열아홉; nineteen.

1.9K 346 69
                                    

El siguiente juego fue el kamikaze, no tardaron mucho en subir, ya que Yeosang literalmente había arrastrado a Seonghwa hasta los asientos del juego, mientras sonreía emocionado.

A pesar de que el azabache realmente sí tenía algo de miedo, se dejó llevar por la adorable actitud del mayor, quien parecía un tierno niño ante sus maravillados ojos.

Poco a poco, la máquina en forma de dos martillos invertidos comenzó a ascender hasta llegar a su clímax, donde varios gritos tanto de diversión como de miedo se hicieron escuchar, uno de estos últimos fue de Seonghwa con un grito para nada varonil, lo que hizo a Yeosang reír sin parar por varios segundos, quizás minutos.

Estando ya con sus pies sobre el suelo y adrenalina sobre las nubes, decidieron ir por algo más tranquilo, llegando así a un puesto donde se jugaba con la puntería para ganar premios.

Seonghwa jugó tres veces, ganándose inmediatamente dos grandes peluches de pareja que acabaron perteneciendo a ellos. El tercer peluche llegó a los brazos de Kang también, puesto que era más pequeño.

- Muchacho, tienes un jovencito muy atento como novio, aprecialo - Comentó la anciana que atendía el puesto, haciendo que las orejitas de Yeosang se tornaran casi tan rojas como todo su rostro. - Nosotros no..

- No nos separaremos - Afirmó Seonghwa con una sonrisa juguetona. El peli rosa quería morir en ese mismo momento, la vergüenza lo consumía, pero más que nada era la rareza del momento.

Sin más que decir, se despidieron de la mujer con una reverencia y se dirigieron a un puesto de comida. Para Yeosang un somsatang y para Seonghwa un hotteok condimentado con nueces y pistachos.

Ambos comieron en silencio, disfrutando de la compañía del otro y del paisaje animoso que se presentaba ante ellos. Habían pasado casi todo el día ahí y el atardecer se hacía bellamente presente ante sus miradas.

Era pintoresco pero relajante. Agradecían esa sensación de tranquilidad que les irradiaba, porque de algún modo aquella calidez abrazaba sus agitados corazones.

Nunca antes alguno de ellos había experimentado algo así.

destiny.Where stories live. Discover now