30. Sensaciones

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Corrí lo mas rápido que pude pisando con pesadez las hojas secas de los árboles en el suelo.Me dirigí hacia la derecha rumbo abajo de la colina donde estaba escondida aquella cabaña según lo que yo recuerdo. Despues de un rato me di cuenta que estaba pasando mas de dos veces por una roca en forma de flecha. Sintiéndome como una tonta al haberme perdido me subí al árbol más alto que encontré y lo que vi hizo que mis ojos se abrieran tanto como pudieron.

Mirando aquel lugar hecho en ruinas de una forma violenta el cosquilleo en mis ojos volvió a hacerse presente. Fue cuando dije a  mi misma "tengo que ir ahí"

Y vaya sorpresa. Aparecí pero no como esperaba, al momento de llegar ahí mi rostro fue el primero en tocar tierra antes que mis pies. Gemí de dolor y finalmente una de mis esperanzas desapareció.

Toda la cabaña estaba hecha cenizas, todo totalmente en ruinas. Estuve a un paso de llorar pero decidí buscar entre todo eso al menos si había algo que pudiera rescatar, sin embargo era algo imposible de pedir. Quite unos cuantos largos y grandes troncos quemados para encontrarme con un solo libro, el único que aparente había sobrevivido no era mas que un montón de hojas incompletas sobre una pasta destruida por las llamas. Lo tomé entre mis manos sacudiendo la ceniza sobre este.

"El niño de los dos mundos"

Con solo leerlo nuevamente una visión apareció de la nada; había pastizales, montañas y tierra sobre mis pies. Estaba manchada de sangre por toda mi ropa, los ojos se humedecían cada vez mas por el llanto y la sensación de hambre me invadía cada vez mas.

Perdí contra mi misma con tal de ver mas de esto.

- ¿Tanto te importan unos estúpidos libros?_ dijo desde la cima de un árbol viendo el atardecer desde la altura, sin siquiera mirarme. Aquel chico aburrido de cabellera gris la miró con curiosidad ante su silencio.

-No vas a encontrar nada mas que ruinas, déjalo ya_ dijo bajando del árbol al ver que la chica no reaccionaba, simplemente estaba cabizbaja contemplando  lo que quedaba del libro.

-Oye niñata_ repitió y esta vez volcó a verlo con odio con ambos ojos ahora claros, sus fosas nasales comenzaron a sangrar y su rostro comenzaba a ser irreconocible. Se levanto con pasos largos hacia él mientras que el tipo retrocedía confundido de lo que hacía y mas por el cambio tan repentino del color de ojos de ella, la chica logró acercarse lo suficiente como para oler su cabello, se acercó hacia su cuello con una respiración suave y pesada. Olió de su piel tan pálida como la de un muerto sintiendo como cada vez más un vacío inminente se hacia en su estómago provocando que cada vez fuera mas inconsciente de lo que hacia.

-¿Q-Que te pasa...?_ dijo el chico y luego de ello Roxana tomo impulso y mordió su hombro cerca de la garganta succionando la sangre que salia de él, Evan por lo tanto aulló de dolor tratando de librarse de ella sin lastimara, sin embargo era como una piraña a la cual no dejaría nada en lo absoluto. Cuando logró quitarla enfriando su rostro con la punta de sus dedos, finalmente pudo alejarse aprovechando que Roxana se quedó tumbada en el suelo saboreando la sangre de él en sus labios de ella. Volco a verlo con unos ojos tan vacíos que no parecía ser para nada ella.

- Estás muerto..._ dijo sonriendole mientra con su mismo poder comenzaba a suprimir su cuerpo de él.

Continuará.

Duelo de Dioses [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora