"El último vals"

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Habían pasado un par de horas desde que Rosinante y Law habían tenido aquel tremendo, rápido e inesperado encuentro íntimo.


El hombre de cabello rubio se encontraba sentado en el pórtico de la casa de la familia Trafalgar; era la última noche que pasaría en aquella gran y elegante residencia que había sido su hogar por varios meses.
Rosinante estaba fumando, lo necesitaba después de experimentar el increíble deleite carnal que Law le ofreció con gran pasión.
Había sido lo más placentero que su cuerpo había sentido, tan solo recordar cada caricia y beso que Law le había brindado hacía que su piel se estremeciera y su corazón latiera con ímpetu.
Aún se sentía algo aturdido y nervioso, la mezcla de emociones y sensaciones tan intensas le había afectado demasiado; por esa razón había recurrido al cigarrillo, trataba de 'relajarse' con aquel pequeño tubo relleno de tabaco que despedía una larga fila de humo.

Law se encontraba en su habitación, quien sabe que estaría haciendo ahora mismo su joven e intrépido amante. Por supuesto, aquel jovencito estaba en su alcoba gracias a que su padre había llegado a casa temprano.

Rosinante tenía su cobriza mirada fija en la hilera de pequeñas flores que delineaban el camino de asfalto que conectaba la casa con la acera pública.
Como extrañaría aquel lugar...
Ese sitio donde tuvo la oportunidad de conocer a ese fascinante muchacho que había invadido su corazón y había hecho un desastre en él; un maravilloso, increíble y negligente desastre que le llenaba de culpa cada día.
¿Qué clase de sucesos le esperaban en el futuro?
¿Cuándo y cómo sería el lejano escenario donde por fin Law y él pudieran estar juntos sin ningún problema? Habría que esperar un par de años más...
Y luego un desalentador pensamiento llego a su mente:
¿Qué tal si aquel escenario ideal donde Law y el estuvieran juntos nunca llegara a cumplirse? Ahora recordaba una vieja frase que había oído de su viejo tutor, Sengoku, y de su tan alejado hermano mayor...
"Nada es para siempre, no puedes asegurar algo por completo"

El cigarrillo se consumió por completo, dando Rosinante una última bocanada de humo. Tiro la colilla al piso y la apago por completo pisándola con la punta de su zapato izquierdo. Ya era hora de irse a dormir, mañana tendría que ir a su nuevo departamento y empezar otro ritmo de vida.

A la mañana siguiente, Rosinante despertó sumamente temprano.
Se vistió con un pantalón de mezclilla, una camisa de color café y tenis de color blanco.
Sus maletas estaban listas; ayer había limpiado la habitación para dejarla en perfecta condición para cuando se marchara.

Al salir de la alcoba, dirigió su vista hacia la puerta de la habitación de Law, sostuvo la vista en aquella puerta de color blanco por unos cinco segundos hasta que su mirada cambió hacia la puerta de la habitación del señor Trafalgar.
Cuanto remordimiento albergaba en su mente al pensar en lo lejos que había llegado a relacionarse con Law y en la manera tan increíble en la que había seguido dirigiéndose hacia el padre del muchacho; seguir saludándolo y viéndolo cada día después de haber pasado la noche anhelando estar con su hijo.

Definitivamente mudarse era lo mejor.
Se había convertido en alguien tan diferente...
Su viejo yo, el antiguo Rosinante que había llegado hace meses a esa elegante casa ahora se marchaba con diferentes facetas y 'manchas' en su ser.
Ahora estaba tan preocupado por cosas que en el pasado le habían sido tan lejanas e indiferentes: el amor, el sexo, el deseo de tener la compañía de alguien, su apariencia, sentimientos tan contradictorios...
Ahora la agobiaban a diario pensamientos de culpa, de cinismo y vergüenza al darse cuenta la clase de persona 'doble cara' en la que se había convertido.
El auto desprecio era regular desde que empezó a relacionarse con Law, que ahora lo veía como algo natural y que se olvidaba fácil en cuanto veía la imagen de Law frente a él.

Tu corazón es un desastreOnde as histórias ganham vida. Descobre agora