스물 넷; twenty four.

1.8K 324 32
                                    

Al terminar de comer, comenzaron a recoger los utensilios y platos utilizados para que Seonghwa pudiese lavarlos, mientras Yeosang, por amable invitación de este, decidió quedarse un rato más con él.

Finalmente ambos se sentaron en el gran sofá de la sala de estar, con el ambiente siendo invadido por un cómodo silencio que les arrulló hasta dejarlos dormidos, con Yeosang apoyando su cabeza en el hombro de Seonghwa, y este sobre la del mayor.

Pasaron varias horas hasta que el peli rosa despertara, y al notar que su dongsaeng seguía dormido, decidió explorar un poco aquel lugar, llegando así a la habitación del azabache.

No había nada en especial, todo lucía límpido y, prácticamente, pulcro. No había desorden, desde luego, toda la ropa estaba en su lugar. El pequeño escritorio que tenía en su habitación se hallaba repleto de cremas para el cuidado de su piel, también algo de maquillaje.

Nada extraño, nada que pudiese llamar su atención a excepción del papel que se encontraba sobre la cama, junto a una lápiz. La tomó entre sus manos y algo dudoso leyó lo que decía, sintiendo inmediatamente un calor recorrer su cuerpo.

«Kang Yeosang, ah, ese precioso chico.. Me trae loco. Creo que me he enamorado de él, y pensar que había buscado su compañía para ser sólo amigos.. ¿Algún día me corresponderá?.. Deja de decir tonterías, Seonghwa.»

El primeramente mencionado en el texto tomó el lápiz con sus manos temblorosas, escribiendo bajo la frase "¿algún día me corresponderá?" Un "probablemente, sí" con una sonrisa en su rostro.

Rápidamente soltó ambos objetos tras escuchar los pasos del menor aproximarse hacia la habitación, donde al estar ahí, sólo se limitó a mirarlo, analizando todo hasta dar en el blanco; el papel y el lápiz no se encontraban en el mismo lugar donde los había dejado, además, las mejillas rojas del mayor eran una evidente prueba.

Seonghwa quiso que la tierra lo tragara ahí mismo.

destiny.Where stories live. Discover now