"Puedo ser..."

Irracional

Tan solo pasaron unos minutos antes de que Hajime escuchara el timbre de su casa sonar. Al abrir un castaño se abalanzó sobre él.

Sus labios tras años sin saborearlos seguían siendo dulces, suaves como los recordaba cada día que pasaba desde que lo perdió. Entre tropezones se lo llevó a la cama, regando la ropa por el camino y chocando con los muebles.

"¿Que estamos haciendo?" Se preguntaba Tooru mientras sentía como los besos del mayor devoraban su cuello y le marcaban la zona, como si aun fuera suyo. La misma pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza mientras sus manos tocaban ese cuerpo una vez más.

Entre gemidos y gruñidos, rasguños y sudor se hicieron el amor como ellos sabían, con pasión, y como en aquellos tiempos cuando eran felices a pesar de lo que ocurría.

¿Por qué no intentarlo otra vez?

Tooru había dejado su lado racional de lado en el momento en el que sus pasos se detuvieron frente al ascensor y volvió, volvió por quien amaba y no había dejado de amar.

Tras el acto de amor puro se observaron a los ojos, reemplazando las palabras con cariños en el cabello y miradas cargadas de sentimientos tan claros y difusos a la vez, sentimientos dificiles de comprender para una persona que no había vivido un amor como el de ellos.

-No debí volver... -Murmuró Tooru con una sonrisa suave en sus labios.

-No debiste... -Pronunció el moreno, delineando con la yema de sus dedos los labios del castaño. -Ahora ni pienses que te dejaré ir...

Oikawa dejó salir una risa suave de aquellas que encantaban a Hajime. Tanto le fascinaban que le tomó de la cintura y le besó posicionandolo sobre su cuerpo, el de hebras castañas se acomodó en su pecho y se quedaron así, con sonrisas bobas adornando sus labios y telefonos de oficina sonando de fondo. Necesitaban vivir esa fantasía tan solo un poco más.