GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU"
Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más viejos y sabios de ésta se dedican a criar guardianes, seres con dones y particularidades tanto peculiares como especies "programados" a de...
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»23. Besos y abrazos. «
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BARRY SONRÍE con su labio inferior entre los dedos cuando Kailan vuelve a la sala de su casa, las manos ocupadas con una bandeja que sostiene dos copas de vino y el liquido rojizo aún embotellado luciendo apetecible. La pelirroja coloca la bandeja en la mesa ratona y se sienta de un salto a un lado del castaño, cayendo justo en sus brazos como si de una pluma se tratase. Barry ríe levemente, incorporándose en su asiento con ella mientras Kailan se inclina a tomar las copas y comenzar a llenarlas cuidadosamente.
Su rutina había sido así desde hacía dos semanas, una que había sido acordada en silencio después de no encontrar muchas opciones para tener citas sin que nadie sospechara. La casa de los Bennett parecía ser una buena opción; con Marcus fuera de casa por la mañana, tenían al menos cuatro horas para disfrutar de su compañía hasta que tuviesen que volver a los laboratorios, donde la distancia entre ellos debía crecer hasta que se encontrasen a hurtadillas en la bóveda del tiempo, compartiendo ahí unos cuantos besos que serían suficientes para aguantar al día siguiente. Sí, casi habían arruinado lo nuevo que comenzaban a experimentar por culpa del viaje al pasado que Barry hizo una semana atrás, pero ahora parecían llevarlo de maravilla.
Los dos simplemente empezaban a disfrutar demasiado la compañía del otro.
—Mi vino favorito. —Canturrea Barry y toma la botella para empezar a examinarla.
—De algo tenía que servirme ser tu mejor amiga. —Barry abre la boca, haciéndose el ofendido, así que ella rápidamente le da un beso en la mejilla y sonríe con inocencia fingida—. Todo es con cariño.
El castaño carcajea y planea tomar un poco de su bebida, pero antes de dar el trago Kailan le toma la mano y niega. Barry ladea la cabeza.
—Espera.
—¿Qué?
—Yo digo que hay que brindar.
—¿Y por qué brindaríamos? —Sonríe juguetón, siguiéndole el juego gustoso.
—Mmm... —Kailan hace una mueca mientras se acomoda de frente a él en el sofá. Barry coloca una mano sobre su muslo—. Por haber mantenido en secreto esto durante dos semanas.
