Capítulo 11.

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"Nunca había sido una fugitiva de la policía."

Parecía increíble, pero la semana acababa de finalizar y con ella mi entusiasmo aumentaba. A pesar de haber sido una semana un poco agobiante y ajetreada, no solo por el trabajo del instituto, sino por la constante pesadilla de Amanda intentando humillarme con sus amiguitas y sus actos intencionados que hicieron que más de una vez me echaran de clase por su culpa. La ignoraba la mayoría de las veces, puesto que veía patético que hiciera todas esas mañaquerias por un chico como Justin, que ni siquiera tenía nada serio con ella. Realmente era patético que la tomara así conmigo, por eso prácticamente la ignoraba, aunque una tiene sus limites.

Después de esto, es fácil pensar que mi semana de clases había sido un autentico desastre, teniendo en cuenta a Amanda y los consiguientes comentarios sarcásticos de Justin así como su continua molesta presencia varias veces durante toda la semana, pero no, no fue tan mala. Algunos de los recreos los pasé en la biblioteca junto a Marco, mientras repasábamos biología, y en los almuerzos su presencia hacía que estuviese más cómoda. Sin duda había hecho confianza con él, y teníamos una buena y muy divertida relación. Lisa y Rebecca eran las únicas chicas medio normales que encontrabas por Constance, y agradecía interiormente haber entablado una buenísima amistada como la que tenía con ellas. Estábamos todo el día juntas, y cuando no, estábamos pegadas al teléfono contándonos de todo.

Me enrollé la cuerda del albornoz por la cintura y salí del cuarto de aseo. Me tiré en la cama y cogí mi móvil justo cuando mi madre entró perfectamente arreglada y preciosa para ser sábado.

-¿Vas a salir? -pregunté.

-Eso venía a decirte. -sonrió-. Voy a ir a cenar con mis amigas. ¿Que tal estoy? -se dio una vuelta.

-Estas guapísima. Ese vestido te queda genial. -le sonreí-. ¿Y papá?

-Él está en su despacho, trabajando.

-Bueno, esta bien, pásalo genial y no hagas nada inapropiado. -nos reímos.

-¿Cuando he dejado de ser la madre? -nos reímos-. Luego nos vemos cielo. -besó me frente y se marchó.

Me tumbé boca arriba en sobre la cama y vi el nuevo mensaje de Lisa.

De Lisa: A las once y media, en la puerta de Constace, ¿preparada para mover las caderas? ;)

Para Lisa: ¿Cómo que en la puerta de Constance? No será lo que estoy pensando...

De Lisa: Es exactamente lo que estas pensado. ¡¡No llegues tarde!!

Y lo que estaba pensado exactamente era... ¿Una fiesta ilegal dentro del instituto Constance Billard?

No lo sé, pero llevaba metida en mi casa todo el eterno día. Sinceramente, la idea llamaba mi curiosidad y tenía ganas de salir de casa.

Tras más de media hora sacando ropa de mi vestidor, obtuve un conjunto que constaba de una falta de tubo negra, adaptándose perfectamente a mis curvas hasta un poco más arriba de la cintura. Una camisa de Bendel's de color blanco y con un escote en pico, añadiendo una americana llamativa que destacaba el conjunto. Solté mi pelo y le di un poco de volumen. Pinté mis labios de un color algo más claro que el rojo y me centré un poco en mis ojos, destacándolos. Me coloqué unos pendientes de plumas negras y estuve lista.

Si papá seguía encerrado en su despacho, escaparme sin que se diera cuenta sería fácil. Caminé silenciosamente con los tacones en la mano por los pasillo de casa y cuando estuve en la puerta, algo me sorprendió.

-¿Señorita? ¿La ayudo en algo? -Andrew me hizo dar un gran brinco por el susto.

Me giré lentamente.

Love in New York. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora