Capítulo 20

1.8K 186 305
                                    

Stay - Zedd ft Alessia Cara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Stay - Zedd ft Alessia Cara

Con Dylan conocí y descubrí muchas cosas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con Dylan conocí y descubrí muchas cosas.

Conocí los límites a los que mis sentimientos se exponían cada que lo tenían cerca; la rapidez con la que mi cuerpo podía reaccionar y cambiar su estado anímico, olvidar todo. Descubrí que se podía querer a pesar de los años de ausencia, así como, que el silencio podía ser un arma mortal, sobre todo cuando procedía de un chico con tantos misterios cómo él

Su silencio me estaba desquiciando.

Y era por dos razones; la primera que, no sabía si estábamos bien o mal, la segunda razón era que, temía su siguiente movimiento. Dylan podía ser terriblemente impredecible y eso me tenía jodidamente aterrada.

Condujo todo el trayecto en silencio, a excepción de un par de oraciones. Me llevó, por petición mía, a casa de Esmeralda y me dejó un par de calles abajo; no obstante, cuando estaba por bajarme ―y con el corazón en la mano―, me detuvo para comentarme que no estaría los próximos días, pues tenía una encomienda de su trabajo en Kingston. Y no sé qué cara habré puesto, aunque supuse que demostré todo el miedo que sentí por dentro.

Porque Dylan me provocaba muchas cosas y entre ellas había aprensión, porque me aterrorizaba que, de un día para otro, él desapareciera de mi vida. Que se esfumara junto a todas las respuestas.

En ese momento, sus labios se ladearon en una sonrisa y acarició por un par de segundo mi mejilla, tomándome por sorpresa y relajando mi expresión.

―No me veas así ―pidió, su voz entre divertida y nerviosa, me llenó de bochorno y me hizo olvidar toda la ansiedad y las dudas que tenía. Pasé saliva con dificultad, tratando, inútilmente, de deshacer el nudo que se había formado en mi garganta, enlacé mis manos, en un intento de controlar el temblor que las atacaba.

― ¿Cuándo regresarás? ―pregunté, mi voz había sonado trémula y dejando filtrar un poco de recelo. Llevó su palma desde mi mejilla hasta mi mano, dándole un leve apretón a mis extremidades unidas.

Contigo, nada más © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora