"Puedo ser..."

Rutina

Iwaizumi Hajime, gerente de una división de empresas bancarias se encontraba en su oficina, leyendo informes y corrigiendo los errores que encontraba. Su día estaba transcurriendo tranquilo a pesar de todo, eso comenzaba a darle esperanzas de que tal vez, solo tal vez podría hacerse un espacio para poder comer con el castaño que le invadía el pensamiento.

Reflexionó y se imaginó la sonrisa del chico de ojos chocolate si le llamaba y le decía que podrían comer juntos, seguramente chillaría, gritaría de emoción como el exagerado que era.
No solían tener tiempo para ese tipo de cosas durante el día, sin embargo, más de una vez se escapó del trabajo al igual que él para verse... Dejó ir un largo suspiro y cerró la carpeta que contenía los informes ya corregidos.
Tomó su teléfono y como si el destino le jugara en su contra, una llamada entrante de alguien más le cortó todo tipo de esperanzas. Un golpe bajo y ya estaba de vuelta en su realidad.

-Hola... -Contestó el azabache, escuchando la delicada voz al otro lado de la linea, sonriendo muy sutilmente. -Creo que puedo hacerme un tiempo ahora para comer juntos... -Tras oír la respuesta al otro lado, una leve risa escapó de entre sus labios. -Esta bien, nos vemos allí.

La llamada acabó y el moreno mordió su labio inferior mientras jugueteaba con los papeles sobre su escritorio.

Pasadas las horas, llegó el ansiado momento de tomar un descanso y comer algo. Hajime tomó su teléfono y billetera para luego salir de su oficina, avisando a su secretaria que comería fuera. Cruzó los pasillos hasta llegar al elevador y al abrirse este vio a cierto rostro conocido, ojitos chocolate que le veían con un tinte de sorpresa. Si hubiera ido en solitario, seguramente le hubiera acorralado y besado hasta el cansancio, pero no era el caso. Tooru estaba junto a un par de personas más.
Todos hicieron un leve gesto de saludo hacia el mayor mientras este respondía y entraba.

El elevador llegó pronto al primer piso y las personas allí dentro salieron de este. Tooru paso junto al de tes morena y antes de que este saliera pudo oír su voz, iba a responder pero ya lo había perdido de vista, se había ido en dirección al casino de la empresa.

"Que tenga buen provecho, Iwaizumi-san" habían sido sus palabras. No sabia si lo había hecho a propósito o no, solo podía sentir con esas palabras que le había herido... Esperaba que solo fuera su imaginación.