Capítulo 24: El acostumbrado peligro aún es tentador

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—¿Has tenido la sensación de que puedes estallar en cualquier momento como una bomba de emociones y energía?

Medite ante sus palabras; era justo como me sentía ahora, solo que reprimía esas ganas, porque enserio si no lo hacía en verdad estallaría como una bomba atómica de fuego y quien sabe que más poderes combinados en este preciso momento.

—Creo que estoy empezando a reconocer la sensación— le respondí.

—¿Ah si?, porque yo me siento así justo ahora.

—¡Aja!—. la juguetona y grave vos de Jhon nos sacó del corto ensimismamiento y Leo y yo sonreímos cómplices — ¿Con qué siendo románticos, eh tórtolos?.

Diana río con el, parecían como si supieran lo que había pasado entre Leo y yo, pero quizás solo se referían a nuestros momentos de intercambio de miradas.

—La pequeña Senix ya está creciendo—Diego, que desde hace rato no lo veía, sonrió haciendo un mohín bastante gracioso.

—¡Hey!—protesté —se supone que estas de mi lado, eres mi mejor amigo.

—Oh, cierto cierto, también recuerdo que puedes hacerme Diego a la parrilla vivito.

—Ten en mente eso— le hice un guiño y sonreí burlona.

—Siempre tan infantiles — dijo Lumina, cepillo su cabello rubio y sonrió de oreja a oreja.

—Y tú siempre tan hermosa—soltó Diego, y creo que lo dijo en su modo-bobo, porque luego se sonrojó y giró su rostro a otra dirección.

—¡Puaj! Tanta dulzura me da diabetes—soltó en reproche Jhon.

Hice una tos falsa y murmuré: —Ve quien habla.

La mirada de Jhon se entorno en mi dirección y creí que diría algo al respecto, quizás de lo que Leo y yo presenciamos tiempo atrás entre el y Diana... que a propósito, no se libraría de mi interrogatorio.

—Jhon —lo llamo Leo haciendo un gesto con su brazo para que se acercara—tu y yo debemos de hablar de hombre a hombre.

Eso casi me hace carcajear, lo dijo tan burlonamente que fue difícil no hacerlo.

—¿De hombre a hombre? Pero si ambos parecen niños—Lumina, que a diferencia de mi, no pudo contener su carcajada y río como si no hubiera un mañana, luego limpio las pequeñas lágrimas que se escapaban de sus grisáceos ojos.

Jhon la remedo e hizo gestos de diva moviendo su cabello tintado en azul— Tu déjanos, ve a comer algo con Diego, y trata de no embobar tanto al pobre — sonrió de manera divertida mostrando sus dientes perfectos y blancos—aquí el jefe lunar, mi mejor amigo, requiere la atención de su fiel vasallo.

—Si serás payaso, Walker— la rubia pronunció su apellido y pensé que lo insultaría a como acostumbran hacer, sin embargo, se dio la vuelta y camino con Diego hasta la sala esquivando a los chicos y chicas.

Volteé hacia Leo, creo que noto mi mirada alarmada, no quería que Jhon se enterara justo ahora lo del beso que el rubio y yo tuvimos.

Se acercó rápidamente y susurro en mi oído:

—No te preocupes, no hablaremos de eso, al contrario, seré yo quien lo interrogué acerca de ya sabes...— me guiñó un ojo y sorpresivamente, sin aviso alguno e inesperado; me dio un beso rápido en la mejilla. Sentía que mi aguante a no estallar en lucecitas se estaba yendo a la borda.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now