Me reí, la rubia podía ser muy graciosa.

—Ya me he puesto de rodillas contigo y lo seguiré haciendo toda la vida—bromeó con ella y entonces una mujer entró a la habitación.

Era alta, morena, tenía el bindi en su frente. Usaba un traje rosado y Sasha uno celeste. Hacían una linda pareja porque intuía que era ella.

—Así que tu eres el famoso Devon, infantil e inmaduro y que coquetea con mi novia

—No somos novias —recalcó Sasha mientras estaba a su lado, lanzó su mirada fría pero se asomaba una sonrisa y un sonrojo. ¿Ella sonrojada?

Yo me sonrojé.

—Perdón es involuntario, te juro que Sasha es como una hermana para mí.

—Lo sé y por eso quise ayudar. Sé lo que significas para Sasha y que eres parte de su familia— ella se fue a sentar a la sala y cogió entre sus manos la foto de Samanta—. ¿Ella es tu novia? ¿La chica por la que estás luchando?

Entonces yo me tensé.

—No... es la chica del...

Yo me tensé y solo miré la fotografía nuevamente.

—Oh la chica que está muerta —entonces Sasha la vio fijamente—. Perdón, no quería sonar indiferente, perdón. Mejor me callo.

Dolía, pero no de una forma dañina. Samantha siempre pertenecerá a mi pasado, a mi vida y mi historia. Nunca dejaré de amarla, pero eso no significa que no pude volverme a enamorar. Samantha siempre será alguien importante, nadie cambiará aquello. Pero ahora es mi ángel, un ángel que me acompaña. El pasado no se puede cambiar, tampoco los recuerdos; y ella era uno de los más brillantes.

—No, está bien. Solo... — susurré sin saber que decir.

—¿La amaste?

—¡Akale! No seas imprudente.

Ella se miró apenada.

—Perdón, soy algo preguntona.

Yo sonreí con nostalgia y le resté importancia.

—No te preocupes, Samantha para mí, es mi ángel —sonreí ante algunos recuerdos—. Me enseñó muchas cosas y crecí como persona cuando estaba a su lado. Pero todo terminó mucho antes de que empezara. No sé porque murió, pero un amigo muy sabio dice que la tierra es redonda y después del día viene la noche; después del mal tiempo, viene el sol. Y vaya que tenía razón, solo fue el inicio para un largo recorrido que necesitaba atravesar para encontrarme como soy, y volver a amar. Encontré al amor de mi vida, porque yo fui el hombre de la vida de Sam, que la acompañó hasta su último día y me siento un puto afotunado que no lo merecía pero que agradezco. No sé por qué se fue pero perderme fue encontrarme y encontrar a Evane... quien es por quien estoy luchando porque quiero estar con ella hasta mis últimos días. O eso lo dirá solo el tiempo. Te diré un consejo Akale, cuando es amor, la lucha siempre valdrá la pena —sonreí, cerrando mis ojos por unos segundos y recordando el rostro de Evane y Shami. Ellas eran la energía que necesitaba.

—Creí que me encontraría a un arrogante pero lo que veo es un hombre con un corazón genuino. Entiendo porque tienes un encanto natural, pero no me gustan los hombres.

Yo reí y Sasha cogió la mano de Akale y le sonrió.

Me gustaban. Akale se miraba dulce, era el perfecto sabor que necesitaba mi amiga la rubia.

—Tú también te miras dulce y solo prométeme que cuidarás a la rubia — le miré fijamente, ella se sonrojó y asintió.

—Quiero hacerla feliz, pero es público difícil — entonces ella sacó de su portafolio un sobre—. Aquí está todo lo que necesitas para volver. Y hay algo que debes saber, algo que cambiará el rumbo de tu vida... —pausó un segundo—. O más bien dicho... de sus vidas.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Where stories live. Discover now