"Sweet Dreams"

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¿Acaso había sido real? ¿O solo una fantasía?
Un inapropiado, impactante y apasionado sueño...
La sensación... Aun podía percibir la hermosa y embriagante sensación en sus labios.
El roce entre los labios de Law y los suyos...
La cálida huella de su tacto aun persistía en su pálida piel.
Sus ojos se habían cerrados acompañados por una expresión de total éxtasis.
Las manos, que habían sostenido firmemente la delgada figura de aquel muchachito, aun temblaban de excitación.
Su corazón latía con fuerza y rapidez; su respiración luchaba por estabilizarse.

De pronto se escuchó una puerta cerrarse y unos pasos subir por la escalera.
Sus ojos se abrieron de golpe, salió de ese hermoso y alocado trance y regreso rápidamente a su habitación.

Rosinante tomo asiento en la orilla de su cama, confundido y algo aturdido, se dedicó a fijar su vista en el piso mientras repetía aquella increíble escena en su mente tratando de confirmar que había sido real de una vez por todas...
Y tocaron la puerta.

-¿Rosinante...?-llamo aquella chica rubia detrás de la puerta.

-¿Si...?-contesto el hombre sin moverse de la cama.

-Saldré por un par de horas... ¿No requieres algo de comer antes de que me vaya?

-No, no, gracias, Velia-dijo el rubio con voz algo inquieta-. No te preocupes por eso. Estoy bien...

-De acuerdo, nos vemos más tarde.

Y Rosinante estuvo atento a cada sonido, escuchó con atención como la chica regresaba y bajaba las escaleras para finalmente salir de la casa.
Después de unos minutos salió de su habitación y bajo para comprobar que realmente se encontrara completamente solo en aquella casa.
Reviso la sala de estar, el comedor, la cocina, el patio, el pórtico y algunos pasillos.

Al constatar su absoluta soledad, subió de nuevo y una idea llego a su mente: decidió ir hacia la habitación de Law.
Sus pasos nerviosos y torpes reflejaban su desesperación por llegar a tal estancia...
Y finalmente llego delante de la puerta de la habitación de aquel adolescente. Poso una temerosa mano sobre el pomo de la puerta y la abrió con lentitud.

Hasta hace unas horas había estado ahí, hablando con Law y observando con atención como guardaba sus pertenencias. Su cuerpo volvió a temblar de emoción al solo recordarlo...
Echo una mirada a la cama de Law y después de unos segundos se dejó caer sobre esta.
El pecho de Rosinante subía y bajaba al ritmo de su conmoción.
Pronto comenzó a acariciar el edredón y a acercar su rostro hacia la almohada donde quien sabe cuántas noches el rostro durmiente de Law se había recostado.
El rubio se incorporó, tomó aquella mullida almohada y la apretó contra su pecho que aún no podía conciliar la calma.
Luego, con cierta duda, llevó aquel cojín hacia su rostro y comenzó a aspirar el aroma que este emanaba.

-¿Qué rayos estoy haciendo...?-murmuro Rosinante al reaccionar sobre su perturbador gesto. Dejo la almohada donde estaba y se apartó de la cama.

Se quedó unos segundos más observando la habitación. No tardó mucho en sentir una enorme vergüenza y remordimiento por lo que acababa de hacer, tanto hace unos segundos, como lo que había permitido que pasara antes de que Law dijera adiós...

Pronto el torpe rubio salió de aquel cuarto y se dirigió al suyo.
¿Qué haría?
¿Cómo podría volver a ver el rostro del señor Trafalgar sin sentir una tonelada de culpa?
¿Qué haría en estos meses?
¿Cómo lidiaría con ese ferviente deseo que se apoderaba de su mente y cuerpo cada vez con más fuerza?
Y, cuando ese difícil y solitario lapso de tiempo concluyera y aquel muchacho moreno regresara de su "rehabilitación", ¿Qué se supone que debía de hacer?
¿Cómo sería su rencuentro?
¿Cómo reaccionarían los dos después de vario tiempo transcurrido desde aquel apasionante beso?

Tu corazón es un desastreWhere stories live. Discover now