Capítulo 18

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—Venga, solo es un beso—sonrió el pecoso— no pasa nada.

Jean y yo lo miramos.

Me reí por dentro y dejé escapar una sonrisa burlona. Por el alcohol que hay en mi cuerpo, seguro.

Me hacía gracia pensar que iba a besar al mejor amigo de Eren, no sé si le importará, pero si lo hace, con Jean le molestara él qué más.

Jean se levantó y se puso a pocos centímetros de mí.

Estaba completamente rojo y se veía bastante tímido. Nunca lo había visto así, y no pude evitar acompañarlo y sonrojarme yo también.

Él cerró sus ojos y empezó a acercarse a mí....

Me quedé mirandolo mientras seguía acercándose, pero entonces se paró.

Me quedé un poco extrañado cuando al final se levantó y se fue.

Todos se quedaron con la misma expresión que yo e incluso algunos se quejaron.

Miré entonces a Marco, él al igual que todos se veía confundido, pero a la vez triste. Me quedé esperando a que se levantará para ir a por Jean, pero como no lo hizo decidí ir yo detrás de él.

«Madre mía, Armin, últimamente tienes que ir detrás de los malditos eldianos.

Me reí.

Qué tonto, ahora tú también eres un eldiano»

Mientras iba hablando conmigo mismo perseguía al castaño que ahora se había adentrado en el edificio, con la multitud y la música.

Me metí por medio de la gente, para mi suerte no me paro nadie para bailar o hablar y en seguida divisé a Jean subiendo las escaleras.

Lo seguí está vez más rápido y tras subir la escalera lo encontré en el pasillo, sin ningún lugar a donde ir.

Estaba de espaldas y me acerqué a él.

—¿Por qué has salido corriendo?—le pregunté.

—No lo sé.

—Sí lo sabes.

—¿Ah sí?¿Qué sé?— Jean se giró y se quedó mirándome, enfadado.

—Lo que te molesta— creo que sé que le pasa.

Se quedó analizándome con la mirada, ahora se había calmado un poco.

—¿Tú lo sabes todo,no? — se rió.

—Ojalá...

Tras unos segundos aguantándonos las miradas, cedió y agachó su mirada.

—Me jode mucho— habló finalmente mientras se apoyaba en la pared— Tenemos que fingir que no nos jode o que no nos queremos todo lo que nos queremos...

—Lo dices porque a Marco no le ha importado que nos besáramos, ¿no?

—Claro— sonaba apenado.

—Bueno, Jean, es solo un beso...

—No es sólo eso, Armin... Y lo sabes— se rió— lo que pasa es que vas muy borracho y no estás pensando claramente.

Me dió hipo y le di un trago a mi bebida.

—No te niego ninguna de las dos cosas, ¡hip!

Esta vez nos reímos los dos.
Me senté entonces al lado de Jean, quién se había sentado unos instantes antes. Bueno, yo más bien me caí sobre él.

—Oye, Armin— habló el castaño mientras mirábamos a la pared que teníamos en frente.

—Dime— le dije mientras bebía más de mi vaso.

UNIVERSIDAD PARADIS (EREMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora