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jeoɴ jυɴɢ ĸooĸ

Al entrar a casa, los tres nos fuimos directo a la cocina para ir a dejar las compras.

Esta tarde, luego de salir de la escuela le pedí a Sooyun que me acompañara para ir por Jihyo, y de paso fuimos a la tienda.

—Estaré en mi habitación —anunció Jihyo, luego de tomar sus snacks.

—No olvides hacer tus deberes —alcancé a decir, antes de que desapareciera por el umbral de la cocina.

Oí una pequeña risa por parte de Sooyun, y fue inevitable sonreír.

—¿Que quieres hacer? —pregunté, tomando dos latas de sodas de una de las bolsas.

—No lo sé, es tu casa, tú decides.

—Uhm, entonces... vamos a la sala —respondí. Pasé ambas sodas a una mano y con la otra sostuve la de Sooyun.

No tenía idea de que haríamos en la sala, pero quería recuperar mi tiempo perdido con ella.

—Ten —hablé, extendiéndole una soda luego de verla acomodarse en el sofá— ¿Estás segura de que no quieres algo de comer?

—Mhm, con lo que comimos en la tienda está bien —respondió. Elevé una ceja.

—¿Te refieres a esa pequeña barra de cereal?

—¿Que tiene de malo? —cuestionó, abriendo su soda, o bueno intentando hacerlo— Te dije que ya había comido en la escuela.

—Dame eso —dije, quitando la soda de sus manos. Abrí rápidamente esta para luego entregársela.

—Gracias —murmuró. Tomó un sorbo y me senté a su lado observándola.

Luego de unos segundos pareció darse cuenta porque de inmediato sus mejillas se encendieron y aclaro múltiples veces su garganta.

—¿Q-Que sucede?

—¿Mm?

—Por qué... ¿Por qué e-estás mirándome así? —se volteó lentamente hacia mí.

—¿Asi cómo? —cuestioné, sonriente.

—No lo sé, solo... ¿Por qué estás mirándome?

Solté una carcajada ante su repentino tono molesto.

—¿Por qué te molestas? —pregunté, dejando mi soda sobre la mesa en el centro— ¿Te pongo nerviosa?

—Basta —murmuró, sonando amenazante.

No me resistí más y pasé mi brazo por sobre sus hombros acercando velozmente mi rostro al suyo para unir nuestras bocas.

Ni yo me podía creer cuanto la había extrañado.

Sus labios realmente se moldeaban tan bien a los míos, como un verdadero rompecabezas.

Nos besamos hasta perder el aire, y poco a poco me aparté con una sonrisa adornando mi rostro.

—¿En serio eres mi novia? —en un susurro, pregunté. Y sus segundos de silencio casi acabaron conmigo.

—Solo si tu eres el mío también —susurró, sin romper el contacto visual.

No entendí lo que quiso decir, entonces mi ceño se fruncio y ella pareció notar eso.

—Seré tu novia si tú eres el mío —repitió, desviando la mirada— y no de otras más.

Sonreí mordiendo de manera leve mi labio, y asentí.

—Por supuesto que si —respondí, besando cortamente su boca.

Mistake ; Jeon JungkookΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα