"Don't Speak"

309 31 79
                                    


— ¿Qué te sucede? Volviste a ponerte tan serio...

Doflamingo había notado que Law (quien estaba a su costado derecho) había vuelto a adoptar una expresión de intensa amargura.
Habían estado bebiendo, alentando a distintas chicas en sus eróticos bailes y gestos que laboraban en el establecimiento, también habían estado jugando un par de juegos de azar, y todo lo anterior no ayudo a Law a olvidarse de su molestia interna.

— ¿Qué es lo que realmente buscabas aquí?—cuestiono el hombre rubio mientras dejaba una botella de vino sobre la mesita que tenía en frente.

Law volteo a ver a Doflamingo con atención: Miro como su camisa, abierta en el pecho que dejaba relucir sus fuertes pectorales y su piel bronceada; luego su mirada subió al rostro, en donde la gran sonrisa de Doflamingo parecía una imagen eternamente clavada en su cara; como las curiosas gafas de cristal rojo ocultaban bien aquellos misteriosos ojos y, por último, bajo la atención hacia las caderas en donde su entrepierna prometía grandes pasiones.

Law se acercó más al hombre rubio, aproximando su boca al oído de este para susurrarle sus intenciones.
Doflamingo, quien no era alguien que se avergonzara fácilmente, se sorprendió por unos segundos, volteó a ver al jovencito y adoptando una actitud un poco más seria, se animó a cuestionarlo:

—Pero mocoso... ¿Estás hablando en serio?

—Creí que ya estabas al tanto, la primera vez en que nos vimos actuaste de otra manera.

—Lo sé, pero en ese entonces solo estaba...

—Entonces, ¿no estas interesado en hacerlo?—y Law, cambiando drásticamente su actitud fría, se abalanzo un poco sobre el mayor, posando una mano sobre el pecho y otra en la entrepierna de Doflamingo, y dedicándole una profunda y seductora mirada que hace mucho no ponía en práctica.

Doflamingo miro a Law fijamente por unos momentos, sintió una descarga de adrenalina; todo su cuerpo empezó a vibrar de excitación al sentir las caricias de aquel muchachito, su corazón empezó a latir fuertemente y su respiración comenzaba a afectarse.

—Espera...—soltó Doflamingo con un hilo de voz. Detuvo las ansiosas manos de Law—. No sigas... No aquí. Vamos...—y el rubio saco un par de llaves que traían el pequeño control de alarma de auto—. Date prisa...

Mientras tanto, Rosinante se encontraba buscando a Law...
Le había llamado tantas veces a su celular, pero fue obvio que el jovencito ignoraría sus llamadas.
El angustiado rubio había decidido irlo a buscar primero a casa de sus amigos pero, para su triste sorpresa, la dirección que tenía era equivocada.
Después de aquel fracaso tuvo que recurrir a la policía; el rubio les informo que el jovencito llevaba horas desaparecido y que había agotado sus recursos cercanos para averiguar sobre donde podría encontrarse.
Una vez que dejo el reporte en la policía, se dedicó a seguir buscando por su cuenta, dando vueltas en su auto por todos los vecindarios cercanos al departamento, a la residencia Trafalgar, a la escuela, a los sitios que frecuentaban...
Aunque ya fueran altas horas de la noche seguiría buscándolo; ya había faltado a su segundo empleo, y probablemente, también a sus clases de mañana si Law no volvía.

—Por favor... Law... Regresa pronto...—musitaba Rosinante totalmente afligido.

Se detuvo un momento en una tienda de autoservicio para tratar de calmarse un poco antes de seguir buscando. Había comprado otra cajetilla de cigarrillos, de la cual fumo uno antes de regresar al auto.
Cuando subió al vehículo miro su reflejo en el espejo retrovisor, observo como sus ojos cobrizos denotaban su cansancio y preocupación.

Tu corazón es un desastreWhere stories live. Discover now