13.- Pelea de perros.

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Decir que no estaba ansioso sería mentir, Jungkook sentía que sus manos sudaban y que el latido de su corazón podía escucharse hasta la India, pero el hombre que caminaba a su lado parecía no notarlo. El profesor Lee no dijo nada mientras ambos cruzaban la calle en dirección al barrio residencial que colindaba con la Universidad y en el que el hombre había mencionado que estaba ubicado su apartamento.

Jungkook quiso preguntarle a cuántos otros estudiantes había llevado, pero las palabras se habían atragantado en su garganta, sintiendo la vergüenza quemarle las mejillas mientras se limitaba a asentir a la extraña oferta hecha por su profesor. Y aunque tenía la ligera impresión de que se estaba metiendo en un problema, prefería eso a tener que volver a casa y ver a Taehyung.

Aunque...

Tal vez el profesor Lee era un asesino en serie, que coleccionaba trozos de piel de sus víctimas y confeccionaba con ellos una manta con la que se cubría en las noches de frío mientras reía como un loco desquiciado, acordándose de sus inocentes y frágiles víctimas. Jungkook incluso se lo imaginó sonriendo mientras los invitaba a pasar antes de lanzarse sobre ellos y asfixiarlos con una cuerda de guitarra al ritmo de una canción de rock.

Bien, ya no quiero ir...

.- Eh, profesor...

.- Te dije que me dijeras Hunseol – le interrumpió el hombre mientras se giraba, sus ojos penetrantes fijos en los suyos - ¿No quieres que seamos más... cercanos?

No, no, no quiero que me asfixies ni me zurzas a tu sábana.

Jungkook sonrió nervioso mientras trataba de pensar en algo qué decirle para escapar, pero no encontraba ninguna excusa válida para poder salir corriendo y no volver la vista a atrás. Era muy joven para morir y no había escapado de la muerte en manos del maníaco (a.k.a Yoongi) para terminar siendo asesinado por un apuesto profesor de música que coleccionaba piel. Además, también estaba el pequeño detalle de que era virgen.

Y Jungkook se negaba a morir siendo virgen.

.- En realidad, recordé que debo hacer algo, Hunseol – su voz sonó temerosa mientras se alejaba un paso hacia atrás mientras el rostro del hombre se endurecía – Y-y debo irme... si, si, debo irme.

.- Está en horarios de clase, señor Jeon – respondió con firmeza entonces el hombre, sus manos escondiéndose en los bolsillos de su grueso abrigo y olvidándose del tono amable e incluso coqueto de antes – Hasta donde recuerdo, usted ni siquiera estaba enterado de que no dictaría mi sesión hoy, así que no creo que haya programado algo... ¿o me equivoco?

Estúpido, estúpido Jungkook.

.- Eh... bueno... es que... - Jungkook se mordió el labio inferior mientras trataba de pensar en algo convincente, pero nunca había sido muy ágil para pensar bajo presión (ni pensar en general, siendo sincero) – Es... ¡Es el cumpleaños de mi novio!

.- Pensé que me había dicho que Park no era su novio – La respuesta llegó rápida y maliciosa mientras maestro Lee ladeaba la cabeza, arqueando las cejas y Jungkook se encogió, ahora temeroso.

.- Y-yo... no es él...

.- ¿Ah, no? – el hombre se acercó uno, dos pasos mientras Jungkook trataba de pensar en qué hacer, pero sentía sus piernas pesadas – Entonces, ¿quién?

Buena pregunta, lloriqueo en su interior.

.- Soy yo.

Ambos se giraron, Jungkook sintiendo que todo a su alrededor se volvía mágicamente de color rosa mientras imaginaba a Taehyung sobre una caballo, con una sonrisa y una armadura dorada, dispuesto a entregar su vida para preservar su inocencia (y es que no era chica, aunque no estaba mal que tuviera fantasías, ¿verdad? ¡¿Verdad?!). Sin embargo, la voz no le pertenecía a su lindo vecino, ni había caballo ni armadura dorada. Incluso, Jungkook deseo saltar a los brazos de su profesor.

Apartamento 402Where stories live. Discover now