"Second Choice."
La primera semana de exámenes de este trimestre estaba apunto de terminar. Estábamos en un precioso jueves de invierno, y mañana, viernes, tendríamos el ultimo examen de la semana. El cual no me preocupaba, ya que era un simple prueba de hockey en la clase de gimnasia, y para ello, gracias a Dios, no había que estudiar.
A diferencia de nosotras, Rebecca hoy sí tenía cosas que hacer; no sabíamos cuales exactamente, pero el caso es que no había podido venir con nosotras a una estupenda tarde de compras por el Upper East Side, más concertadamente en la Quinta Avenida, el lugar favorito de mi madre para ir de compras y encontrar las mejores firmas.
Sí, estaba castigada durante dos semanas, pero papá no se encontraba en casa, y cuando me excusé con mi madre diciendo que necesitaba algo de ropa y que quería ir de compras creo que se le olvidó mi castigo. Ventajas de tener una madre modelo apasionada de la ropa. Estaba muy cerca de estar emocionada. Me dijo que la nueva colección de ropa de invierno de Gucci era espectacular y que me encantaría. Sin embargo yo prefería Versacce, ya que tenía toques más juveniles que iban más con mi estilo.
En fin, de todas las maneras, lo importante fue que me dejó marchar con Lisa sin a penas acordarse de mi castigo.
Lisa y yo eramos algo diferentes con respecto a la ropa, pero logramos ponernos de acuerdo. Estuvimos en Mango, Zara y Holliester para empezar. Y de estas salí con un par de jerseys y un polo que me traía enamorada, en color pastel. La siguiente ronda trataba de zapatos, y esta vez, Lisa me dejó escoger a mí y yo no dudé en ir a Louis Vuitton, siempre me había encantado esa tienda.
Tras un par de horas más y una merienda de por medio decidimos ir la tienda más esperada en toda la tarde: Victoria Secret.
Era el paraíso de la lencería sexy y que volvería loco hasta al más cuerdo. Sonreí deseando probarme ya uno de todos esos conjuntos que estaba viendo.
Normalmente no se podía probar la lencería, mucho menos en una tienda como esta. Pero solo hizo falta que le enseñara a la encargada una tarjeta de crédito y le dijera el nombre de mi madre. En cuanto escuchó "Miranda Triz", me trató como a la mismísima Reina de Inglaterra. Mi madre había desfilado varias veces para esta marca, era imposible que se resistiera.
Escogí varios conjuntos: el primero era blanco, un blanco brillante y sofisticado, con finos bordes de encaje sobre la braguita; virginal y con toque sexy. Después opté por uno más atrevido de color carne, con detalles en color negro. Una braguita de talle alto que quedaba extremadamente bien. Me probé también un conjunto de color negro completamente, sin muchas detalles, algo sencillo para el precio que tenía.
Iba por el segundo conjunto cuando la melodía del iPhone de Lisa comenzó a sonar. No le presté atención cuando ya no la escuchaba. Diez minutos después me encontraba metida en el conjunto negro, el ultimo, era muy bonito. Me asomé para hallar a mi amiga.
—Ey, Lisa, ¿que tal este? —esperé unos segundos—. ¿Lisa? —apareció por el pasillo por el que habíamos entrado totalmente vestida, lo cual me extrañó. Fruncí el ceño—. ¿No te has probado nada?
—Biancame tengo que ir. —dijo algo apresurada—. Lo siento, de verdad.
—Pero... —me dejó con la palabra en la boca.
—Lo siento, mañana nos vemos en clase.
Ni siquiera me dio tiempo a volver a replicar, se fue tan rápida y con tanta prisa, y yo estaba semi-desnuda, así que no pude ir tras ella. Me quedé algo descolocada.
