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Narra Emilio.

Joaco me jala un poco el cabello acercandome a él, quedandonos a una distancia considerable. Pienso que va a besarme, pero en cambio, decide gritarme.

-¡¿Qué hacés, nene?! ¡¿Querés chapar (besar) ahora?! Estás re equivocado vos, tenemos que arreglar lo que pasó hace un rato -no sé si imita el acento argentino o el uruguayo.

Me río y rompo la distancia abrazandolo.

-Tranquilo, ¿sí? No va a pasar nada malo.

Se aclara la garganta.

-Ah, tienes razón. Lo peor que podría pasar es que tu padre quiera hablar conmigo en privado -vuelve a su acento méxicano.

-Ay, ya. No seas menso, no va a pasar nada. Arath es de confianza, sólo tenemos que hablar con él -digo alejandome para verlo a la cara.

Suspira, al parecer piensa en lo que dije.

-Supongo, no creo que el señor Osorio se enter...

-¡Joaquín! ¿Podemos hablar un momento? -interrumpe mi papá.

Hoy es el día de interrumpir y asustar a Emilio y Joaquín. Pobrecitos.

-Em, salgo enseguida, no se preocupe -contesta con la voz temblorosa.

-Ahuevo, te cayó la Ley -susurro.

-Cállate a la verga wey -contesta de la misma manera, un poco agresivo.

Joaquín sale al encuentro de nuestro jefé, puedo escuchar los pasos que cada vez se hacen más lejanos.

-Ese compa ya está muerto... -canto y me dejo caer en el sofá más cercano.

[...]

Camino buscando a Joaco. Han pasado treinta minutos y todavía no sale a mi encuentro. Aún debe estar con mi padre.

Para mi sorpresa, choco con la persona que nos descubrió en pleno baile "rómantico". Iba a seguir con su camino, pero decido deterlo.

-Disculpa, Arath, ¿tienes tiempo para hablar?

-Sí, Emilio. Escucha, yo a Joaquín y a ti los admiro mucho. Por eso sólo voy a decirles que se cuiden, y que lo que sea que tengan no lo oculten por demasiado tiempo; suelen haber consecuencias -palmea mis hombros con una mirada paternal-. Por cierto, ya me esperaba que algo ocurriera entre ustedes, traviesillos.

Se carcajea como Pancho Lopéz y se retira sin darme tiempo a responder algo de lo que dijo.

[...]

Joaquín camina hacia mí con la mano en el pecho.

-¿Y? -pregunto, esperando que su respuesta no sea una negativa.

-Todo bien, bueno, casi bien.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Debo preocuparme?

-Me hablo sobre mi pago, todo normal. Pero me dijo, con confianza, que me notaba enamorado -suspira.

-Ay, Joaquínsito. Tú tranquilo, no va a pasar nada.

-¿Por qué no puedes ser realista con este tema? No sé si esté bien que tengamos algo.

-Y, ¿qué te hace pensar eso? ¿Hice algo malo?

-No, Mailo, no. Tú eres una dulzura. Pero si tu jefecito nos descubre y no le gusta la idea... -dice-. No va a ser suficiente que le abramos las puertas de nuestro corazón para cuando decida volver.

-Ay, Joaco, no seas tan negativo.

-Me gusta mi compañero e hijo de mi jefé, jamás estuve en una situación así, pero sé que si se entera nada bueno va a pasar. Es más, me tirará los libretos en la jeta y mis cosas las va a quemar junto conmigo.

-Ya, te entiendo. Pero es mi padre, no podrá negarme a mi persona especial. Tú eres mi persona especial, Bondoni.

Si me dices que me quieres dejo todo.

-Te quiero -murmura cerrando sus párpados.

Lo abrazo, pero es un abrazo triste.

La situación parece algo drámatica, pero no es así. Somos actores y los medios pueden agobiarnos, pueden agobiar a nuestras familias.

Agobiarlo a él.

Es re corto y aburrido este capítulo, perdón. La escuela me saca las buenas ideas, motivo por el cual no pude actualizar. Los próximos capítulos, prometo y estarán mejor escritos. 💛

Joaquín. [Emiliaco]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang