Capítulo 15.- Sacrificio y masacre

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Advertencia: Capítulo sad, traiga pañuelos, no se preocupe, el próximo capítulo estará más sad. Ah verdad, que eso no es ningún alivio x"D

Pronto en el laboratorio los doctores encargados de extraer las gemas se dieron cuenta de que acababan de cometer un grave error al practicar la cirugía sin anestesia a un niño que además de no soportar el dolor de la operación no era el portador del tesoro y tan sólo obtuvo dolor y desesperación durante el fatal suceso.

- El espécimen no contenía en su cuerpo el material buscado, las gemas no estaban en su interior, este niño no era el portador de las joyas.

- ¿Está seguro, Doctor?

- El niño presentado para la operación tenía el cabello negro y yo recuerdo que los espécimenes eran rubios, ambos y eran más pequeños.- atestiguó una enfermera.

- ¿Hubo un cambio de cuerpo y ninguno de ustedes imbéciles se dio cuenta? ¡Encuentren a los verdaderos espécimenes! - En medio de las inconformidades, algunos ruidos de golpes y gritos de agonía provenientes del pasillo se hacían presentes cerca del laboratorio.

- ¿Escucharon eso? - preguntó otra de las enfermeras asustada por el estruendo. No pasó más de un segundo para que las puertas y ventanas del laboratorio estallaran debido a la entrada de un hombre azabache completamente vestido de negro y con una cruz en la frente, su semblante parecía el del mismo diablo, los gritos no se hicieron esperar puesto que lo primero que hizo el moreno fue empujar las mesas y utensilios brutalmente al suelo.

- ¿Dónde lo tienen? - exigió directamente caminando furioso hacia las enfermeras y doctores. - ¡Hable ya! - gruñó a uno de los doctores quien en lugar de contestar intentó clavarle una jeringa con sedante, lo cuál Kuroro esquivó de manera que dicho sedante fue a dar al pecho de su asistente. Kuroro degolló al sujeto por su imprudencia y lanzó a su compañero fuera para tomar del cuello a una de las enfermeras.

- ¡Usted! ¡Diganme donde esta!

- ¡No me mate! ¡Por favor! - Al escuchar sus suplicas y gritos desesperantes no dudo en quebrarle la garganta, las otras enfermeras ya habían huido y tan sólo quedaba un viejo laboratorista.

- ¡No me colme la paciencia! ¿Dónde está él? ¡El niño! - una mujer asistente entró corriendo en ese momento y Kuroro ya estaba hasta el límite.

- ¡Allá! ¡En la camilla de la habitación 2! No pudimos hacer nada! Nos ordenaron no aplicar anestesia y sólo extraer las joyas, no fue nuestra intención ¡perdonemos por favor!- la mujer se arrodilla en el suelo llorando y Kuroro quien no conoce la piedad tomó al laboratorista y lo arrojó contra una pared matándolo por el golpe y tomando a la mujer del cabello levantándola del suelo y clavándole un bisturí en el pecho.

- Esto tampoco era mi intención.

Tras dejar una masacre en toda la sala entró a la fuerza a la habitación donde dejaron a su compañero, apenas entro lo cargo en brazos y trató de despertarlo.

- Kalluto... Kalluto ¡despierta! - Kuroro estaba manchado de sangre y a pesar de que Kalluto aún tenía abierto el estomago con una clara perdida de sangre, insistió en tratar de encontrar señales de vida - ¿Qué te han hecho? ¡Kalluto! - Para Kuroro aún era difícil aceptar la muerte de un miembro, después de haber jurado que los protegería, pero estaba más que claro, Kalluto ya no iba a despertar - ¡No tenías que hacer esto, no era tu deber! ¡Maldición! ¡Kalluto!

Los pequeños niños jugaban con las luces del auto cuando Kurapika abrió la puerta y les ordenó tomar los asientos traseros, todo estaba pasando tan rápido que sentía el corazón a mil por minuto.

- ¡Kurapika! - se emocionaron los niños al tener cerca al rubio.

- Iremos a casa en este momento, recogeremos sus cosas y luego tomaremos un avión ¿esta bien?

- ¿Y papá Kuroro? - preguntó Axel mirando por la ventana.

- Él está ocupado castigando hombres malos.

- ¿Como ese de allá? - apuntó Axel al sujeto que se acercaba al auto y Kurapika apenas podía creerselo.

- Maldita sea, sigue con vida... - Sale del auto y materializa sus cadenas sin poder escoger otra opción, tenía que proteger a los niños el mismo - emperor time.

- No me iré sin las joyas - nuevamente el aura de aquel sujeto volvió a estremecer la atmósfera, Kurapika realmente estaba furioso de tener que seguir viendo a ese sujeto.

- Y yo no me iré sin los niños. - retó amenazante.

- Sólo dejame extraerlas y luego te largas donde quieras, te prometo que no sufrirán demasiado.

- No les tocarás ni un solo cabello.- decidido a luchar no bajó la guardia ni un segundo.

- Está bien, a ellos no.- desplegó su aura en el aire para redirigirla directamente a Kurapika - ¡Pero a ti sí!

Utilizando su nen de emisión le provocó a Kurapika la misma parálisis que Machi había sufrido, haciendo que el rubio apenas pudiera ponerse en pie del suelo luchando contra un dolor fatal e invisible, dejándolo vulnerable para golpearlo sin posibilidad de defenderse.

- De pie ¡rata infeliz! - exclamó con sadismo después de golpear a Kurapika un par de veces en el estómago, levantándolo del cabello para después golpearlo en el rostro dejándolo al borde del desmayo.

- ¡¡Noo!! ¡Kurapika! - gritó Axel desde el auto.

- ¡No le pegues! ¡Dejalo en paz! - se unió Annie a la defensa moral.

El sujeto arrancó la puerta haciendo gritar de miedo a los niños por su fuerza bruta, el ex soldado y líder de la mafia ahora tenía el campo libre para tomar lo que quería.

- Ahora pequeños, salgan del auto.- exigió a los pequeños.

- ¡No los toques! - Kurapika intentaba gritar esperando que Kuroro llegara al escuchar - ¡Dejalos! ¡No! - pero pronto sus gritos de auxilio se convirtieron en gritos de horror, al no poder evitar lo que estaba viendo y escuchando.

Los gritos de dolor de esos pequeños a quienes tanto había estado protegiendo.

Para entonces, Kuroro lleno de sangre y con el cuerpo de Kalluto en brazos sale del laboratorio en dirección al auto de Kurapika encontrándose una escena todavía peor. Otra vez había llegado tarde.

- No maldición... No... - Arrodillado en el suelo, cubierto de sangre con el cuerpo sin vida de la última araña #4 y mirando frente a él 3 cuerpos más agonizando, era una pesadilla.

- Kuroro... Los niños... - Kurapika hacía un esfuerzo por recuperarse después de que aquella aura maligna lo dejara de atormentar, Kuroro suspiro un poco al ver que Kurapika seguía con vida.

Ambos niños estaban desmayados después de haber perdido mucha sangre tras el corte que recibieron en sus estómagos por aquel hombre. Kalluto y los niños fueron puestos en los asientos traseros mientras Kurapika estaba al frente con Kuroro al volante y sin una puerta.

- Ese tipo tomo las joyas y se largó- dijo Kurapika esta vez más aliviado. - estaba haciendo presión para detener el sangrado pero no funciona, debemos llevarlos a un hospital cuanto antes.

- ¿Sabes a dónde se fue el sujeto?

- Feitan y Franklin ya fueron tras él, nosotros debemos ir al hospital. - ¿Qué pasó con Machi? ¿No venía con ellos?

- No me dijeron nada, yo regresé antes para ayudarte cuando ellos encontraron el lugar donde la tenían. Espero que no haya muerto también.

- ¿También? ¿Kuroro qué diablos está pasando?

- Kalluto, está muerto.

AMAR o MORIR [Completa]Where stories live. Discover now