24.- Sad, Jk.

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Atención: El siguiente capítulo es un poco diferente a lo acostumbrado. Es decir, tiene algo de drama. Pero el lado bueno es que Jungkook sigue siendo algo... lento. ¡Disfruten! 

Editado para corregir una cosita chiquita. :3


Jungkook no entendía.

Ni él, ni el emo –quien era sin duda el cerebrito del grupo-, ni la colegiala. No comprendían cómo el ambiente había cambiado drásticamente en cuestión de segundos y lo que antes había sido un Taehyung a punto de confesarle que realmente era un heredero multimillonario, se convirtió en una batalla de miradas.

Primero habían sido el sonido de tacones y pasos apresurados que hicieron que Jungkook se levantara de un salto seguro de que sí su madre lo veía ahí lo mínimo que haría era darle con el zapato, luego de eso las dos cabelleras oscuras se asomaron por la puerta, una sonrisa maníaca y un gesto de aburrimiento con ellas.

De pronto, ambas terminaron dentro de la habitación, invadiendo el preciado espacio y aire en donde Taehyung permanecía semi sentado y de brazos cruzados, el mayor mirándolos como si estuviese a punto de ponerse a gritar para que alguien llamara a la policía y él poder acusarlos de violación grupal.

¡Pero a Jungkook no podía acusarlo de nada!

Es decir, Jungkook sólo estaba recostado a su lado cuando el grito les avisó que alguien había cruzado la alta seguridad de la puerta de entrada; la cual Jungkook había dejado abierta ante su afán de convertirse en un espía ruso-coreano y así atrapar a Taehyung en lo que sea que estaba haciendo según Hoseok. Por supuesto, eso no tenía que saberlo su sexy vecino/hyung.

Tendría que mentirle entonces a la policía, asegurar que él cerró la puerta antes de ir en búsqueda de Taehyung y que, por tanto, las dos mujeres que ahora estaban en la habitación habían entrado a la fuerza y dispuestas a todo con tal de conseguir su propósito: una violación grupal contra TaeTae y él. ¡Ellos eran las víctimas y Jungkook debía ser puesto en protección de testigos!

Es más, Taehyung, Aerum y él debían ir al programa de protección de testigos y así ser enviados fuera del país a vivir una vida nueva y más feliz, una llena de dinero, sexo, trajes caros, empleos sin necesidad de ir a la universidad y más sexo. Serían la familia... ¡Smith! Sí, siempre le había gustado ese apellido –sobre todo porque su hermano le había hecho ver la película de Angelina Jolie como espía tantas veces como Jungkook lo obligó a ver Resident Evil 1, es decir, muchísimas-.

Jungkook Smith... sonaba increíble.

Aunque... ¡Bieber! Es mejor si pedimos de apellido Bieber.

La colegiala tenía razón, ¡¿cómo no lo había pensado antes?! Sí se apellidaban Bieber, Jungkook podía ir a Los Ángeles y decir que era primo de Justin, así conseguiría su dirección y luego de presentarse en su casa, Jungkook lo convencería de que eran familia y que debían vivir bajo el mismo techo con sus hermosas familias – aunque claro, eso sería una mentira de sólo mirar a la rubia quemada que le había robado a Justin-.

Tendrías a Justin y a Taehyung al mismo tiempo. ¡Eso es un plan increíble! La colegiala saltó emocionada, meneando sus pompones al aire mientras comenzaba a gritar "Dame una J, dame una U...". Pero entonces estaba el emo, que no pensaba igual que ella y estaba listo a sacar la música de Evanesce para ambientar su discurso lleno de argumentos de cómo la sociedad no permitiría una relación entre dos primos.

En realidad, no es incesto porque ustedes no son primos. Nadie se creería eso, ¡ni siquiera se parecen!; aseveró el emo, negando con su cabeza con flequillo depresivo.

Apartamento 402Where stories live. Discover now