Capitulo 34: El cumpleaños de Yukito

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Por la mañana del día siguiente, Touya y Fujitaka Kinomoto estaban terminando de preparar un delicioso pastel para llevarlo a casa de Yukito, quien cumplía 20 años el día de hoy.

Ambos estaban estaban algo angustiados por la más pequeña de la familia.

Desde la noche anterior, en que Sakura llegó tarde a casa, había estado encerrada en su habitación, sin decir absolutamente nada, sin comer, sin demostrar esa alegría que era tan particular de ella.

Quizás algo andaba mal... Era lo más probable... Pero ninguno de los dos se atrevió a invadir su privacidad y solo la dejaron descansar.

Ya era casi el medio día y se acercaba la hora en que tenían que partir para la casa de Tsukishiro.
En ese momento Sakura bajó de las escaleras, ya vestida y tratando de actuar normal frente a los otros dos.

La niña saludó tímidamente a su padre y a su hermano y salió de la casa indicando que se adelantaría por que tenía que hacer algo muy importante.
Sin decir más, la castaña salió de la casa apresurada ante la mirada confundida de sus familiares.

- ¿Tienes una idea de que le pasa? - preguntó su padre con preocupación al ver a su hija irse.

- Espero que no sea lo que estoy pensando... Ese mocoso... - murmuró Touya seriamente ante su padre, que no escuchó la última parte.

Minutos más tarde, Sakura se encontraba en el portal de una casa muy bonita en un vecindario cercano.
Tomó un profundo respiro antes de tocar el timbre de la casa, esperando que todo le salga bien esta vez.

- ¡Hola Sakura! Qué sorpresa!

- Ho...hola Yukito, buenos días - saludó ella haciéndole una reverencia que el chico correspondió

- Pasa, ¿donde están Touya y tu papá?

- Ehh... Vendrán pronto... Es que... Yo me adelanté... Espero que no te moleste...

- Para nada, ven - Respondió el chico tomando la mano de Sakura delicadamente para guiarla hasta la sala.

Era una casa bastante tradicional con todo el estilo japonés y las puertas con ventanas de papel.
Sakura se sentó con el joven sobre el tatami de la sala y notó que no había nadie más en su casa. Le pareció muy raro que ninguno de sus familiares haya venido a visitarlo sobre todo en un día tan especial como su cumpleaños.

- Yukito... ¿No hay nadie más en tu casa? - preguntó tímidamente

- No Sakura, vivo solo aquí. Esta era la casa de mis abuelos. - comentó con nostalgia. Sus abuelos le traían buenos recuerdos sin duda.

- Y... ¿Tus papás? ¿No van a venir?

- Ehhh.. No creo...Ellos viven en Tokio y... bueno... No tenemos muy buena relación desde que...

Yukito pensó dos veces sobre lo que estaba a punto de decirle. Quizás no era el mejor momento para ello.

- Desde que decidí irme de casa para estudiar en la Universidad - continuó.

- ¿Ehh? Pero... Yukito si tú quieres yo puedo venir a visitarte todos los días... No quiero que te sientas solo - dijo Sakura con tristeza

El joven sonrió al escucharla. En verdad no tenía porqué sentirse mal por él. No estaba para nada solo.

- Te lo agradezco, Sakura - le respondió con una sonrisa amable

La castaña abrió su bolso para sacar un pequeño regalo que había traído para aquel muchacho.
Era una cajita delgada que estaba envuelta en un gran listón rosado. Se veía muy lindo.

- Esto es para ti Yukito. Espero que te guste - comentó algo sonrojada mientras le entregaba su obsequio

Yukito se avergonzó un poco al abrir aquella cajita. Era una pluma de diseño con su nombre grabado. Seguramente Sakura se había gastado todo su dinero para poder comprarle algo tan caro.

- Muchas gracias, Sakura. Te lo agradezco. Está muy bonito! Te prometo que lo usaré todos los días en la facultad!

- Siiii, es para que te dé suerte en los exámenes. Touya me dijo que son muy díficiles.

- Lo son... pero con esto pensaré en ti y me irá mejor, ya verás

Sakura se sonrojó un poco más al oírlo decir eso. Realmente Yukito era un chico encantador.

En medio de su sonrojo, aprovechó para abrir su bolso y sacar aquel peluchito amarillo que había recibido de él en su primer día de clases.

- Mira, Yukito... traje el peluche que me regalaste para que nos acompañe en tu cumpleaños

- Qué bueno que aún lo conservas - respondió amablemente

- Claro que sí, es mi mayor tesoro... Se llama Kero-chan... - agregó tímidamente

Yukito sonrió al escucharla. Sakura era una niña muy tierna y realmente le había gustado aquel muñeco de felpa.

- Y... ¿como te va en la escuela, Sakura? - preguntó cómo cambiando de tema

- Muy bien, tengo muy buenos amigos! - exclamó intentando sonar animada

- Si, pude verlo el día del festival - agregó Yukito sonriéndole

- ¿Eh? - balbuceó algo confundida por el comentario del chico.

Sakura no pudo evitar recordar aquel día del festival en que él y Touya la visitaron en su stand de la feria de ciencias.

Recordó que momentos antes de que ellos llegaran, Shaoran estuvo muy cerca suyo y jugando con un mechoncito de su cabello mientras que ella lo miraba anonadada por sus brillantes ojos avellana y sus rasgos tan estilizados.

Recordó tambien que aquella noche, Shaoran la abrazó en medio de la oscura cancha de fútbol bajo la luz de los fuegos artificiales.
Recordó que pudo sentir los fuertes latidos del corazón de su amigo impactando contra su pecho y que ella se sintió completamente indefensa pero a la vez protegida entre sus brazos.

Sakura intentó disipar sus pensamientos para volver a hablar con el jovencito que tenía al frente suyo pero... Se sentía muy débil...

Por algún motivo Sakura no tenía más palabras que decir.

Todo lo que tenía en su mente en ese momento era Shaoran a su lado, abrazándola, tocándole el piano en el salón de música hasta hacerla llorar, enseñándole matemáticas sacrificando sus propias calificaciones delante del maestro y toda la clase, abrigándola con su calida chaqueta en la fría tarde del día anterior en que...
Sakura sintió un enorme dolor en el pecho al rememorar aquel momento... Ese momento en que Shaoran le susurró que la quería.

Recordó que no pudo moverse de aquel columpio... Y se quedó muda al darse cuenta de que era Shaoran a quien realmente quería.

Estaba enamorada de él y no lo había entendido hasta ese momento.

Yukito miró a la confundida niña frente a sus ojos y pudo notar que estaba muy triste y reteniendo sus ganas de llorar.

- Soy una tonta... - llegó a decir débilmente mientras una lágrima caía por su mejilla

- Sakura, no digas eso.. Eres la niña más linda y dulce que conozco, ¡no eres ninguna tonta!

- No sé qué me pasa ... Lo lamento por haber arruinado tu cumpleaños... - balbuceó sollozando. No podía retener su llanto por más tiempo.

- Para nada, tu visita ha sido el mejor regalo que he recibido! No llores por favor, déjame abrazarte...

Yukito la abrazó suavemente y le acarició el cabello delicadamente tal y como lo había hecho Shaoran el día del festival.

Ahora sólo lo veía a él, Shaoran era el completo dueño de su corazón y sus pensamientos.

Hubiera dado todo por tenerlo a su lado abrazándola nuevamente.

...

Un nuevo comienzo ~ Sakura y ShaoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora