el liquido que tanto odiaba, por segunda vez, mordí mi labio, esperando que todo parara pero no pude detenerlo, no pude hacerlo.
El gemido salió sin importar de mis labios, y mis ojos se cerraron dejando salir las lágrimas, me sentí débil de nuevo, volví en esas épocas donde mi padre seguía vivo, diciéndome que era su pequeña y que era su dulce de melocotón. Esos días cuando mamá era feliz, esos días donde todo era perfecto, hecho de un cuento de hadas. O eso creía yo.
Esto luce como la típica historia cliché donde soy una rebelde compulsiva y todo por un pasado desastroso, donde mi madre me detesta y mi hermano me odia a muerte. No quiero dejarme como la víctima, amo romper las reglas desde que murió papá, amo gritar cada vez que mi madre me dice qué hacer, o intenta ser buena, amaba salir de casa y llegar borracha, tirando todo a mi alcance y diciéndole lo tanto que la odiaba, y sin remordimiento riendome cuando ella lloraba. Me merecía esto.
Y lo peor de todo, es que no me arrepentía de nada de lo que hacia o hago, fue por esta la razón que decidí escaparme de casa, sin embargo, reprogramo los mensajes de mi hermano para recordarme porqué no debería de volver y me adentro en la cabaña donde es un hotel de mis amigos y un hogar para mí, ellos me ayudan, y los aprecio por ello. Lo hago.
Siento el ardor que me propina el estado en que estoy, tirada con las rodillas ensangrentadas -dejenme ser dramatica- sobre las hojas de una noche tan amarga, me siento patética por engañarme a mí misma sobre un amor que nunca existirá, engañándome que en el futuro todo estará bien y que tendré algo magnífico. Completamente falso.
Olvido completamente que todo este tiempo mordí mi labio, ocasionando que este sangrara y mis labios se mancharan por ese color tan exquisito, podría haberme sentido mal, o tal vez intentado detenerme, pero no pude, mis impulsos me hicieron seguir apretando...hasta que llegue a mi límite, donde mi labio estaba aun más cubierto por la sangre, corriéndose mas abajo.
—Mierda, Jisoo...—en otro caso, hubiera salido corriendo aun mas lejos de esa voz tan familiar, pero mis ojos se mantenían fijos sobre las hojas y las lágrimas cayendo sin pudor. —Dios mio, ¿qué...
(•••)
Su rostro fue elevado en dirección hacia el susodicho, quien mantenía sus ojos abiertos y viendo fijamente hacia la sangre, que no tardo en marcharle las manos. No tuvo impulsos de alejarse, sus manos la soltaron y sin pensarlo dos veces quitó su saco color negro y -sin especialidad- comenzó a pasar la tela sobre las manchas de sangre, con delicadeza subió hacia su labio.
—Me duele...—musitó, aun en su mundo, nuevamente dejando que sus lágrimas salieran. Taehyung se detuvo.
—Lo sé, pero tendré que limpiarlo si no la brisa llena de virus infectará tus...
—Aquí...—con las manos temblorosas llevó su mano derecha a su pecho, justamente donde quedaba el corazón. Taehyung no dijo nada, tampoco quiso hacerlo. —Pero no tiene caso, soy Jisoo. —sonrió, haciendo mas una mueca que su objetivo. —Yo Jisoo, no puedo sentir dolor ni llorar ¿no es así? siempre he sido así.
—Hey, cariño, puedes hacerlo ¿si? Jisoo llora y siente como todos.
SEGUNDA PARTE
Su labio dejó de sangrar y pudo percibir como el cuerpo grande y ancho de Taehyung mantenía toda su atención donde tanto le ardía, las manos de Jisoo estaban colocadas sobre los hombros de este, viendo fijamente su rostro, en esa noche tan melancólica se dispuso a examinar; ojos mieles, nariz perfecta y un color canela que la volvía loca. Taehyung.
—Listo, ya está...—lucia satisfecho, y con una sonrisa le demostró lo lindo que le hacia hacerlo. —Aunque sigue viendose fatal ¿Esto de verdad te lo has hecho cayendote?
No hubo respuesta inmediata, volvió a ese sentimiento tan familiar; vulnerable. —Sí, supongo que sí.
—Jisoo, siento mucho haberte besado, no fue mi intención yo-
