Capítulo 1.- El vigilante

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Habían pasado algunos años después de haberse vuelto un hunter profesional y encomendar su vida a la venganza jurada.

No tenía manera de olvidar lo sucedido, ese día fue un baño de sangre.

Kurapika terminó en un hospital durante un mes, atendido por su mejor amigo y aspirante a doctor, Leorio.

Con 21 años cumplidos, el rubio era un experto en el uso del nen, pero cuanto más fuerte se hacía, más sufría, pues su poder crecía con un propósito, no tenía ninguna utilidad más.

Sólo la venganza contra el Genn'ei Ryodan

-Esta es la quinta vez que terminas en ese estado. -le decía su amigo, el estudiante de medicina, sosteniendo su mano sin dejar de mirarle -¿Cómo voy a hacer que dejes de lastimarte?

El rubio miraba hacia la ventana, el atardecer lo calmaba, el canto de los pájaros servía de alivio para dejar de pensar en sus obsesiones.

-Perdóname Leorio, debe ser una molestia para ti tener que ayudarme tanto, no era tu responsabilidad traerme. -dijo sin mirarlo a los ojos, ocultando la pena que lo agobiaba.

-Te equivocas, yo estoy aquí por ti, si fueran Gon o Killua, haría lo mismo por ellos, sólo quiero que dejes de hacer esto, ¿acaso no te das cuenta de lo que tienes a tu alrededor? Kurapika... me entristece que no puedas verlo, aún con esos ojos escarlata. -Leorio trataba de convencer por milésima vez al Kuruta de retractarse en su venganza, para ese entonces la mitad de la brigada estaba desecha y el resto se estaban separando lentamente causando la desaparición de dicha organización.

-¿Qué más quieres, Kurapika? la araña esta muriendo por sí sola, el líder ya no esta con ellos y perdieron a la mitad de sus miembros, si no es que más, están desintegrándose, pero... aún sabiendo eso, no eres capaz de darte una oportunidad de salvar tu propia vida. -Leorio empuñaba su mano izquierda mirando el suelo, esperando una respuesta positiva sin muchas esperanzas.

-Sabes porqué hago esto, no tengo otra opción, no puedo disfrutar mi vida cuando mis amigos y familia no pudieron hacerlo, sólo después de recuperar sus ojos, mi alma estará mas tranquila y reformaré mi camino una vez que extermine a toda la araña, no dejaré con vida a ninguno de los participantes de ese acto, es más, no dejaré que la araña vuelva a formarse. -El coraje del chico hacía enfurecer a Leorio, estaba cansado de escucharlo hablar de esa forma tan fría y ni siquiera mirarlo a los ojos para mostrarle una señal de humanidad, ¿porqué le era tan difícil?

-Leorio... -En ese momento levantó la mirada del suelo y se encontró con la del doctor.

Él estaba seguro de que los ojos del rubio eran como dos diamantes de plata, mejores que los ojos escarlata. Detrás de ellos había un alma, única y blanca, aún vivía un niño inocente y falto de amor, esperando salir. No pudo evitar sentir tristeza al verlo, estaba débil, eso le llenaba de rabia, no tenía que pelear más, ya era suficiente.

-Dime... -Y Leorio lo miró atento a cada reacción, a cada movimiento de sus facciones faciales tratando de leer en su rostro claves de su sentir verdadero porque parecía que ocultaba algo detrás de sus palabras llenas de frialdad - ¿Crees que se pueda perdonar a alguien por haberte hecho tanto daño?, ¿con qué curas una herida profunda en el alma?, ¿qué medicina puede servir para aliviar el dolor de mi corazón?

Kurapika sentía un nudo en la garganta. Su fiel amigo que siempre había estado ahí incondicionalmente, jamás dejaba de escuchar cada una de sus palabras, le daba una repuesta para todo aunque no fuera correcta, pero esta vez, la respuesta le resultó una gran sorpresa, su amigo realmente lo apoyaba y deseaba verlo feliz.

-Kurapika... la medicina que tu necesitas no tiene precio de venta, es completamente natural y la puedes conseguir tú mismo, este medicamento cura todo tipo de dolor físico a un 44% y el dolor del corazón hasta un 100%, es tan efectivo que se vuelve una adicción, por eso no se vende en ninguna parte, venderlo baja su calidad y no sirve, el que consigues naturalmente es el que vale y nunca mas volverás a sentir dolor hasta que se termine, puede durante toda la vida si lo saber consumir con moderación.- explicó cual profesional, mientras el rubio lo escuchaba atento y no perdía rastro de cada detalle de aquél supuesto medicamento de presumible eficacia, tenía que saber qué era, confiaba en Leorio para obtener el secreto, la solución a sus males.

-Quiero conseguirlo de inmediato, si es verdad que puede curar mi dolor interno como piensas, pero te demostraré que no funciona, porque hice un juramento y una simple medicina mágica no hará que detenga el destino que yo mismo elegí. -El Kuruta terminó convencido de sí, hasta que escuchó el nombre de aquel elixir que lo cura todo.

Leorio se acercó más a él como si el nombre del medicamento fuera tan secreto que nadie debiera saberlo y le dijo en un susurro.

-La medicina se llama "amor", y eso es todo lo que necesitas. -Sonrió al ver el rostro pálido del rubio, quien no se esperaba esa respuesta.

-¿Amor? -se preguntaba un vigilante desde las sombras.

El plan era matar al chico cuando el pasante de doctor se fuera, pero escuchar esa conversación a escondidas le dió una nueva idea, así que replanteó su plan contra el muchacho, mientras descansaba en un árbol que quedaba frente a la ventana de la habitación, jugando con un cuchillo de forma peculiar mientras se repetía así mismo en susurros.

-¿Amarlo... o matarlo?

Después de tomar su decisión dejó caer el cuchillo de su mano. El nuevo plan estaba por comenzar...

Si rompes su corazón, jamás volverá a amar, enséñale a amar pero no le adviertas sobre el dolor, ese será el efecto secundario de la medicina y que lo llevará a su verdadera muerte.

¿Se puede jugar con el amor sin salir afectado?


A

mar o morir. Dos palabras que se llevan de las manos de forma discreta.

AMAR o MORIR [Completa]Where stories live. Discover now