"Mercy"

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-Parece que le has ayudado bastante a Law con sus tareas de segundo idioma-comento Edward Trafalgar-. Que fortuna tenerte en casa...

-Gracias señor, tratamos de avanzar lo más posible, ha mejorado sus notas considerablemente-respondió Rocinante con una débil sonrisa-, pero aún queda trabajo por hacer...

El par de hombres se encontraban charlando en la mesita de jardín que se encontraba en el patio trasero de la casa. Era una tranquila tarde de sábado, un ambiente tan tranquilo como aquel de la mañana de sábado en la que Rocinante arribo al hogar de los Trafalgar. Ambos se encontraban bebiendo limonada.

-Me imagino. Por cierto, Rocinante ¿tienes planes para las vacaciones?

-En realidad no, de hecho...

-¿En serio? Bueno tal vez te interese pasar un par de días con Law y yo; siempre acostumbramos a ir a pescar a mar abierto durante las vacaciones, si gustas puedes acompañarnos este año-dijo el hombre sonriendo mientras se acomodaba las gafas.

-Muchas gracias, suena muy bien...

-Disculpa, papá-interrumpió una voz joven.

Law por fin había salido de su habitación, el joven vestía una simple camisa negra y unos pantalones de mezclilla muy desgastados, tenía sus pies descalzos y el cabello húmedo, evidenciando que recién había salido de la ducha.

-Sí, ¿Qué ocurre Law?

- Papá ¿podría salir un par de horas con unos amigos?-pregunto el hijo a su padre mientras este último le miraba con curiosidad.

-Claro, ¿A dónde irán?

-Solo iremos a comer algo y probablemente a jugar en la casa de alguno de ellos-contesto Law con voz despreocupada.

-Está bien, ¿quieres que vaya por ti más tarde?

-No, gracias. Seguramente alguien me pueda traer de vuelta, no te preocupes.

-De acuerdo, cuídate mucho...

Y Law regreso a la casa con paso tranquilo.
Rocinante le siguió discretamente con la mirada... El hombre rubio ya comenzaba a suponer la clase de cosas que Law iría a hacer con sus amigos pero, tal como lo había prometido, no diría nada.
Y el timbre del celular del señor Trafalgar trajo de vuelta la mente de Rocinante.

-¿Si...? Entiendo... No se preocupen... Ahora voy... Disculpa Rocinante, una emergencia, temo que debo dejarte, nos vemos más tarde-y el señor Trafalgar se levantó y salió rápidamente del jardín.

Rocinante se puso de pie y se dispuso a regresar a su habitación. A los pocos segundos de haberse levantado, la chica del servicio de cocina y limpieza se dirigió a recoger los vasos y la jarra de limonada que habían quedado sobre la mesita.

-Hola Rocinante.

-Hola Velia... Creí que hoy descansarías-dijo el rubio mientras detenía su paso para mirarla directamente.

-Le pedí tiempo extra al señor Trafalgar, necesito ahorrar un poco más de plata-respondió la chica mientras ponía con cuidado la jarra de limonada sobre una bandeja-.Afortunadamente accedió y aquí me tienes... ¿No te apetece algo de comer?

-No gracias, estoy bien-soltó Rocinante con amabilidad. El rubio parecía estar indeciso sobre la cuestión de seguir hablando con ella o irse a su habitación por el resto de la tarde-¿Para qué estas ahorrando? Si me permites saberlo...-pregunto finalmente al decidir quedarse un rato charlando con la chica que preparaba la mayoría de sus comida y con la quien casi no había interactuado desde que llego a esa casa.

Tu corazón es un desastreTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon