Perfect Together (Justin Bieber y Tú)

Capítulo 63

Esa semana se basó en hacer las maletas, comprar ropa y cosas necesarias para llevarme a Los Angeles. Dejé todas las cosas en orden para así no tener que preocuparme de nada cuando me fuera.
Judith y yo estuvimos hablando durante todos esos días. Yo le contaba como de nerviosa me sentía y le agradecía una y otra vez lo mucho que había hecho por mí y que sin ella nada de esto estaría pasando en ese momento. Un día Judith y yo fuimos a tomar chocolate deshecho a una de mis cafeterías favoritas, empezamos a hablar y de repente se me ocurrió una idea.

-Se me acaba de ocurrir algo pero creo que es un poco locura...

-¿Que se te ha ocurrido?

-Pedirle matrimonio a Justin, es broma, ahora enserio.

Ella rió y me escuchó atentamente.

-He pensado de darle una sorpresa a Justin...

-¿Que sorpresa?

-No se si le hará ilusión o no, pero he pensado ir un par de días antes de la fecha que tenemos acordada.

-Seguro que le hará ilusión.

-¿Tu crees?

-Claro que si.

-¿Entonces crees que debería hacerlo?

-Obviamente que si.

-Estoy muy nerviosa, no se como voy a reaccionar al verlo de nuevo, nunca me había sentido así con alguien.

-Eso es porque nunca has estado enamorada de la forma en la que estás de Justin.

-Pero él nunca lo va a estar de mi...

-¿Y quien dice que no lo está?

-Por que eso se nota, me trata como a una amiga, él a veces me dice cosas súper bonitas pero no lo hace con ninguna otra intención.

-Bueno ahora vas a tener muchos días para demostrarle lo mucho que vales.

-Sí, bueno, nada que él ya no haya visto...

-No seas tan pesimista _______, quiero que cuando estes allí me cuentes todo lo importante que pase, bueno, lo importante y lo menos importante, cualquier pequeño detalle.

-Vale. -Reí.

-¿Entonces como lo harás?

-Pues irme dentro de dos días.

-¿Ya sabes cuál es su dirección?

-Sí, me ha dado toda la información necesaria.

-Pues genial.

-¿Tu crees que irá bien?

-¿Porque no iba a ir bien?

-No lo sé, puede pasar cualquier cosa.

-Pasara que serás la persona más feliz del planeta Tierra cuando por fin estés con él.

-Puto Justin... ¿porque tengo que sentir esto por el?

Ella rió y se encogió de hombros.

-Las personas nos enamoramos y cuando ya estamos enganchados a alguien, no podemos hacer nada para dar marcha atrás.

Estuvimos hasta que se nos hizo tarde. Me despedí de ella, me deseó mucha suerte en esos próximos días ya que iba a ser la última vez que nos viéramos y hasta que no volviera a España no iba a poder verla. Iba a echar de menos a mi familia pero sabía que allí iba a estar muy bien, Los Angeles iba a ser mi nueva casa y estaba deseando irme.
Los siguientes dos días se me hicieron eternos pero por fin llegó el final de la cuenta atrás, ahora si que sí, me iba.
Mis padres y yo nos levantamos a media noche ya que el jet me esperaba a las 5 de la mañana, ellos me llevaron hasta el aeropuerto y allí nos despedimos, cada vez me notaba más cerca de Justin aunque ni siquiera había subido al avión. Me acompañaron dos hombres que se encargaban de llevar mis cosas y finalmente subí las escalerillas y entré al avión. Como os podéis imaginar nunca en mi vida había estado en un jet privado, así que era todo un lujo para mí. Me pedí algo para desayunar y después me fui a dormir, me esperaban unas largas horas de viaje hasta llegar a mi destino. No os imagináis los nervios que sentía, mi barriga no paraba de hacer ruidos extraños y mis manos sudaban solo de pensar que iba a volver a estar con Justin. Me pasé unas tres horas en vela hasta que me quedé dormida. Me fui despertando cada dos o tres horas para mirar cuanto quedaba y luego me volvía a dormir. Hasta que llegó un momento en el que ya no podía volver a conciliar el sueño, quedaba exactamente una hora para llegar y yo empecé a peinarme, a maquillarme y a cambiarme de ropa. Mientras hacía todo esto la hora se me pasó más o menos rápida. Y por fin, había llegado a la ciudad de los sueños, en ese momento me relajé un poco al saber que ya estaba allí.
Bajé del avión y en frente me esperaba una furgoneta negra donde me esperaban otros dos hombres, se encargaron de llevar mi maleta para luego meterla en el maletero y me abrieron la puerta para que entrara a la furgoneta, después la cerraron.