62: "Peste"

10K 1K 404
                                    



Me gustaría mentir… Amaría decir que todo esto será superado, que todo volverá a su orden natural y los sucesos pasados solo serán tristes dolores de cabeza por la mañana, pero no.

No puedo mentir. Lo hice casi toda mi vida. No pienso seguir haciéndolo.

Recuerdo tu risa, esa dolorosa carcajada que promulgaste cuando fui a por tu ayuda. Sí, me duele la muerte; me destrozó por dentro ver a el niño que amé desarmado en el piso, frío, quieto. Soy Humano ¿Lo sabías? Discúlpame papá por llorar ante un crimen y que eso me arruinara la vida.

Sí, quizás tienes razón y yo estoy loco. Pero ni miles de cadáveres sobre una camilla universitaria pueden compararse a escuchar el eco de la risa muda de un bebé que le acababan de romper su cabeza como si fuera un puto huevo.

Perdí todo por ti, no hace falta que lo escriba… Tú lo sabes. Por tu culpa yo pospuse mis sueños, aquellos que para ti eran una estúpida pérdida de tiempo. Sí hubiera seguido con mis ideas quizás ahora estaría cocinando, en mi propio restaurante, lejos de toda la mierda del mundo que me fue volcada de golpe. Sin esta maldita enfermedad que me escala por las venas e infecta mi carne. No tendría la puta peste de muerte que se cuela en mis sentidos y me atormenta por las noches.

Pero no, la profesión familiar era más importante que los sueños del hijo más pequeño, aquel no deseado.

Por tu culpa actué siempre con miedo. Más que miedo, pavor, pavor y casi pánico a ti. ¿Tienes idea cuánta gente sufrió con tus ideales? Mamá llora por las noches a causa de tus infidelidades, mis hermanos rezan por tu muerte para poder estar libres…

Libertad… Papá, todos deseamos libertad.

Solo cuando estaba lejos de casa podía ser libre. Algo tan común como dormir un poco más un domingo para ti era una ofensa tan grande que acreditaba una hora de insultos por tu parte.

Hasta Amelia sufrió por tu culpa.

Por tu culpa ella tuvo que ser internada; ella carga dentro suyo un hijo, pero no es mío. ¿Puedes creerlo? Estaba ilusionado con presentarte ese bebé y colocarle nuestro apellido solo por tus caprichos.

Por miedo a ti y a esa vida que tu tanto te llenas la boca diciendo que merecemos quería mentirte sobre la identidad de una criatura. Papá, soy estéril. Casi obligo a una mujer a parir…

Por tu culpa hice cosas funestas, busqué desahogarme con gente que no era lo que decía.
Compartí mesa con un asesino, ese mismo que firmó a tu lado para una internación falsa.

¿Tienes idea lo que se siente no poder dormir por las noches? ¿Tener una imagen grabada en tus retinas? Cada vez que cierro los ojos solo encuentro tormento, peste y muerte…

Seguramente tu tirarás esto a la basura y mañana te levantarás como si nada hubiera pasado.
Pero, créeme cuando te digo esto, yo tengo algo que tu jamás tuviste y eso es una consciencia que me atormenta.

Ya no quiero seguir así…

No puedo…

Amaría poder estar ahora con mamá y que ella me aconsejara como lo hizo toda su vida, pero tú me prohibiste la entrada a casa.

Nos merecemos lo que nos pasó.
Esa asquerosa matrícula que teníamos merecía ser revocada. Tanto tu como yo sabemos que hicimos cosas espeluznantes que ni siquiera merecen tener una excusa.

Arruiné vidas, papá…

Tengo tanta represión y dolor cargada en mi espalda, me aplasta, me quema… Sí tan solo pudiera quemar todo lo que me avergüenza la vida sería más fácil.

Perdóname, Amelia (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora