31.

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Narra Roxana.

Caí dormida mirándolo lentamente sintiendo como cada vez me sentía mas pesada con una sensación bastante helada en mi rostro.

Desperté entre abriendo los ojos con lentitud.
Rocas y agua iluminadas por una fogata a unos pasos de mi es lo que logró ver de reojo. Me siento intentando reconocer al menos en donde me encontraba. Giré mi cabeza a distintos lados para buscar la salida
Ahora creo que recuerdo todo. Él tuvo que haber sido quien me trajo hasta aquí, nadie más se tomaría la molestia de hacerlo.

Miré detrás mío a duras penas reconociendo aquella silueta de cuerpo delgado del chico a fuera de la cueva en la que me encuentro. Su ropa holgada junto con su cabello se movía con la brisa del viento helado de la noche, apenas iluminando su rostro con la luz de luna llena. Noto a duras penas que sobre el suelo donde estaba acostada lo que me mantenía caliente además de la fogata era una larga piel de oso.

Lo ví unos instantes para luego acercarme hacia él.
Noto mi presencia sin embargo no tuvo la certeza de mirarme

-Es una bonita noche_ dije con amabilidad a sus espaldas recibiendo a cambio una mirada fría y penetrante en la cual decía que yo no le agradaba del todo. Me trague mis palabras después de unos minutos intentando recordar lo que había pasado. Deje de dar vueltas en mi cabeza hasta que ví el otro lado de su cuello con una especie de crema semi brillante

-¿Que te ocurrió?_ dije acercándome más de lo necesario, me miró abriendo levemente los ojos tomando con toda su mano mi rostro, por lo tanto me empujó hacia el suelo apartándome de él

-No necesito que me cuides y menos que intentes ser algo que no eres.

-¿Disculpa? Solo intentaba ayudar. No soy muy buena haciendo amigos pero solo quería intentar conocerte, idiota._ conteste molesta poniéndome de pie ahora manteniéndo mi distancia.

- No necesitas hacerlo; sé lo que eres. Y también sé que sabes lo que hiciste.

-¡Yo no he hecho nada!_ repliqué endureciendo el mentón viéndole fijamente.

-¿Y esto qué es?

Contesto limpiándose sin cuidado la pomada sobre su cuello. Al verlo se me erizó la piel.

-L-lo siento..._ era lo único que se me ocurría decir. Ahora los recuerdos simplemente eran borrosos pero sé muy en el fondo que no estaba mintiendo.

Suspiró y entró a la cueva dejándome a solas fuera de esta. Miré la luna aún sintiéndome tan distante de casa.
Miré hacia la cueva y ya no estaba. Sabía que él no hablaría hasta que tenga su completa confianza. Hace meses le suplique que me dijera las respuestas de mis dudas pero creo que lo que busca es que lo descubra por mi cuenta. Quizás la realidad era demasiado cruel para que alguien me la contara y simplemente si tenía que sufrir tengo que saberlo yo por mi misma.

Repito.
No es normal.
Él no es normal.
Yo no soy normal.
Mi vida nunca fue normal.


Continuará...


Duelo de Dioses [SIN TERMINAR]Where stories live. Discover now