Capítulo 6.

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"¡Él es el imbécil que me llevó en su limusina!"

Tras aguantar a mamá durante la comida más de dos horas preguntándome -como una auténtica adolescente más- como había sido mi primer día en el instituto, y tener que contarle incluso las detalles de como iban vestidos los profesores logré deshacerme de ella y entrar en mi habitación.

Me deshice del uniforme y entré en el baño. Necesitaba una larga ducha que me relajara. O bueno, observando bien mi baño, me conformaba con el hidromasaje. Me sumergí en la espuma y en las sales de baño con olor a jazmín y fresa. Estuve las horas necesarias ahí dentro como para lograr que la piel se arrugara un poco. Me puse mi pijama de seda blanco y una bata que tapara mi cuerpo.

El resto de la tarde fue inactivo y algo productivo, debido a los deberes que hice de biología. Estaba tan cansada, que cuando sonó la alarma a la mañana siguiente, deseaba aplastarla infinitas veces.

Una vez estuve lista, la limusina me llevo a través de las calles de New York hacia Constance. Lisa estaba apoyada en el muro y Rebecca acaba de llegar, nos saludamos, compartiendo alguna conversación sobre la tarde de ayer y entramos. Pensé que esto de las miradas y los susurros solo pasaba el primer día, pero al parecer no.

No había sonado el timbre, y nos detuvimos, apoyadas en las taquillas mientras hablábamos.

-Mira, esa de allí es Alysa Miller, una autentica empollona, pero más chismosa que todo el club de campo. -la chica tenía gafas, aunque eso no la hacía verse mal. Hablaba con otras chicas en nuestras dirección. No le presté atención, porque, a unos metros de ella se encontraba Amanda. Me fijé en el gran escote que llevaba su camisa ceñida. Sus ojos devoraron los míos, de mala manera. Sus dos amigas susurraban mientras que ella se reía cínica, mirando en mi dirección. Decidí evitarla, y comenzamos a caminar cuando el timbre sonó.

En la puerta de clase, había un chico de espaldas, que coqueteaba con Kate, la amiga de Amanda. No lograba ver mucho de él, pero tenía una amplia espalda y un pelo castaño claro, casi rubio. El chico tenía el brazo apoyado en la puerta de clase, mientras que Kate se escondía bajo él, mientras este susurraba cosas en el oído de ella que la hacían reír descaradamente. Por lo que vi, no tenían mucha intención de entrar. Y la verdad, es que sí yo tuviera un chico así, tampoco entraría.

Lisa y Rebecca me habían informado de casi todo el alumnado femenino, pero no hablamos sobre chicos. Y eso también era de mi interés. Estaba a punto de preguntarle, cuando mis ojos chocaron con los de él.

¡El chico que coqueteaba con Kate era el mismo que me atrapó en su limusina! Me quedé tan sorprendida que choqué con la espalda de Lisa. Él me miró de arriba abajo, y me sonrió con tanta seguridad y sensualidad que por un momento me quedé petrificada. Reaccioné rápido adoptando un gesto de asco. Eso solo provocó que él sonriera más.

-Tú... -mascullé impactada.

-¿Conseguiste llegar a casa sana? -me miró lenta, muy lentamente de arriaba a abajo-. La verdad es que te veo muy bien, así que supongo que sí. -alzó las cejas-. El uniforme le da un punto muy sexy a tu cara de estúpida.

-Oh, vamos Justin. -Lisa se rió y golpeó su hombro-. Cállate.

Lisa tiró de mi dentro de clase.

-¿Estas bien? No te lo tomes a mal él...

Hablé alterada.

-¡Él es el imbécil que me llevó en su limusina! -dije mirando hacía él.

Venía hacía nosotras mientras yo me sentaba.

-¿Justin Bieber? ¡Como no...! Él siempre haciendo de las suyas. -chasqueó la lengua.

Love in New York. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora